"Consejo Nº15:Intenta bailar con alguien con quien te sientas agusto

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El temido día ya estaba aquí.

Casi no pude dormir. Mi corazón latía desbocado a pesar de que no estaba haciendo nada. Podía ver mi camiseta moverse con cada latido.

Hice lo que pude para poder calmarme. Puse un poco de música en la mañana para poder animarme un poco y después repasé los pasos en mi cabeza una y otra vez.

Se estaba haciendo tarde y estaba esperando a que Camerón  me llamara, pero no lo había hecho. Tal vez estaba molesto porque no me había juntado con él como quería, pero no me importaba si lo estaba. Estaba agradecida de que Vero estuviera conmigo o tal vez no hubiera podido ser capaz de no aceptar.

Pero a pesar de todo no iba a fallar a propósito, aunque él se lo mereciera por haber estado engañándome. ¿No podía haberme dicho que no le gustaba como cualquier chico normal?
Yo lo habría aceptado. Habría estado triste algunos días, pero lo habría superado.

Pero no, él tenía que venir y decirme esa tontería del baile. Y ahora estaba aquí. Sintiendo como si fuera a vomitar en cualquier momento.

Papá pasó cuando estaba lavando la loza después de almuerzo y besó mi mejilla.

— Quiero decirte que pase lo que pasé hoy, estoy orgulloso de ti.

Eso me hizo sentir mejor.

— Rómpete una pierna hermanita.
Le disparé la mirada más cargada de oído que pude conjurar a Matt.

— ¿Qué? — Levantó sus brazos — Es lo que se dice.

— Si, en el teatro. No cuando estas a punto de bailar.

Hizo una mueca — Como sea, te va a ir bien. No bailas mal.

Elevé mis cejas.

— ¿Qué? Te vi bailando una vez en el colegio. Al menos no vas a avergonzarte.

Lo vi caminar hacia la sala para luego derrumbarse sobre el sofá.
El timbre sonó. Mi papá estaba en su oficina. Y sabía que Matt  no se levantaría aunque su vida dependiera de ello, así que sequé mis manos en un mantel y me apresuré a abrir la puerta.

— ¿Qué... — Me detuve. Camerón  estaba frente a mí. Salvo que no lucia como él en lo absoluto. Estaba desarreglado y despeinado. Pero eso no era lo sorprendente.

Lo sorprendente era que su mandíbula estaba tan hinchada que era como si cuello casi no existiera.

Lo miré horrorizada.

— ¿Estas bien? ¿Qué te pasó?

Me hice a un lado para que pasara, pero él no se movió de donde estaba.

— ¿Qué me pasó? — Se puso a reír — Estoy seguro de que ya lo sabes. Y ya que no hay forma de que vaya a salir así frente a un montón de personas, todo esto se fue al demonio. Yo perdí. Así que tú perdiste conmigo. No calculaste bien eso.

Estaba consciente de que mi boca se encontraba un poco abierta, pero no podía evitarlo. Parpadeé un par de veces mientras él se daba la vuelta hecho una furia sin siquiera dejarme hablar. ¿Qué había pasado? estaba subiéndose a un auto con alguna chica dentro que me miró de una forma que me hizo estar agradecida de que las miradas no mataran.

Justo antes de que arrancaran el auto otro se detuvo detrás de el. Vero se bajó con gracia del asiento del pasajero y caminó con paso majestuoso a mi casa. Entonces vio a Camerón  y se puso a reír.

— Veo que te dieron lo que merecías. ¡Bien por ti!

Camerón  le levantó un dedo -No diré cual- Por encima del vidrio de la ventana del auto y Vero solo sonrió un poco más.
Me sentía demasiado decepcionada de saber que me había gustado alguien así. Pero sobre todo estaba confundida. Demasiado confundida.

Vero me abrazó con fuerza y luego tironeó de mí hacia el auto.

— ¿Qué estas haciendo? ¿Dónde vamos?

— Al concurso ¿Dónde más? Vamos, ya estamos atrasadas — Giró su cabeza hacia atrás y gritó hacia mi casa — ¡Nos vemos allí señor Santibáñez!

— Pero, pero... — Comencé a balbucear. Eso no tenía sentido. Nada tenía sentido — No puedo ir, Camerón  no se va a presentar. Está enojado conmigo porque ya no tiene cuello. Lo que no tiene sentido. Yo no lo golpeé.

Vero sonrió y me empujó hasta que entré en los asientos de atrás.

Álvaro me saludó desde su lado del conductor con una mano mientras con la otra comenzaba a mover el auto— Hey Feña.

— Esperen — Puse una mano sobre la puerta de mi lado del auto — Ni siquiera tengo mi ropa.

Vero se deslizó junto a mí dando un portazo detrás de ella y luego se inclinó para bloquear la puerta.
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Oigan quieren maratón los sábados. Sí en dos semanas llegamos a los 2k aré maratón todos los sábados en un mes:)

Mi Maestro De Baile (Shawn Mendes  y Tu ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora