¿Había muerto? ¿Así era como se sentía una al pirarse al otro mundo?
Abrí los ojos y me encontré en el mismo panorama de segundos antes.
El cañón de la pistola en mi frente, lágrimas descendiendo por mis mejillas, ropa hecha un desastre, rodillas bañadas en sangre de los cadáveres que se encontraban frente a mi...
¿Cómo? ¿No había apretado el gatillo? Bajé la pistola y la observe, el seguro estaba echado, era imposible efectuar un disparo.
Suspiré pesadamente y solté el arma, haciendo que cayese al suelo. Me apoyé en un armario y rodeé mis rodillas, escondiendo mi cabeza en estas, ¿de verdad iba a suicidarme? Mi madre no hubiese querido eso, me pidió que buscase a Logan y a papá, no podía comportarme como una puta egoísta, una vida ahora mismo es más valiosa que nada, si me la quitan, que sea luchando por alguien contra esas cosas.
Me levanté y golpeé mis mejillas con las palmas de mis manos para despertarme, la aventura empezaba ahora. Subí al piso de arriba y de un armario saqué tres mochilas de gimnasio, bastantes grandes. En la primera metí cinco camisetas anchas, un pantalón largo, mis cómodas zapatillas de atletismo y un abrigo, por si el tiempo se ponía en nuestra contra, también incluí algunas camisetas de chico, por si acaso.
En otra mochila me limité a meter cualquier objeto que sirviese de arma, los cuchillos japoneses de mamá, el bate de baseball de Logan...me pregunto si el arco de flechas que me regalaron estará por aquí. Rebusqué por todo el trastero y parte del sótano, buscando mi añorado equipo de puntería, era bastante buena en el tiro de arco.
-¡Bingo! -Exclamé cuando encontré la alargada mochila que contenía mi arco y varias flechas. La cargué a mi espalda y me dirigí a la cocina a coger lo más importante de todo, provisiones.
Metí en la mochila varias latas de conserva, todas las botellas de agua que pude, pan, bolsas de patatas, algunas manzanas y bebidas isotónicas, me harían falta. También incluí un pequeño botiquín con alcohol, vendas, tiritas, algodones, etc.
Una vez satisfecha, me dispuse a abandonar la casa que me vió crecer durante 19 dulces y bonitos años. Introduje mi pistola en el bolsillo trasero de mi short y salí de la casa, vigilando que no hubiese ningún caminante cerca. Entré rápido a mi coche y puse todas las bolsas en los asientos traseros. Daba gracias al cielo de tener coche y gasolina de sobra, esto ahora mismo era un puto lujo.
Manejé hasta el instituto de Logan, espero salir de este sitio con mi hermano, perder a mi madre ha sido un golpe realmente bajo, no me permitiría perder a mi hermano también.
Aparqué unas calles más alejadas del recinto, ya que varios coches dificultaban el camino. Saqué el bate de baseball y bajé del vehículo.
Cargué el bate en mi hombro derecho y me aseguré de que la pistola estaba en el bolsillo de mis shorts, una vez asegurado todo emprendí camino al instituto de mi hermano.
La calle estaba realmente tranquila, se me hacia bastante raro que en una zona tan alejada los caminantes ya hayan aniquilado a la población.
Un fuerte estruendo me sacó de mis pensamientos, provenía de unas calles más alejadas a mi posición, pero el ruido provocado se extendió por toda la calle. Ignoré el suceso anterior y corrí hasta el instituto.
A medida que me acercaba, iban apareciendo más caminantes, pero debido a su falta de cerebro y visión, me iba ocultando en los coches que había por el camino. Tuve que enfrentar algunos, pero no fue gran cosa, digamos que tenia un...'buen derechazo'.
Me encontraba en la entrada, aquí ya no había la misma tranquilidad que en la calle. Se escuchaban gritos y los infectados estaban por todo el campus, seria algo difícil.
Apreté el bate entre mis manos y abrí la reja de la puerta principal hasta que una mano se puso en mi hombro, hice un movimiento rápido con la pierna, desequilibrándole y haciendo que cayera al suelo, levanté el bate para atacar y me giré para enfrentar a mi víctima.
-Jolín Steph, tienen una buena pierna. -Mis ojos se abrieron al observar quien era, su risa femenina hizo eco por el campus, era ella.
-Stella, eres tu. Dios, pensaba que te había perdido a ti y a todas la chicas, joder. -La ayudé a levantarse y nos fundimos en un fuerte abrazo, mi mejor amiga estaba conmigo, había sobrevivido.
-Bueno, yo he conseguido salvarme...las demás...-Bajó la voz y su voz tembló, mi expresión también entristeció. Mis amigas estaban muertas, todas.
-Al menos quedamos tu yo ¿has buscado ya a tu familia? -Quise cambiar de tema, porque si no lo hacia, seguramente lloraríamos aquí las dos. Su cara no pareció alegrarse mucho por mi pregunta. Mierda.
-No he llegado a tiempo, ahora todos son...bueno, ya sabes. Vengo a buscar a mi hermana.
-Bienvenida al club. -Hicimos una mueca las dos y agachamos la cabeza, ahora mismo estábamos solas, tanto yo como Stella. Creo que las dos vamos a estar muy unidas a partir de ahora.
-Bueno, no es tiempo de lamentarse ahora. Intuyo que habrás venido a buscar a Logan, que te parece si trabajamos juntas. -Recogió su cabello rojizo en una alta y despeinada coleta y se ató un pañuelo rojo a la frente, apartando los cabellos que se habían quedado sueltos. Sonreí ante su acto, volvió la Stella que yo conocía.
-Me parece una idea genial, iba a proponerte lo mismo.
Preparamos nuestras respectivas armas, Stella llevaba un duro palo de hockey, en su pierna derecha llevaba atado un pequeño cuchillo y atada a su cadera una especie de cinturón con armas que parecían de ninja. Ah, claro, se me olvidaba que Stella acudía a clases de lucha oriental, vamos como unas clases de ninja.
Corrimos por todo el campus, ignorando a los zombies que había en el, estos no nos interesaban, nosotras íbamos directamente a los pasillos.
La hermana de Stella y el mío iban al mismo curso, así que nos dirigimos directamente al pasillo de Bachiller.
Daba bastante grima ver el aspecto del recinto, estaba muchísimo peor que los que aparecen en las típicas películas de zombies o por el estilo.
Un caminante nos impidió el camino, pero enseguida lo abatimos Stella y yo. Así era más fácil que ir sola, pero ni punto de comparación.
Llegamos al pasillo que buscábamos, deberían estar aquí o por las cercanías. Mi mejor amiga se dedicaba a buscar por las clases mientras yo buscaba por el pequeño campus que pertenecía a estos cursos.
Escuché unos gritos procedientes de una de las puertas que daba a la cafetería, me acerqué corriendo y pude notar con más claridad los gritos. Era un grupo de chicos bastante grande.
Abrí la puerta y todas las miradas de los asustados chicos se centraron en mi.
-Tranquilos, no estoy mordida. -Grité levantando las manos en señal de paz.- He escuchado gritos y he venido a ver que ocurría.
Una chica se acercó a mi corriendo y con los ojos llenos de lágrimas, se arrodilló frente a mi y empezó a llorar.
-¡Por favor! Ayudale, ha entrado una criatura de esas y está luchando contra ella, ayudale por favor.
Levanté la vista a donde me indicó. Había un un grupo de chicos al rededor de un infectado y de un chico con un palo de escoba. Mis ojos se abrieron al percatarme de quien era el joven y me dirigí hacia ellos lo más rápido que pude.
Me puse en medio del chico y del zombie, con una sonrisa en la cara y empuñando mi bate.
-¿Me has echado de menos, hermanito?
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¡¡Holi holi!! Bueno, antes de nada. Sé que os tenía acostumbrados a un capítulo diario, pero he estado con exámenes y no he podido hacer nada de nada...
Pero bueno, es lo de menos. Este capítulillo no es nada del otro mundo, es un poco aburrido pero aguanten, ya que...EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO, TOMLINSON HACE SU APARICIÓN EN ESCENA. *CHAM CHAM*
Pues bueno amores, lo mismo de siempre. Espero que os guste esta pequeña novela, VOTEN Y COMENTEN y se la recomienden a vuestros amigos :) GRACIAS DE CORAZÓN.
Brit xx