CAPÍTULO 19

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LAUREN

El silencio que se hizo tras el último comentario fue inmenso. Verla ahí en la punta de la cama con tan solo un short de pijama y una playera corta de tirantes, bajo la luz de las velas era lo más hechizante que pudiera haber visto en toda mi vida. Camila con sus ahora 36 años era una visión de hermosura que ningún artista pudiese plasmar. La amaba con cada uno de mis pensamientos y era muy duro saber que ella no lo hacía.

C: Lauren ¿por qué te fuiste?

L: Fue muy duro separarme de uds Camila, pero tenía que hacerlo porque...

C: Porque...

L: Porque ud me había dicho que todo lo que una vez habíamos compartido no podía ser y eso me destruyó, así que no podía estar en el mismo lugar que el amor de mi vida y que no me quisiera junto a ella – ya no podía más con ese sentimiento de dolor en mi sistema así que lo saqué todo, tenía que decirle lo que me había lastimado la decisión que tomó y cómo me había hecho sentir eso durante estos cinco largos años – así que tomé un trabajo en Washington en una revista de paisajes y reportajes y ahí estuve un dos años hasta que salió la oportunidad de ir a hacer un reportaje a África, así que sin pensarlo me fui para allá. Estando allá empecé a hacer un reportaje sobre el tipo de educación que se impartía y mandé toda la información a las agencias correspondientes para que se empezara a hacer algo al respecto, puesto que los niños de allá pocas veces estudias porque se están muriendo de hambre, pero aquellos que si logran estudiar quieren ser alguien en la vida y la educación es muy pobre y muy escasa, así que al año de estar tocando puertas con esta información una agencia de la ONU mandó la ayuda necesaria tanto educativa como médica y así se construyeron dos escuelas y dos hospitales. Ahí conocí a la mamá de Kieran, ella estaba muy enferma de malaria y yo, bueno, pues me habían sacado el útero por una infección que contraje en esos lugares. Así que yo ya no iba a poder tener nunca hijos y esta niña, porque era una niña de 16 años me cedió a su hijo de 10 meses, cuando terminamos los trámites de adopción, un mes después ella falleció. Nosotros nos quedamos allá hasta que se terminaran de hacer las escuelas y de ahí decidí regresar para darle a Kieran una mejor vida, así que aquí estoy contándole mi historia y haciéndole saber lo duro que la he pasado pero no para que tenga lástima de mí, sino para que sepa que en todos esos momentos ud siempre estuvo a mi lado, así como Sandy y Matty, y lo único que quería era volver a verlos para ser feliz, pero llegué nuevamente a destiempo.

Me levanté de la cama, ya no podía estar cerca de ella cuando nuevamente le había abierto mi corazón y yo sabía que ella estaba en una relación con Oscar, que los niños lo querían y que yo solo era la amiga de los fines de semana para ellos. Tomé una almohada y salí de la recámara, dejándola nuevamente con mi corazón en sus manos. Antes de llegar a la puerta, sentí su mano en la mía y me giró hacia ella. Lo que pasó a continuación nunca me lo había esperado. Se acercó y me besó. Ese beso me llevó hasta los confines del cielo y me trajo de regreso, era tierno, cargado de amor y pasión. Me dejé llevar por esos labios que sabían dulces y me encantaban, pasó sus manos hacia mi cuello y me atrajo hasta ella. Empezamos a caminar hacia la cama nuevamente y la sentí doblarse hacia atrás. La agarré para que no cayera y nos fuimos deslizando en el colchón sin soltar nuestros labios.

CAMILA

Mientras escuchaba su historia, no pude evitar sentirme mal por haberla alejado hace cinco años, sin embargo saber todo lo que había logrado me llenaba de mucho orgullo. Me dolió saber que no iba a ser capaz de estar embarazada pero que eso no la había limitado para ser mamá. Yo sabía que Lauren iba a ser una excelente madre y lo estaba comprobando por cómo quiso a Kieran y por cómo lo protegió para darle una mejor vida. Cuando me dijo que siempre llegaba a destiempo, me confundió un poco, sin embargo mi mente recordó a Oscar y por un momento me hizo sentir más culpable no haberle dicho la verdad, pero me justificaba en que no quería salir lastimada por si ella tenía a alguien, alguien a quien no había nombrado en ningún momento, por lo que hice a continuación me sorprendió a mí misma, pero era lo que había querido hacer desde que la vi en aquel restaurant. Antes de que saliera de la recámara, la besé y en ese beso me estaba entregando por completo a ella, sin miedos ni prejuicios, sin nada que me limitara como cinco años antes lo había hecho. Cuando llegamos a la cama y ella me deslizó tan tiernamente, me separé un poco para decirle lo que tenía que haberle dicho hace mucho tiempo.

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora