La alarma me despertó a las seis, como siempre, agradecí a Dios por el nuevo día y me dirigí a la ducha escuchando pura vida, para llenarme de la unción que Dios envía a través de Florangel, hablaban en esta ocasión sobre las bondades que recibimos. Me reía por lo del cel, y todo lo demás.
Traté de vestir con algo de Diva, pero como que no encontraba combinación, así que me puse mis puma blanco con rosados, un jean rosado, y un top de diva rosa, que decía delante: "Im sexy and i know" y así me hacía sentir. Solté mi pelo, y aún tenía forma, y esos reflejos dorados me resaltaban los ojos, no me había percatado que fuesen miel. Me coloqué mi cadena que me regaló mi papi cuando cumplí 20 años. Tomé mis útiles y salí, tenia clase de genética a las 7:00, y debía ver a la chica del celular después de las. 10.
Saludé a Don Javier, que estaba tan animado como siempre, y crucé la av. Jacobo Majluta para abordar mi guagita hasta la parada Mamá Tingo. Aborde el metro, y tomé mi libro para continuar leyendo. Hasta llegar a mí parada en la UASD.
Salí tarareando hasta llegar a FI en la pecera, a tomar genética, en esa clase me sentía sola, porque estaba con los biólogos. Así que esas 3 horas eran las más lentas del mundo. Por lo que me la pasaba leyendo mientras exponían. El maestro asignó las exposiciones de la próxima semana, y se despidió. Tome mis útiles y me dirigí al economato, aunque eran solo las 9:38 am.
Pedí un capuchino, en lo que preparaban los huevos revueltos para comer con mangú, era muy ñoña con mi desayuno, y saque mi libro para seguir leyendo. Pero atendía cada vez que la puerta se abría, pues quien tenia mi celular me conocería, pues busco el numero de Janice, lo que indica que vio mi foto de fondo.
Estuve sentada luego de desayunar, y fui al baño a cepillarme, para quitarme el menú de la boca, era frecuente que los bracers se quedaran con la mitad de la comida. Salí y todo estaba igual, y volví a sentarme. De repente se abrió la puerta, y entró otra vez la Diva, esta vez con un vestido floral, no muy largo, que permitía ver unas hermosas piernas, una carpeta de hadas y unas gafas muy oscuras. Miró, se dirigió a mi mesa, y me saludó, me quedé en el aire y saludé. Abrió su carpeta, y sacó mi celular - Es cierto que eres distraída - me dijo mostrando su hermosa sonrisa. Asentí con la cabeza y le dije - Disculpa, y gracias por considerarme - no podía evitar mirarla, era despampanante. Había comprado una caja de bombones y una tarjetita para agradecer a quien me devolvió mi cel, pero tratándose de ella, lo pensé, pues sus curvas se dañarían con el chocolate. Pero aún así, lo saqué y se lo di - gracias, le dije tratando de sonreír - me miró, miró los chocolates y la tarjeta, y sonrió - gracias, me encanta la tarjeta - me dijo realmente complacida. Y los destapó para comenzar a comer.
Me entretuve mirándola comer con tanto gusto, - están ricos - me comento mientras comía el penúltimo bombón y me brindaba - gracias - asentí, tomando el bombom y comiéndolo, antes la advertencia de ella - cuidado si te ensucias - me dijo burlonamente, provocando que me detuviera a mirarla raro - Darryl me lo contó - me dijo sonriendo, para quitarse la culpa.
Darryl, así se llamaba el divo, pensé para mis adentros. Así que reaccioné y me di cuenta que estaba ahí demás. Era obvio que no hacia nada. - debo irme, y otra vez un millón de gracias - le dije mientras encendía el cel y miraba sorprendida que de fondo había una sensual foto de Darryl sin polo mostrando su sensual y corpulento torso bien definido, provocando un sonrojo en mi rostro que provoco la risa de Nemesis. - lo sabia, Darryl me dijo que pasaría - y continuo riéndose, mientras yo no sabia donde poner la cara.
Se abrió la puerta y ahí estaba el Divo, o debo decir Darryl, se acercó como si nos hubiésemos conocido hace mucho, y me susurro al oído - ¿te gustó la foto?- provocando una ruborización en la piel de todo mi cuerpo - alguito- le dije sonriendo, tratando de ocultar mi ruborizacion.