Pregunté entre eufórica y asustada, el realmente me ponía muy nerviosa, se quedó mirándome de arriba a abajo sin decir una palabra y entró sin ser invitado cerrando la puerta tras él.
- no te invité a pasar - le reclamé a mi queridito cuñado, y este se giró hacia mi lentamente mientras yo retrocedía a su avance, hasta quedar acorralada entre la puerta y su sensual y oloroso cuerpo, clavada mentalmente a la puerta por esos profundos y brillantes ojos verdes.
- se acercó a lentamente y me quedé inmóvil... No sabía si reaccionar, o tal vez no quería reaccionar y paso suavemente sus dedos por mi piel y esta me traicionó erizándose y sin abrir los ojos le dije entre dientes
- soy tu cuñada, la novia de Darryl - pero mi voz se ahogó cuando sentí sus labios recorriendo mi cuello, y en vez de detenerlo me arquee a facilitar el acceso, jugó conmigo creándome ansias hasta lograr que la humedad de mi vagina apareciera y aunque sabía que no estaba bien, sabía que no debía... Era como si un imán me mantuviese ahí sin poder alguno sobre mí... Porque su olor, su forma todo era diferente y eso me desquiciaba, y cuando sentí su respiración tan cerca de mis labios... Mi cuerpo pidió a gritos un beso, pero él no lo hizo, se alejó con una picara sonrisa y yo me dejé caer al suelo por la recién finiquita escena.
Fue a la cocina y se sirvió agua, como perro por su casa y yo me incorpore sentándome en el desayunador y armando mis argumentos para refutar su acción, y el sonriente se acerco a mi dándome un beso en la mejilla con tal pasión que volvió a erizarme y una vez más fui víctima de su hechizo pero esta vez lo afronte
- que crees que haces - le dije pausadamente para lucir serena cosa que no estaba
- soy tu cuñada - seguí infiriendo tomando más confianza, y él ni se inmuto, fregó el vaso mientras yo lo miraba fijamente y dio la vuelta en dirección a la puerta sin decir una palabra, lo mire algo incomoda porque sentía me ignoraba así que le Grite
- te estoy hablando David, y hablare con Darryl - entonces se detuvo y giro hacia mí con una sonrisa maléfica en el rostro.
- habla con el - dijo acercándose a mí, y yo no tenía a donde retroceder
- dile que te erizas cuando toco tu piel - dijo rosando mis oídos y sujetando mis brazos - dile que te excitas cuando te toco, porque tu rubor me lo dice - continuo diciendo tan cerca de mi oído que sentía desfallecer , y por instinto cerré los ojos - dile - me dijo con sus labios tan cerca de los míos que sentí me besaba - que te encanta como beso - y apretando mis manos que me dejaban sin defensa comenzó a besarme mientras yo me movía y trataba de evitar que sus labios ejercieran ese poder que tenia sobre mí, pero en el fondo no era eso lo que quería, y sin analizar me entregue a su beso lleno de adrenalina que fue explosivo, fue como si estallara algo dentro de mí, porque su beso era fuerte con ganas y Darryl besaba suave y sutil, y aunque ya no tenía las manos prisioneras no hice nada para evitar que siguiera pasando... Muy por el contrario, subí mis brazos para abrazarlo y jugar con su rubia cabellera en un beso traicionero y vil... Pero rico como el mismo dulce veneno.
Al notarlo no vaciló y en segundos sus manos estaban bajo mi desprotegida blusa acariciando mis pezones provocando una descarga de emociones que no pude contener y gemí al sentir sus labios sobre ellos sin saber en qué momento me había quitado la blusa y mientras su mágica boca deshacía mi moral el timbre fue un hecho salvador que me trajo de vuelta al pecaminoso mundo real.
- Si - dije al abrir la puerta, mientras David se despedía dándome un beso en la mejilla, ante la vista atónita de Jorge, mientras yo ni sabía que decir ante la sonrisa picara en el rostro de David y la mirada atónita de Jorge. A quien invite a pasar mientras el rugir del motor de la guagua de David sonaba como una risa burlona.
- siéntate me preparo en 5 min - le dije a mi confundido vecino Jorge que se ahorro las preguntas.
Oh Dios que está pasando, acabo de entregarme a mi cuñado en un eufórico beso pasional que va contra todas las reglas, soy una cualquiera, que vergüenza sentía repugnancia de mi misma de la sensación que me hizo sentir de su poder sobre mi... De esa energía de posesión que tiene... Y que debo admitir comparado con Darryl con él me Perdería, cierro mis ojos mientras me ducho recordando la fuerza con que me hizo suya en esos besos y la sensación de deseo... Que lamento admitir, es más intensa que la que siento con Darryl... Y eso me aterraba.