VEINTIOCHO

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Pero no podía esperar más.

Simplemente no podía.

Esto era una tortura. Seguro muchos de ustedes han experimentado esto, cuando en serio quieres decirle algo a alguien, pero al mismo tiempo no quieres porque crees que arruinaras todo.

Era un viernes después de la escuela. Llegué al lugar donde solíamos esperar a que llegarán por nosotros, y ahí estaba Kate con Anna y dos chicas más.

Esta bien Sherman, se lo dirás si o si.

–Eh, Katy... –la llamé tímidamente.

–Sherman, ¿que pasa?

–¿Po- podríamos hablar un momento?

–Claro. Disculpen chicas. –Kate se levantó  me siguió.

Nos alejamos un poco de ahí.

No lo podía creer, ¡iba a decirle!

Respiré hondo tres veces. Mi corazón latía tan fuerte que sentía que se me iba a salir del pecho. Las palabras apenas y podían salir de mi boca. Estaba muy muy MUY nervioso.

—Eh, Sherman ¿estas bien? –me preguntó Kate notando que estaba nervioso.

–Si claro es sólo que… –no estaba listo, simplemente no lo estaba. Pero tenía que hacerlo, si no, sería demasiado tarde –Katy tengo que decirte algo muy importante.

–Esta bien... ¿y que es?

Kate Brooks, hora de irse Kate Brooks” Oh no. Kate no se podía ir.

–Yo, Katy. Es que... no se como decírtelo.

–Solo suéltalo y ya.

“Kate Brooks”

–Es que Katy tu...

Ultima llamada Kate Brooks”

–Perdon Sherman pero es que...

–Si está bien, te lo diré luego no te preocupes.



La De Los Ojos Cafés (El De Los Ojos Verdes 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora