Demasiado bueno

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Me dormí llorando, porque no podía creer lo que Darryl me había dicho. Cuando desperté tenía un mensaje de voz. "Denisse te amo, y si solo me interesara acostarme contigo, no me hubiese detenido en la placita, ni me hubiese preocupado porque llegaras temprano...si por mi hubiese sido me quedo contigo, pero realmente me gustas, lamento mucho tu percepción" su voz sonaba quebradiza, y lamentándolo mucho, el tenia razón, pudo haberse aprovechado de mi, pero no lo hizo. Yo estaba en un error. Le marque pero no me contesto, y le deje un mensaje de voz " lo siento amor, lamento haberme portado así. Llámame cuando puedas". Me levante con cierto ánimo, y olio a wafles, salí y era Janice haciendo wafles, fui y la abrace por detrás diciéndole: - por eso te quiero mi amor - mientras ella me rechazaba mandándome a la ducha.

Me duche, y me vestí algo sport pero elegante, sabia que Janice me devolvería si no lo hacia. - así te gusto cariño? - le dije sonriente mientras modelaba mi ropa. - está bien - me dijo dándome su aprobación. Desayunamos, y conversamos sobre como llego ella a Out. En eso recordé la cita de Luis y acorde llamarlo para curiosear. Le marque a mami para decirle que mi cita fue un éxito, que no paso nada, y que el seria mi novio. Mami se alegro, y me dijo que vendrían pronto, que esperaba conocerlo.

Janice ya se había vestido y peinado, así que fregué los platos del desayuno y salimos. El cuimple de su papa era en la finca de un tío de Janice, cerca de Pedro Brand. Janice me contó que conoció un hermano de una compañera que le cayo muy bien, y que bailaron toda la noche, saco su cel para enseñarme su foto, y era un morenito muy lavaito, lucia en su foto de perfil una sonrisa hermosa, y una hermosa cabellera. Me alegre por ella, pues siempre conocía muchos chicos, pues Janice también era una diva, tenia un pelo negro, y mucho, hasta la media espalda, tenia unos hermosos ojos verdes topacio, y unos labios bien definidos, tenia un cuerpo escultural, que resaltaba por su marcada cintura, unas piernas largas y sin un rasguño, a pesar de que brincamos mucho. Todo eso destacado por un muy buen gusto para vestir, sexy pero formal, atenuado por una sonrisa que desvanecía cualquier hielo.

Llegamos a la finca, y eran apenas las 10:00 am. Dona Daysi, la madre de Janice salio a recibirnos, era Janice, pero con mas edad, pero conservaba su misma figura, la finca no era nada ostentosa, mas bien era una casita de campo con ciertas comodidades y una piscina pequeña. Salude al padre de Janice - sion tio - como le decía desde pequeña, le felicite por su cumple, y comenzó a bromear conmigo, sobre que Janice y yo, nos quedaríamos jamonas. También estaba Justin, el hermano de Janice, era todo un playmate, guapo, elegante, con muy buen cuerpo, y recienfirmado con los yankees de New York, pero con la misma sencillez que le caracterizaba, andaba con su novia Hillary.

Salimos al patio y nos sentamos a conversar sobre las trivialidades de la vida, y a recordar los viejos tiempos. Papi y don José trabajaban juntos en la panadería el Clarín, pero luego, su hermano Jesus, se lo llevo a EUA y cuando vino puso un repuesto de vehículos, negocio que gracias a Dios prospero mucho, y le permitió brindar una educación privada a sus hijos, mejor calidad de vida y un mejor lugar para vivir. Se mudaron del sector cuando Janice tenía 12 anos, pero aun seguían siendo humildes, por lo que era muy normal que Janice fuera fines de semanas a mi casa y viceversa.

Me aparte un poco para llamar a papi, pues me había dicho que lo llamara cuando estuviese allá, quería felicitar a su amigo, y así lo hizo. Le deje el cel y salí a buscar un vaso de agua, y para mi sorpresa, encontre a Janice muy acaramelada hablando por teléfono. Me le pegue para escuchar y comenzó a correr por toda la casa y yo detrás de ella para escuchar, mientras Justin solo nos decía - maduren - hasta que finalmente se detuvo - ok. Era con Diego - así se llamaba el chico que conoció anoche. - no puede ser, porque yo soy la que me ilusiono - le reclame por lo que me dijo de Darryl. Y comenzamos a reír jadeantes por la corrida.

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