CAPÍTULO 7

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LAUREN

Iba saliendo de mi turno cuando escucho dos vocecitas que me llaman

SyM: Lauren!!

Llegan corriendo a donde estaba y me abrazan, ya les tomé mucho cariño a estos pequeños, son tan divertidos y me encanta pasar tiempo con ellos. En la mañana cuando los estaba preparando para llevarlos a la escuela me pude imaginar que sería una buena madre si tuviera niños como esos, que atienden a la primera instrucción y no hay que estarles insistiendo mucho. Me admiré del buen trabajo que la Sra. Cabello ha hecho con ellos y la admiré aún más por querer regresar a trabajar para darles otro tipo de vida.

La noche anterior ella había sacado, gracias al alcohol y la mala experiencia vivida, un poco de su resentimiento hacia los hombres, el amor y la vida. La dejé expresarse porque he estado en la misma situación y sé que a veces necesitas verbalizar lo que traes por dentro sin que nadie te interrumpa o te haga comentario alguno. Sin embargo verla tomar así la botella de vodka me hizo querer cuidarla, sabía que si la dejaba tomar más al día siguiente no iba a estar en condiciones de levantarse y llevar a los niños a la escuela. Cuando traté de quitarle la botella, ella se molestó, se la llevó a su recámara y se encerró con seguro. En ese momento no sé cómo ni porqué empezó a crecer en mí un sentimiento de querer cuidarla, sentía que ella merecía eso, que alguien la cuidara siempre, así que supe que debía dejarla en paz y quedarme para llevar a los niños a la escuela, pues ella no iba a despertar.

Al otro día, antes de salir tomé un pedazo de papel y busqué unas pastillas en el botiquín para dejarle una nota, la verdad me dí un poco de risa pues al tomar el lapicero me dieron ganas de escribirle muchas cosas, de decirle muchas cosas, pero me reprendí internamente al decirme ¡Ay Lauren, no aprendes!, vas de cero a 100 en 1 minuto!!! Y solo solté una risita nerviosa y me concreté a redactar que no se preocupara por los niños ya que los iba a llevar a la escuela, que le dejaba unas pastillas que busqué en el botiquín para el malestar de la resaca. Fui lo más concreta que pude pues no sabía cómo de adolorida y asustada iba a estar como para leer mucho, así que salí con los pequeños y cerré bien la puerta, con la esperanza de que me buscara en el café más tarde para verla y saber que estaba bien. Sin embargo salieron unos pedidos de café para unas oficinas cercanas y tuve que llevarlos, lo que me hizo suponer que si iba a verme, me perdería la interacción, situación que después de regresar al café me confirmó Frank. Cuando terminé de saludar a los pequeños, escuché la voz que había estado esperando todo el día

C: Hola Lauren, espero que no te hayamos importunado. Vengo a invitarte a cenar con nosotros.

L: Hola Sra. Cabello, buenas tardes – le ofrezco la mano en forma de saludo y la toma, lo que hace que vuelva la corriente eléctrica por mis manos hasta mis pies. – desgraciadamente no puedo acompañarlos hoy, tengo un compromiso previo y voy saliendo para allá. Pero gracias por la oferta. – agradezco de mala manera a mis papás por haberme citado a cenar y hacerme prometer que iba a aparecer.

M: Podrás cuidarnos hoy también Lauren?

S: ¿No oíste que está ocupada? ¿Eres sordo?

L: Sandy cariño, no es forma de contestarle a tu hermano, tal vez no entendió todo, verdad Matt? – Trato de corregir a Sandy por burlarse de su hermano, pero con cariño tal como lo hace mi madre con sus nietos.

M: No había entendido, lo siento

C: No lo sientas mi vida, no pasa nada. – Y acaricia con tanto amor la cabecita de Matt que me deshago en la acción, ella es una mamá estupenda - Bueno Lauren la verdad es que la cena era para agradecerte que hayas llevado a los niños a la escuela y que me hayas cuidado a mí también, no tenías por qué hacerlo. Además no te he pagado, así que por favor toma este dinero y espero que me puedas apoyar en otra ocasión con mis hijos.

*Escucho que habla, pero no entiendo ni me interesa entender; solo me pierdo en esa boca, en esos ojos con rasgos latinos que me invitan a quedarme ahí... pero veo que extiende su mano y titubeo (espero no se dé cuenta de mi nerviosismo)*

Estoy dudosa si tomar o no el dinero porque seve que es mucho más de lo que habíamos acordado, sin embargo ella toma mi manoy no la suelta pasados unos segundos que para mí fueron muy pocos, pero para loque es socialmente aceptado, sé que fueron muchos, quería seguir tocándola deesa manera, quise creer que ella quería seguir tocándome, pero todo parece malante las interacciones sociales comunes por lo que doy un paso hacia atrás ycarraspeo para cortar el contacto y que su buena imagen permanezca intacta. Nodebe involucrarse con la lesbiana del lugar, eso le traería problemas con suexmarido y con sus hijos, así que mejor abrazo a los niños, les prometo verlospronto y a ella solo le dedico un gesto de despedida, así que salgo del cafésin si quiera voltear. – *¿Qué estoy sintiendo con esta mujer?*- Camino a casapensándola como no quiero pensarla, entre mis brazos y caigo en la cuenta deque es la primera vez que camino conmigo misma, sin rastro de en Alana en mimente. 

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora