Capítulo 6: Tiempo a solas

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Ruki amaneció con el humor necesario para salir a "dar un paseo", cosa que significaba en realidad, buscar a la chica misteriosa que lo había estado atormentando. Era fin de semana, así que tenía el tiempo del mundo, avisándoles a sus hermanos que estaría fuera hasta quien sabe cuando, estando el resto de los chicos en parte, de acuerdo, pues estaban planeado buscar antifaces, trajes formales y accesorios necesarios para la gala de disfraces. Iban a ir los cuatro, pero terminaron yendo los tres. Fue un poco molesto pero como no querían discutir, simplemente le dijeron que "si" a lo que les había dicho.

Antes de salir, Ruki se tomó un baño en una tina llena de agua caliente. Necesitaba relajarse un poco, pues su estrés seguía presente y no estaba dispuesto a enfrentar esa situación sobre Nicole con todo ese peso mental. Quería olvidar todo aunque sea por un día, suponiendo que la encontrara ese día. Una vez bañado, el vampiro del cabello gris se puso una toalla alrededor de la cintura, a la vez que pasaba la mano por el espejo, debido a que estaba empañado por el vapor del agua caliente de la tina. Una vez que pudo ver su reflejo con claridad, se pasó los dedos por su cabello húmedo, quitandoselo de la cara. Nunca dejó de mirarse al espejo, examinando desde el rostro hasta el resto del calado cuerpo de su reflejo, su propio cuerpo. Era de esos momentos silenciosos en los que uno convivía en silencio consigo mismo, viéndose como si se tratara de otra persona. En uno de esos momentos, se le ocurrió darle la espalda al espejo y voltear la cabeza, para así ver las cicatrices de su espalda, las cuales le traían muy malos recuerdos. Batalló pero logró que uno de sus dedos la tocara, no sabía porque, solamente lo hizo. De ahí, simplemente salió del baño para vestirse.

Su "aventura" comenzó una vez que despidió a sus hermanos, comenzando a caminar por el bosque. No esperaba realmente a encontrarla ahí, no se trataba de ninguna ninfa, no según él, pero si se le apareció ahí una vez, entonces el bosque era una posibilidad razonable para su búsqueda.

El vampiro había avanzado mucho, demasiado lejos, sin tener una pista de donde buscar. Notó que la zona del bosque en la que estaba, era cercana al pueblo, ya que se podía oír uno que otro ruido de ahí tenue. De pronto, se topó con una pradera pequeña, donde vio a un chico frente a un cuadro sostenido por un caballete, el cual estaba pintando la misma pradera. El chico era alto, delgado, de un aspecto normal, era humano pero a juzgar por su olor, era un humano que ya ha convivido con lo sobrenatural, en especial, vampiros. Notó que el olor de ese chico tenía uno que le era muy familiar: era el de la chica que estaba buscando. Por aquella razón, Ruki no dudó en acercarse a él y hacerle unas cuantas preguntas.

-Disculpa, lamento interrumpirte, pero estoy buscando a alguien. Se llama Nicole, Nicole de Lancret ¿Sabes de quien se trata?- preguntó Ruki con mucha calma. El chico se puso un poco nervioso al ver de quien se trataba, pero mantuvo la compostura. -Ah ¡Nicole! S-Sí, ella se esta quedando con su prima, con Rodmilla de Ghent.-

-¿Rodmilla es su prima?- preguntó Ruki con algo de sorpresa.

-Ah... ¡Si! Es más, ella esta sola en su casa justo ahora.- respondió el chico.

-Interesante, supongo que iré a visitarla. Gracias y buena pintura.-

Luego de agradecerle, Ruki fue en camino a la hacienda de Rodmilla y sus hijas. Rezaba que lo que decía el chico era cierto y que no lo hubiera dicho únicamente para quitárselo de encima. Primero: porque ya quería ver bien a la chica que lo estaba volviendo loco y de ser mentira, se molestaría bastante. Segunda y última razón: lo último que quería, era ver a Rodmilla y a sus hijas. Sentía que esas mujeres, o por lo menos, Marguerite y su madre, eran como chicles en los zapatos, y si se las topaba, iba a ser aún más grande la molestia.

Finalmente, Ruki llegó a la hacienda y suspiró, acto seguido, tocó la puerta. A los pocos segundos, apareció ella, la chica a quien deseaba tanto ver. Ella llevaba una hermosa blusa de tirantes color blanco y unos pantalones de mezclilla claros, acompañando todo de un peinado de media coleta.

-¿¡Tú!?- dijo ella con algo de sorpresa.

-Hasta que por fin te encuentro.- comentó Ruki con una sonrisa.

-¿Que haces aqui?- preguntó ella con algo de curiosidad, aunque por alguna extraña razón, se le veía agitada.

-Bueno, creerás que estoy loco, pero ahora que por fin sé donde te escondes, puedo estar más tranquilo y no te me podrás aparecer como si fueras un tipo de fantasma.-

La conversación entre ellos dos fue bastante breve, pues Nicole seguía viéndose apurada y de vez en cuando desviaba la mirada. El vampiro no sabía que era lo que mantenía tan nerviosa a la bella vampiresa, pero se le ocurrió invitarla a salir con él para distraerla.. Ella aceptó rápidamente y ambos se fueron caminando al pueblo.

Una vez lejos de casa, Nicole se encontraba más tranquila y se dejó llevar por Ruki. El vampiro del cabello oscuro no sabía absolutamente nada de citas, por lo que se le ocurrió llevarla a una biblioteca, aunque eso no molestó para nada a la chica, todo lo contrario, ella se veía encantada. -Vaya, hace años que no vengo a una biblioteca. Los libros son mi mayor pasión, nada me pone más feliz que leer excelentes autores.- comentó ella con una tierna sonrisa dibujada en su rostro mientras pasaba sus dedos por los lomos de los libros que estaban bien acomodados, cosa que sorprendió un poco al chico.

-¿Te gusta mucho leer?-

-Si, mi padre solía salir mucho y cada que regresaba, me traía un libro nuevo. Él murió cuando yo era una niña y Utopía fue el último libro que me dejó. Amo leerlo porque por cada palabra, siento que aún oigo su voz. Es un tesoro para mi.-

Ruki la miró y bajó la cabeza, sintió algo de envidia por esa bella historia, pues en cambio la suya de su niñez, por lo menos antes de Karl Heinz, fue una pesadilla total, pero a pesar de que también tenía el libro de Utopía de pequeño, no era lo mismo porque nada brillaba para él, todo era oscuridad y llegó a creer que ese libro no era más que una farsa y un sueño escrito. Pero oir a Nicole, era como si sus palabras penetraran su corazón. Su razonamiento y su sabiduría eran tan fuertes, que eso le gustaba demasiado. Nadie le había hablado con tanta pasión y el que la chica lo hiciera, fue una atracción que le hizo sentir bastante bien. Con ello, ambos pasaron buen rato en la biblioteca, tomando algunos libros de autores reconocidos y leyendolo para el otro, sin que el tiempo les importara en realidad.

The Mysterious Lady (Diabolik  Fanfics de Romance Dark Blood) Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora