En la habitación de mi hermana

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Estuvimos hasta las 4:30 por allí con unos amigos de Álvaro. Rocío se acordó que mañana tenían ensayo y no se pudo quedar. Al final, todo volvió a ser como antes. Blas y yo sin separarnos, más cariñosos que nunca, aunque eso significara tener que soportar más de una burla de nuestros amigos.

Álvaro: quedaos a dormir en mi casa, que es tarde ya.- dijo mirándonos. Blas me miró esperando mi respuesta

-como queráis. Me da igual.

Álvaro: pues os quedáis. Organizamos la habitación de mi hermana y listo.

Subimos a su casa. Su madre ya estaba durmiendo, así que íbamos en silencio y hablábamos en susurros para no despertarla.

-Álvaro…te importaría dejarme algo para dormir…- le pedí avergonzada.

Blas: con una camiseta le vale…

Álvaro: intuyo que a Blas le pone…no hagáis nada, porfa.

-no te preocupes- le dije mientras le daba un codazo a Blas, que me estaba abrazando por detrás y besándome el cuello.

Blas: auch! Bueno, depende de la camiseta…yo no prometo nada.

Álvaro: voy a por ella. Intentaré que sea larga…

A los pocos minutos volvió con una camiseta de Metálica que usaba él para estar por casa.

-si me ven mis primos y mi tío me hacen un altar.

Álvaro: por dormir en casa de un amigo compartiendo cama con tu novio?- preguntó haciéndose el graciosillo.

-por eso me matan. Bueno, os matan a vosotros. Por la camiseta.

Blas: bueno, pues tu novio te pone un altar y lo que quieras.

Me fui al baño a cambiarme y los dejé en la habitación peleando. Por el pasillo me iba haciendo una coleta, asique cuando llegué a la habitación la camiseta se me había subido.

Blas: Álvaro, fuera. Ya! Sin mirar!- le ordenó señalando la puerta mientras yo me bajaba la camiseta toda avergonzada

Álvaro: ni que fuera la primera vez que la veo así…- se excusó poniendo las manos en alto

Blas&Yo: cómo?- preguntamos a la vez sorprendidos

Álvaro: la mañana que te conocí en tu casa. No me comáis que estábamos todos.

Blas: fuera ya!

Álvaro se fue de la habitación entre risas, y yo más colorada que un tomate. Tras cerrar la puerta me acerqué a Blas, que estaba sentado en el borde de la cama, tapándome la cara por la vergüenza.

Blas: más le vale borrar la imagen de su cabeza- dijo posando sus manos en mi cintura y acercándome a él.

-dios, que vergüenza… Y encima aquel dia me visteis todos…yo que ya me había olvidado…

Blas: es Álvaro, no te preocupes. Ya me encargaré de que el resto también olvide esa imagen

-te quiero. – dije pasando mis manos por sus hombros.

Blas: te amo

Y entre beso y beso, él acariciando mis muslos desnudos y la facilidad de llevar solo una camiseta, acabamos haciendo lo que Álvaro nos había prohibido.

-Buenos días!- saludé saliendo al salón ya vestida.

Álvaro: buenos di…joder! En la habitación de mi hermana, en serio?- exclamó al mirarme. La cara se le cambió por completo, pasó de la sorpresa al mosquedo.

1- Breathe your fireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora