VEINTINUEVE

29 3 0
                                    

Ya no puedo con esto simplemente no podré dormir si no se lo digo hoy. No me podré concentrar en nada. Necesito decirle. Necesito saber si ella siente lo mismo.

Entonces encontré la solución a todo.

¡Helado de mango!

No, no, no iba a comer helado de mango para la depresión, claro que no.

Iba a llevarle helado de mango a Kate y ahí le diría. Tenía que hacerlo.

No tengo miedo.
Bueno si un poco pero me estoy dando apoyo moral.

Así que me dirigí a la heladería, pero para mi sorpresa estaba cerrada. Había un letrero.

—“Cerrado el viernes 14 de octubre ” –leí— que útil gracias —pense en voz alta sarcásticamente.

Entonces fui a la casa de Kate.

Toqué el timbre.
Nadie abrió.

Toqué de nuevo.
Nadie abrió.

Toqué una tercera vez y...

—¿Que te pasa no te bastaba con una vez? —chillo la “adorable” hermana de Kate.

—Perdon, Sofía, sólo dejame entrar debo hablar con Kate. —rogue casi de rodillas.

—Kate está en su cuarto y no quiere hablar con nadie. —dijo— así que adiós. No hay nada que ver aquí.

Sofía me iba a cerrar la puerta en la cara cuando...

—Sofi, no ay ¡olvidalo! —dije apartándola de la puerta.

¿Notaron ese momento en el que estaba a punto de hacer lo correcto y pedirle por favor a Sofi que abriera la puerta?

Fue corto, pero existió.

Corrí al cuarto de Kate.

Suspire .

Y toque la puerta.

—¡Dejame sola Sofía! —¡me dijeron Sofía! Dios que ofensa.

—¿Katy? Soy yo, Sherman. –le dije con voz suave.

—¿Sherman?





La De Los Ojos Cafés (El De Los Ojos Verdes 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora