Opia .22

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 .La extraña necesidad de mirar a alguien a los ojos, lo que puede dar al mismo tiempo una sensación invasiva y vulnerable. 

"Hay tanto que se puede decir con una mirada, esa intensidad ambigua, tan invasiva como vulnerable, reluciendo negra, sin fondo y opaca, el ojo es una cerradura por la cual el mundo se escurre y derrama tanto adentro como afuera, y por tan solo unos momentos puedes ver a través de la cerradura lo que hay dentro de la bóveda que contiene todo lo que uno es, pero no importa si los ojos son las puertas de la percepción o las ventanas del alma, tu sigues parado fuera de la casa, el contacto visual no es realmente un "contacto", cuando mucho es un vistazo un "ya casi" que solo puede sentir mientras se escurre entre tus dedos. Hay tanto que ocultamos en el cuatro trasero, ofrecemos una muestra de quienes somos, de lo que creemos que la gente quiere que seamos, pero muy pocas veces nos permitimos mirar para dentro y dejar que nuestros ojos se adapten para ver lo que realmente esta ahí, porque tu también estas mirando por detrás de tu propia puerta, te expones intentando decidir cuanto de este mundo dejas entrar.

Para los demás es tan sencillo medirte y continuar
ellos te pueden ver con mejor claridad que tu mismo, porque tu bóveda es la única que no puedes ver, que no puedes medir en un instante

 Así que todos estamos mirándonos, tratando de decirnos quienes somos, buscando un reflejo nuestro, tanteando como ciegos en la obscuridad" 

EmocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora