Prologo

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Eran las 10 p.m.

Me encontraba en las típicas video llamadas nocturnas con mis mejores amigos.

Mi mente solo estaba en “Nada mejor que una dulce noche para tocar el violín” hasta que una voz chillona me grita.

-Joder Emma, estamos platicando ¡Deja de tocar!- Dijo Teresa. Una de mis mejores amigas. Una rubia bastante alocada pero de buen corazón.

Deje de tocar mi bello instrumento y resople metiéndolo en su estuche.

-Joder tú teresa, que nunca me dejas tocarlo en paz- comente.

-Bueno, es porque estamos charlando- dijeron al mismo tiempo Robert y Dake. Nuestro par de gemelos preferidos, ambos unos chicos bastante atractivos. Aunque nuestro querido Dake salido del closet (si saben a lo que me refiero).

-Ya dejen a la señorita perfección- dijo Jenna. Otra de mis queridas amigas.

Todos comenzaron a reír y yo rodee los ojos. Era típico de ellos molestarme por mi forma de ser.

-Ja, ja, muy cómicos-

-¡Volvamos al tema!- grito Sam. A pesar de su carita de ángel era a la que más le encantaban los chismes.

- Escuche que Jake se quiere tirar a Teresa-  dicho eso nuestra querida Tessie se puso a tartamudear. Aunque la definición de nuestras computadoras no eran tan buenas, podíamos notar hasta aquí el rubor de las mejillas de ella.  Comenzamos a reír por su nerviosismo.

-Sam, Jake se quiere tirar a medio mundo- dijo Robert intentando defenderla. Ya que nuestro querido amigo estaba locamente enamorado de ella. Parecía que media preparatoria lo sabía. Pero Teresa era tan cabezona que no lo notaba, y por más que le insistíamos a Robert de decírselo no lo hacía.

-B-Bueno… Dean es igual- Dijo Teresa a su defensa. Yo abrí con los ojos como platos y mis mejillas se tornaron rojas de furia. No señor, con mi Dean nadie se mete.

-Has prendido la mecha Teresa…- oí decir a Jenna.

-Oh no…- dijo Sam.

-¡Con Dean no te metas!- grite- ¡Él es un chico único, muy lindo, nada comparado con el mujeriego de Jake. Dean es diferente, solamente que ustedes no lo notan! Y… y…- intentaba proseguir, ya que mi respiración comenzó a acelerarse. Y deje de respirar. Tome mi inhalador de mi escritorio e inhale de el un par de veces.

-Tranquilízate chica, cada vez te pondrás peor si no dejas de ponerte a la defensiva con Dean- Canturreo Dake.

Ya después de unos segundos de a ver recobrado mi respiración habitual me masaje la sien.

-Lo sé, lo se… lo siento- dije.

-Hablas como una completa enamorada-  dijo Jenna.

-Y lo estoy- comente.

-Deberías decirle ¿No crees?- dijo ella nuevamente.

Me quede en silencio unos segundos –Lo are cuando sea el momento- dije sonriendo al recordarlo todos los días entrenando futbol. –de todas formas, no temo a ser rechazada-

-Típico de ti- Dijo Sam. 

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Me desperté con el sonido de mi despertador. Me levante de mi cama, me di una caliente ducha y comencé a arreglarle para la escuela.

Me hice dos trenzas con mi corto cabello, me vestí con una blusa de botones color azul cielo, unos jeans negros rotos de las piernas y unos botines color café –mis favoritos- tome mi mochila y mi estuche donde guardaba el violín, salí de mi cuarto para dirigirme a la cocina, pase por el pasillo, salude a coco, el perro de mi padre.

Entre a la cocina y me saludaron las mismas dos personas de siempre, mi papá y mi tío –solo vivía con ellos dos-.

-Buenos días- los salude alegremente entrando a la cocina para tomar un pedazo de pan con mantequilla, me lo lleve a la boca al tiempo que mi papá me daba un beso en la mejilla –Gracias- dije en un murmullo con la boca llena de pan.

Mi tío me dio un golpecito en la nuca y yo reí, trague el pan y me despedí de ambos para dirigirme a la escuela.

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Ya me encontraba en el pasillo repleto de jóvenes con hormonas alborotadas, canturreando cosas sin sentido como fiestas y ese tipo de cosas del demonio.

Estaba sacando un par de cosas de mi casillero, cuando alguien lo cierra bruscamente haciendo que me sobresalte. Jenna..

-¡Carajo Jenna! Casi me dejas sin nariz- ella comenzó a reír  e inclino su cabeza en una señal de que volteara hacia atrás, lo cual hice.

Estaban Jake y Dean con un par de chicas alrededor de ellos. La tonta y entrometida de Jenna grito el nombre de Dean y salió corriendo por el pasillo alejándose rápidamente de mí.

El volteo su mirada buscando el origen del grito, su mirada choco con la mía, yo sin pensarlo dos veces le sonreí y el solo continuo con su charla con las chicas. Me encogí de hombros.

-Mal intento Em- Dijo una voz a mis espaldas proveniente de mi querido amigo Robert.

-Muy gracioso- dije. El soltó una carcajada y poso su brazo sobre mi hombro.

-vayamos a clase mujercita- yo le sonreí y caminamos a nuestra primer clase del día.

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El aburrido profesor de historia escribía un par de cosas en la pizarra cuando interrumpió su aburrida clase diciendo:

-Hay jóvenes que se están  quedando en la materia, así que les pediré ayuda a ciertos alumnos de buenas calificaciones que mencionare para que sean tutores- dicho eso, comenzó su aburrida lista de 7 personas, yo fui la última en mencionar.

Se escuchó una carcajada al fondo del aula, la mayor parte (por no decir todos) volteo su mirada al origen de la risa y era Dean.

-¿Qué es tan gracioso? Porque a mí no me parece cómico que usted se esté burlando de la señorita y este dejando la materia-.

La risa se intentó borrar del rostro de Dean –Lo siento profesor…- dijo reprimiendo una sonrisa.

-Bueno, entonces me supongo yo que no le molestara tener a la señorita Emma de tutora- dijo el profesor.

Esta vez la sonrisa del rostro de Dean se esfumo como el viento. Su mirada cambio del maestro a la mía.

Yo le mostré mi blanca sonrisa.

Gracias destino y, bueno, usted también profesor…

Espero que les haya gustado esta corta introduccion a lo que mas adelante pasara, espero que voten/comenten/compartan/molesten/jodan lo que gusten y a esas personas que me apoyaron en mi  novela anterior espero que lo hagan con esta tambien y que la disfruten:D

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