Lunes 7 de Abril, 10:36 pm.
Respiro nerviosa con mis piernas temblando escuchando como chocan entre sí y me pregunto si soy yo o realmente estoy haciendo mucho ruido. Tengo a Rick en el lado del piloto y ligeramente lo observo de reojo. Viste unos pantalones negros no muy ajustados junto con una playera negra arremangada y un dije colgando de su cuello. Por primera vez observo que sus brazos están decorados por algunos tatuajes liberando así su esplendor masculino. Se ve demasiado sexy. Distingo que tararea una melodía familiar e intento recordar de cual se trata. Comienzo a tararearla como él sin dejar de verlo frunciendo el ceño y de pronto en un fugaz momento recuerdo la tonada, es Photograph de Nickelback. Sonreí al reconocer que tiene excelentes gustos musicales y gracias a su risa me percaté que seguía viéndolo embelesada.
-Te agrada la vista?.- Sin pensarlo puse los ojos en blanco y regresé la vista hacia al frente, reconociendo las casas y el barrio sabía que estábamos cerca. El nerviosismo regresó.
-Sufro de astigmatismo así que no es el caso.- Sonreí hipócritamente y aun sin la necesidad de verlo pude sentir como una sonrisa se dibujaba en sus labios de igual manera.
-Ja ja ja, muy graciosa.- Dijo entre pausas y me crucé de brazos para seguir mirando el camino.-Y bueno… me pediste que no preguntara pero podrías ser un poco más abierta y decirme a que vine aquí?.- Dijo estacionándose metros antes de llegar al borlote mundial. Jadeé levemente y sentí las ganas de vomitar una vez más.
-Tu solo sigue el plan y acepta todo lo que diga, necesitamos que esto sea de fiar y solo puedo decírselo a Tom si estas presente.- Dije cruzando miradas por fin con el castaño a mi lado y frunció el ceño confundido.
-Y qué es lo que le dirás exactamente?.- Preguntó nervioso pues hablaba con una voz temblorosa así como mis piernas recién subí al coche. No contesté y para evitar más preguntas me abalancé fuera del carro tomando antes mi chamarra negra de cuero para colocármela pues el clima era fresco.
Visto unos jeans rotos ajustados con una camiseta corta y vieja color blanca que me llegaba un poco abajo del ombligo dejando un poco de piel a la vista. Reviso la hora y dan las 10:47 pm. Aun no estaba segura si lo que tenía en mente era buena idea, o si sería descubierta al instante en el que intentara mentir. No estaba acostumbrada a esto, no con Tom. Siento el toque de Rick en la parte baja de mi espalda haciéndome dar un brinco y me doy cuenta que solo está indicándome que avance más rápido. Sin darme cuenta había dejado que me alcanzara de lo lento que estaba caminando, y la verdad es que ni si quiera quería llegar. Tom me estaría esperando en una pequeña oficina a un lado de los arrancones. Primero teníamos que presentarnos con el dichoso cliente y luego probablemente nos pediría a todos competir en la carrera para medir velocidades y habilidades de cada uno. Tampoco estaba acostumbrada a ponerme a prueba para estas cosas pero si Tom decía que era importante, seguramente lo era. Le pido en señas a Rick que aguarde un rato afuera mientras yo avanzo en pasos cortos a la oficina. A lo lejos observo los autos de mis amigos y de Tom estacionados por toda la calle metros antes de la pista de arranque, y también puedo mirar a toda la gente abucheando y gritando, apoyando y desanimando a los competidores. Este ambiente era el que me gustaba, ruidoso y poderoso. Me hacía sentir en casa. Mis pensamientos se interrumpen con mi cuerpo deteniéndose frente a una puerta entreabierta y soltando un último suspiro nervioso agarro el valor suficiente y toco levemente la puerta para después ver a un fortachón de poco menos de 2 metros de altura mirándome hacia abajo. Portaba una camiseta color negra parecida a la de Rick dejando a la vista sus tatuajes exagerados dejando poca piel a la vista. Sonríe y sin decir nada me indica que soy bienvenida a pasar. Avanzando unos cuantos pasos veo a Tom sentado frente a su escritorio que solo hace uso en ocasiones importantes y frente a él un hombre de no más de 30 años, cabello rubio alborotado, ojos intensamente azules, cara alargada y a diferencia de nosotros él estaba aparentemente bien vestido. Se puso de pie y al instante lo encontré intimidante. Portaba un pantalón de mezclilla oscuro con un dobladillo arriba de los tobillos, una camisa blanca de manga larga arremangadas hasta la altura de su antebrazo y ésta por debajo de su chaleco color azul marino haciendo contraste con los zapatos y su reloj resplandeciente. Me sonríe y hago caso omiso. El tipo es atractivo pero no me da buena espina. Siento como Tom se va acercando a mí y de pronto lo tengo a un lado mío sosteniéndome de la cintura como un gesto de propiedad. El hombre frente a nosotros frunce el ceño y saca de su bolsa un paquete de cigarrillos para después sacar uno y ofrecernos otro. Ambos negamos y se limitó a encender el que ya estaba afuera. En el cuarto había un silencio abrumador de esos que te hacen sentir completamente incómoda, quién era este tipo? No lo había visto antes… no parecía de estos rumbos.