¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Ahora prometiste no hacerme daño. No puedes romper esa promesa."
Una noche más. Otro dibujo que agregar a la colección. Otra visita de él.
Esta noche ya no lo dibujaba a él. Hoy dibujaba a otra persona. Estaba dibujando a Lucien Castle. Él me observaba dibujando desde la ventana.
— Se te hace costumbre quedarte en la ventana —rompi el silencio.
— Me gusta mirarte desde ahí —confeso avanzando por la habitación—, tengo una mejor vista de ti y de tu trabajo.
— ¿Por qué no me has matado aun? —la pregunta lo sorprendió, se quedo estático en su lugar, lo deje sin palabras.
— No estoy aquí para matarte, amor —admitió retomando su postura anterior.
— Antes si lo estabas —deje el pincel junto al lienzo y lo observe moverse por la habitación—. Crees que soy un peligro para tu familia.
— Antes reflejabas un peligro para nosotros ahora ya no mas —avanzo hasta mi y me tomo por los hombros.
Nuestros ojos chocaron. Una brisa fría me hiso temblar. Cerre los ojos al sentirme mareada. Cuando los volvi a abrir ya no estabamos en mi departamento, estabamos en su casa.
— ¿Porque estoy aquí? —mi pregunta fue casi como un murmullo que solo él pudo escuchar.
— Estas aquí por voy a protegerte —acaricio mi mejilla con delicadeza—, eres valiosa y frágil a la vez. Debo protegerte.
Cerre los ojos al sentir sus manos sobre mis hombros. Abri los ojos cuando deje de sentir el tacto. Estaba en una habitación, sola. Él iba a protegerme. Él iba a cuidar de mi. Por primera vez me sentía especial.