"Eres Un Idiota"| Malec

"Better Than I Know Myself"

Él siempre había intentado ser el fuerte, por su familia, por todos, pero ya no podía soportarlo.

Al principio no pudo reaccionar, "es mentira", repetía en su mente, pero cuando vio a Isabelle, cayendo de rodillas frente al cuerpo antes puesto sobre una cama en el centro del instituto, supo que su madre no mentía, su hermano Max, había muerto.

Lo único que pudo hacer fue correr, sentía como las paredes se achicaban entorno a él, y todo su mundo se caía abajo. Salió del instituto, atravesó calles, estaba cansado, pero no se dió cuenta en que momento empezó a llorar, sentía gritos llamándolo detrás de él, pero eso no iba a detenerlo. No tenía un destino en mente, no tenía ningún lado a donde ir, pero eso no era en lo que pensaba, sin intención logro meterse en un callejón sin salida, quedando parado frente a una gran pared de ladrillos, comenzó a golpearla desesperadamente, una, dos, tres veces, hasta que ya no podía parar, sus manos dolían, probablemente también estaban sangrando, pero el parecía no darse cuenta del daño que le causaba.

-¡Alexander! ¡Ya basta!- Era Magnus. Intento acercarse pero Alec lo empujo bruscamente, para luego caer al suelo con las lágrimas mojando nuevamente su rostro.

-¡Vete! ¡Largo de aquí!- No quiera que se fuera, pero no podía permitirse ser visto así, menos por él.

Magnus, a pesar de notar la frialdad en su voz, volvió a acercarse, esta vez levantando su mandíbula para mirar esos ojos azules que tanto le gustaban, pero ahora habían perdido su brillo.

-Alec, por favor... - Dijo despacio, queriendo abrazarlo -No me alejes.

Cuanto más luchaba por zafarse de su agarre, mas luchaba el brujo por acercarse, no importaba la fuerza que pusiera, aunque debido a los minutos anteriores no era mucha. Finalmente cedió, ambos en el suelo, abrazados fuertemente, todavía con los fuertes sollozos de Alec.

Decía palabras sin sentido, o por lo menos eso era lo que Magnus llegaba a entender. "Joven" sintió. "No puedo" "Culpa " Él no sabía cómo ayudarlo, le partía el corazón verlo de esa manera, él ya sabía que en algún momento Alec iba a explotar, que se terminaría ahogando en su mente, ahora el momento había llegado, y no podía hacer nada para evitarlo, más que acompañarlo.

-Tranquilo, estoy aquí- decía -No te dejare, ¿Me escuchas? No lo hare. Lo prometo.

Así pasaron un rato, Alec agarrado fuertemente del cuerpo de Magnus, escuchando los latidos de su corazón y este acariciando suavemente su cabello, listo para cumplir su promesa.