*Narra Lauren*
Al llegar a casa de Maia pude ver que había dejado una sábana colgada a su ventana, así que no fue difícil subir.
-Al fin llegas.-dijo Roxana cuando entré a la habitación.
-Bueno chicas, el plan es este: Saldré con mi niñera a "comprar algo de cenar" mientras ustedes organizan una fiesta con tantas personas como puedan y mucho alcohol.-dijo con una enorme sonrisa.
Roxana y yo nos miramos con complicidad.
-Hecho.-dijimos al unísono.
Maia bajó a encontrarse con su niñera y se fueron a "cenar".
Ambas comenzamos a invitar gente, después yo fuí a preparar botanas y elegir la música mientras que Roxana conseguía el alcohol.
A las 11 la casa estaba más que llena, la fiesta estaba siendo un completo éxito.
-Acaban de llegar.-me avisó Roxana.
La niñera estaba por desmayarse al ver todo el desastre de la casa, intentó parar la fiesta pero nadie hizo caso.
-Las amo.-agradeció Maia.
-¿Y tu niñera?- pregunté.
-Llamó a mis padres diciendo que yo era una completa loca y renunció.- dijo riendo.
-¿Y ahora que? ¿Seguimos con la fiesta?- preguntó Roxana.
-¡Pero claro! ¡Vamos a disfrutar!- exclamó Maia entusiasmada.
Había trabajado mucho para hacer la fiesta, me merecía mínimo un poco de vodka.
-Hola preciosa.-saludó un chico en la cocina.-¿Que quieres de beber?
-Un poco de vodka.-respondí.
-Aqui tienes hermosa.-dijo sirviéndome vodka.
Bebí todo de un trago, luego de unos minutos comenzé a sentirme mareada.
-¿Estas bien?- preguntó el chico.
-No me siento bien.- dije intentando agarrarme de algo.
El chico comenzó a jalarme hacia una habitación, aunque intenté poner resistencia no estaba en condiciones.
Al entrar me aventó sobre la cama.-Ahora si te vas a divertir.-dijo el chico quitándose la playera.
Mierda. Mierda. Mierda.
Se quitaba la ropa en tiempo récord y yo no podía ni ponerme de pie.
Se colocó encima de mi y comenzó a besarme intensamente mientras intentaba quitarme el vestido.
Alguien abrió la puerta de golpe.
-¡No la toques maldito!-gritó un chico que no alcancé a reconocer, quitando al tipo de encima mío.
Ellos se golpeaban pero ni siquiera podía verlos bien.
-Lauren, te llevaré a casa.-dijo el chico que me ayudó mientras me levantaba de la cama.
No podía ver bien el rostro del muchacho, pero se me hacía conocido. Cabello castaño, largo, piel blanca...ojos azules...
Chandler.
No alcancé a responder, mis ojos comenzaron a cerrarse y lo último que recuerdo fue sentir los brazos de Chandler sosteniendome.
~Al día siguiente~
Desperté en mi habitación. No recordaba como había llegado ahí y no podía haber sido un sueño porque llevaba la misma ropa.
Me levanté de la cama algo cansada y escuché gritos del otro lado de la puerta.
-¡No quiero que te acerques a ella, nisiquiera quiero que la pienses!-gritaba Matt.
-¡Tenia que ayudarla! ¡Tu nisiquiera pudiste protegerla!- respondió Chandler.
-¡Ya basta! ¡Si no pueden estar en paz, quiero que salgan de mi casa!- intervino Alex.
Escuché la puerta de abajo cerrarse y decidí salir de mi habitación, bajé las escaleras y encontré a Alex sentado en el sofá.
-¿Que fue todo eso?- pregunté sentándome junto a él.
No respondió.
-Alex, ¿que te pasa?- pregunté.
-¡Me pasa que casi te violan en esa maldita fiesta! ¡Ni siquiera me avisaste que ibas a salir!-gritó furioso.
-¡Pero no pasó!- me defendí.
-¡No pasó porque Chandler te sacó de ahí!- reprochó.
-¡Lo siento! ¡No imaginé que fuera a pasar algo así!
-¡Nunca piensas en nada! ¡Eres una estúpida!- regañó.
Si hubiera escuchado eso de cualquier otra persona no me habría importado. Pero que viniera de Alex era otra cosa.
-¡Lauren! ¡No quise decir eso!- se retractó mientras caminaba hacia mi habitación.
-Pues lo dijiste.-dije dolida cerrando la puerta con seguro.
Pasé horas en mi habitación, no había desayunado y casi era hora de la comida, mi estómago rugía pero no quería ver a Alex.
-Lauren por favor, tienes que comer.-dijo Alex detrás de mí puerta.
-¡Vete!- grité.
-Lauren sabes que no fue lo que quise decir...
Sonaba sincero, pero el jamás me había gritado de esa forma y valla que me había dolido.
Pero tenía razón, nisiquiera le había avisado que saldría y si no hubiera llegado Chandler quien sabe que hubiera pasado.
Abrí la puerta.
-Lauren, yo solo quiero protegerte.-dijo Alex abrazandome en cuanto abrí la puerta.
-Lo sé.-dije devolviéndole el abrazo.
Finalmente bajé a comer algo, tenía tanta hambre que podría haberme comido un elefante.
-Entonces Chandler me ayudó.- dije mientras Alex y yo comíamos.
Yo ví a Chandler, obviamente era el, pero resultaba difícil creerlo.
-Deberías agradecerle.-sugirió Alex.
-Si, ¿y el auto?- pregunté cuándo recordé que lo había llevado a la fiesta.
-Chadler te trajo en su auto, así que Matt tuvo que traer el nuestro.- explicó.
Después de la cena Alex y yo vimos un gran maratón películas aprovechando la ausencia de nuestros padres.
-Deberías ir a dormir, mañana hay escuela.-dijo Alex apagando la televisión.
Tenía muchísimas ganas de seguir pero moría de sueño.
-Buenas noches Laurenzo.- me despedí.
-Buenas noches Alexandra.
Finalmente me fuí a mi habitación y al instante me quedé dormida.
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New Bad Girl
Novela Juvenil"Lo que no te mata te hace más cruel." Lauren es una chica de 16 años, ella era una chica buena, no tomaba alcohol, no fumaba, nisiquiera decía una mala palabra. Después de su dolorosa ruptura con Chandler ella decide cambiar todo sobre ella, comie...