Tomar una pequeña decisión, cambiar toda una vida

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Esperé en silencio por su respuesta.
¿Iba a dejar que le ayudara o finalmente terminaría rechazándome?

Su mirada estaba fija en mi, como si intentara doblegarme viéndome casi sin parpadear siquiera; he de confesar que me sentía un poco nervioso ante su actitud que me resultaba desconocida y mas aun porque desde su baja posición en el colchón, sus ojos parecían evaluarme en todas formas posibles.
Era... incómodo.

Me aclaré la garganta y entonces él sonrió.
Asintió levemente y sus ojos comenzaron a brillar.
Me quede quieto.

-¿Eso...es un si?- Pregunté cuidadosamente.
Él volvió a asentir.

-Por favor. - habló suavemente y supe que así era como aceptaba mi ayuda.

Aquel "por favor" era el inicio de un pacto.

Me acerqué entonces a levantar la silla de ruedas, mientras él, con movimientos lentos alejaba la ropa de cama de su cuerpo y se incorporaba.

-¿Que te sucedió? Las personas están preocupadas por por ti.- Dije mientras dejaba la silla en su posición y recogía el cojín que utilizaba para sentarse sobre.
-Resfriado. - inspiró fuertemente como para enfatizarlo.
De un momento a otro una maldición llenó el silencio.

Me di la vuelta y le vi sentado observando a su regazo con terror. Volteó su rostro hacia mi y una mueca de pánico hizo su aparición.

-¡No mires, por favor!
Pero miré. Obviamente no supe que mas hacer.
-El catéter se rompió.- habló bajo, disculpándose mientras explicaba la mancha de humedad al frente de sus pantalones.-Era el último que tenía.

Me imaginaba lo que podía estar sintiendo: ¿a que hombre le gustaría admitir que había ensuciado sus pantalones? Definitivamente era un golpe al orgullo varonil.
-Hey, no te preocupes. Iré por mas... ¿que cosa dijiste que era?- dije decidido queriendo minimizar lo incomodo de la situación.
-Catéter... tipo condón.- Avergonzado era la palabra correcta para describir su estado.
-Si. Iré por mas... pero... ¿a donde?

*****

Una hora mas tarde y luego de haber ido a comprar algo de medicina y lo que DongHae necesitaba, bajé del bus con él en brazos. No sé en que momento la decisión de llevarle conmigo a casa pasó por mi cabeza, tampoco se porque el aceptó pero había pasado, y ahora ahí estaba. O estábamos, ambos, a punto de entrar en mi pequeña casa.

Él se sostenía de mi cuello fuertemente como si temiera caerse y de la misma forma yo le apretaba contra mi. Me parecía tan frágil y tan... indefenso que quería protegerlo.
¿Pero porque?

Si él había demostrado ser bastante fuerte y autosuficiente?

¿Porque me había empecinado a ayudarle de esta forma?
Una sensación de malestar bastante conocida se hizo presente en mi estómago y fruncí el ceño, apretando la boca firmemente.
-¿Hyuk Jae?
El chico en mis brazos llamó mi atención. Ahhh que bien sonaba mi nombre cuando el lo decía... y que forma tan rara tenía de verme.

Sonreí y le miré un poco mas y fue entonces que me di cuenta del desconcierto en su mirada y de que me había quedado parado frente a la puerta de la casa mientras trataba de descubrir que era aquella recién descubierta fijación por ayudar a la persona en mis brazos.

-Disculpa.- fue lo único que dije y abrí la puerta con un poco de esfuerzo.

Al cerrarla tras nosotros, un suspiro emanó de él mientras miraba a todos lados.
-Es lindo.- dijo.
-Gracias.
Caminé hasta un sofá y lo dejé ahí, nuevamente sintiendo un extraño vacío en mis brazos.
Luego de ir a por sus cosas y de llevarlo a mi habitación, preparé una ligera y caliente cena para ambos.
Dando un sonoro sorbo, DongHae término y dejó el tazón del que había estado comiendo sobre la mesita.
-Delicioso. Cocinas realmente bien.
Le sonreí y una sensación de calidez en mi pecho apareció.
Era una sensación linda que no hizo mas que acrecentarse durante la semana que transcurrió rápidamente con él viviendo conmigo.

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