Manejo por la calle principal del barrio bajo de Los Ángeles en un hermoso Ford Torino 1972 a 240 km/h intentando distraer a los del bando contrario molestos por el robo de 4 carros de su montón. Digamos que nos lo debían pero a ellos jamás les gustó negociar. A nosotros tampoco. Los angra somos quienes dan las órdenes. Nadie juega o intenta estafarnos. Estos cuatro carros son del bando de Sergey. Un peligroso mafioso jefe de Los Rusos. Como su nombre lo dice no son americanos. Hemos intentado hablar con él desde que acordamos un trato de 40 mil dólares con tal de que dejara a nuestros proveedores en paz. No lo hizo. A cambio le quitamos el quíntuple de lo que nos debe. Un trato justo a nuestro favor. Para su mala suerte una vez teniéndolos en nuestra bodega los dan por perdidos. Tom, el líder de mi bando se encuentra embargándolos con destino a Florida y una vez allí hemos ganado… de nuevo. Sigo corriendo por la autopista dejando sin rastro mi huida y al parecer los he podido distraer lo suficiente pues una llamada en mi celular retumba haciendo presencia por el manos libres. Espero sean buenas noticias.
-Tom?, Creo que los perdí.- Digo contenta aun con mis manos en el volante y mi pie en el acelerador. Veo por el retrovisor una vez más y me estaciono como puedo en la siguiente curva. Todo sigue oscuro. Presto más atención y escucho quejidos de una voz conocida tras el teléfono.- Tom…?
-Hmmhm.- Tose quien sea que esté del otro lado aclarando su garganta.- Buenas noches querida.- Su acento revolvió mi estómago como si tuviera a alguien apuntándome con un arma.- Dónde te encuentras?
-Sergey… Dónde está Tom?.- Pregunté nerviosa manejando mi timbre de voz para que él no lo notara. Mi debilidad era su fuerza. No le puedo dar el gusto.
-Oh mi amor. Él está muy bien. El problema es que él no tiene mis carros. Quiero que seas tan amable como sueles serlo y me digas donde están.- Mi cabeza da vueltas. Si Tom no los tiene… no se que mierda pasó. Dónde están!?.
-Dónde está Tom?.- Pregunté alzando mi voz y se rio del otro lado cínicamente.
-Dónde están mis carros?.- Preguntó molesto. Muy molesto. Su voz ronca haciendo juego con su asqueroso acento retumbando en mis oídos.
-Mierda! No se Sergey! No tengo idea de donde mierda están! Donde esta Tom???!.- Pregunté exaltada destapando mi vulnerabilidad al cien.
-Estará bien mientras me des lo que quiero. Tienes una semana para encontrarlos y más te vale que los tengas. Då svidaniya!.- Intenté interrumpirlo pero me había dejado. Colgó.
Seguí sentada en el asiento de piloto admirando la vista desde mi lugar de aparcamiento. Intento encontrar alguna otra solución. Debo encontrar esos 4 carros. O mínimo buscar la manera de reemplazarlos. No sé qué mierda haré pero debo actuar rápido. La vida de Tom está en mis manos. Debo actuar ya. Junto las piezas y todo encaja perfectamente… fue él. Mierda. Todo fue una trampa. Yo… Yo caí.
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NOTA: Chicas! Chicos! Lectores en general. Si les gusta no olviden dar un voto, no les cuesta nada. Espero les guste la historia. Besos a todos!