Five (I)

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D.O ha estado sentado en la bañera durante más de dos horas, no hay agua, solo la bañera y él. Estar en aquel tazón de cerámica lo consoló solo por un rato; pero el dolor en su pecho regreso y se expandió a lo doble.

KyungSoo puso su cabeza en el hombro de SeHun mientras estaba sentado cómodamente en las piernas del mayor. El Yakuza se estaba entreteniendo a si mismo mientras jugaba con los pequeños dedos de su amante.

-¿Qué estás haciendo?-, KyungSoo río al ver a su novio llevar sus dedos a su boca, mientras reía detrás suyo enviando vibraciones por el acto.

-Me voy a comer tus dedos-, explicó SeHun como si fuera algo lógico, antes de que hiciera aquello (o pretendiera), se concretó en morder los pequeños dígitos. Se detuvo un momento y una arruga se postró en su entre ceja, como si estuviera sumido en un pensamiento, después asintió con aprobación; sus ojos se convirtieron en unas medias lunas traviesas. -Muy bien marinado-, dijo. -Con el toque exacto de salsa-.

-Yaaah¡-, el niño lo regaño antes de darle a su novio una palmada juguetona en el pecho.

-¿Tú me acabas de golpear?-, SeHun grito con una falsa incredulidad antes de tomar al niño para llevarlo dentro de una pequeña tina color blanca. Las cosquillas que provocó en los costados del menor provocaron una cadena de risas, gritos y súplicas que rebotaban en la pared. Pero los dos enamorados detuvieron sus acciones cuando una voz sonó del otro lado de la puerta del baño.

Se miraron el uno al otro con los ojos bien abiertos mientras contenían las respiración cuando escucharon unos pasos en la sala de estar que cada vez se acercaban más y más. -¡Maestro!-, bramó una voz. KyungSoo estaba apunto de contestar cuando SeHun le cubrió la boca con una mano, el chico le sonrió con descaro mientras mantenía también silencio. Después de un momento con el corazón aún palpitándoles finalmente los pasos se comenzaron a alejarse.

-¿Qué ha sido eso?-, KyungSoo susurró en voz  alta volteando la cabeza para ver a SeHun de frente. -Pudo haber sido algo importante-, dijo con preocupación.

Cuando KyungSoo acomodo su espalda en su pecho, SeHun tenía una sonrisa de satisfacción y después envolvió sus brazos al rededor del niño con un agradable apretón.

-Puedes verlo Soo, de ahora en adelante esta bañera será nuestro lugar secreto-, murmuró un contento SeHun mientras mecía ambos cuerpos de atrás  hacia adelante al momento que inhalaba el aroma vainilla-limón que desprendía su amante. -Cuando estamos aquí nadie podrá apartarme de ti, ya que va hacer como nuestro espacio personal. Sin ningún Yakuza, donde solo somos, mi novio encantador y yo.

KyungSoo dejó escapar una pequeña risa. -¿Desde cuándo eres tan románticamente cursi?-, bromeó.

-Solo cuando estoy contigo, KyungSoo. Solo para ti-.

D.O estaba mirando las paredes de color blanco frente a él, no le hizo caso a la picazón de sus ojos. No merecía llorar. Ni siquiera había podido proteger la única cosa que había significado mucho para él. ¿Tenía algún derecho de llorar?

No había tenido la necesidad de comprobar la terrible pesadilla que ahora ha estado viviendo. D.O se inclinó hacia adelante para abrir el grifo del agua. Después que el primer beso que el maldito láser puso sobre él perdió la voluntad de luchar contra aquel. Ya sea que lo volvieran a tatuar una o mil veces, seguirá estado dañado. Después de un montón de sesiones, no tenía ninguna duda de que hasta el menor rastro de tinta había sido borrado. Ahora solo estaba desnudo, vacío, asqueroso...

El agua estaba fría cuando se lleno en la bañera a la altura de su estómago, pero él no lo sentía. No podía sentirlo. SeHun era el único que le hacía sentir confianza. SeHun era el único que lo hacía sentir hermoso. Una amarga sonrisa se dibujó en sus labios. Ya no estaba marcado con el nombre de aquel hombre. Ahora era solo una excusa inútil de una patética existencia.

Ahora el agua había alcanzado su pecho.

Solo un poco más.

-

Kai había estado observando otra vez a su cautivo desde la pantalla de la computadora de su oficina. Tenía cámaras instaladas en todos los rincones de la habitación antes de confinar allí al niño. No hay ningún rincón, ningún ángulo que la cámara no pueda ver. Esa era la forma en que le gustaba. El hombre ha caído en cuenta que observar al bailarín se ha convertido en su último hobby, su obsesión, es un malestar que le hace bien con solo verlo.

Kai había estado alimentado su nueva adición al abrir la pantalla de la cámara que supervisa el cuarto de baño. Un inaudible suspiro de alivio salió de sus labios cuando comenzó a deleitarse con la imagen del hermosos niño de cabellos rojos bañándose. Su corazón ahora brincaba de gusto al ver aquella extensión de piel en la espalda, sin tinta, ahora era lisa y limpia.

Sin el nombre de ningún otro hombre.

Pero en ese momento rápidamente en un lapso de una fracción de segundo su felicidad fue sustituida por el miedo de lo que vio al otro lado de la pantalla.

Se levanto con fuerza de aquel sillón rojo mientras se ponía de pie, dirigiéndose después con rapidez hacia la puerta. Sentía que sus piernas no estaba caminando a una velocidad lo suficientemente rápida por lo que corrió a una completa velocidad, llego a la última habitación derecha al final del pasillo.

-Abre la puerta, ahora!!!-, ordenó mientras seguía corriendo.

JUST A HOBBY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora