"Love Someone"

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-Pero mírate Alec... siempre supe que en el fondo eras guapo- decía Izzy burlándose de su hermano- solo te faltaba... un poco de mi ayuda.

Alec se preparaba para su cita, donde Magnus lo había invitado a una cena, con la excusa de que ambos necesitaban tiempo para estar juntos, después de todo lo que habían pasado: Valentine, Sebastian, Robert, Max... pero Alec no quería pensar en eso, estaba enfocado en su cena, de verdad quería estar un rato a solas con Magnus, aunque eso significara hacerse pasar por mundano, cosa que no le gustaba en lo absoluto. Fue cuando ya estaba de salida que Isabelle lo detuvo, arrastrándolo de nuevo a su habitación al ver la apariencia de su hermano; mientras que para Alec preocuparse por su atuendo no tenía importancia alguna, para ella era inaceptable que su hermano fuera así a una cita, aunque Alec no estaba tan seguro de dejarse arreglar por su hermana, podría ser peligroso, sobre todo para su dignidad...

-¿Crees que a Magnus le guste?- le preguntaba Alec, con respecto a su nueva ropa.

-Claro, ya me lo agradecerás, además, ¿Sabes que le va a encantar?

-¿Qué?- No entendía de qué hablaba su hermana.

-Quitártela...-dijo ella con picardía, para luego soltar una carcajada, al ver la cara de su hermano, sonrojado como un tomate. Este solo le lanzo la mirada más asesina que pudo y se dio la vuelta, para ocultar su nerviosismo.

-Vamos Alec, estas bien, le encantará, confía en mí.

Él solo suspiro, y dejo que Izzy le arreglara un poco su cabello. Finalmente se miró en un espejo, había visto su ropa antes pero nunca pensó que le sentaría bien. Traía sus botas negras, pero sus pantalones eran de un tono marrón y su camisa azul marino resaltaba sus ojos, Isabelle la había remangado, desabrochando los primeros botones, y metiéndola dentro de su pantalón en la parte de adelante para dejar ver su cinturón. Su cabello ya no caía sobre sus ojos, sino que ahora estaba más levantado con un poco de gel y tirado hacia un costado. Alec estaba asombrado, jamás lo diría en voz alta pero quizá no fuera tan malo haber dejado que Izzy lo ayudara, aunque de todos modos ya era muy tarde para volver a cambiarse.

-Ahora, mi querido Romeo, es hora de que vayas, si no quieres llegar tarde- dijo Izzy.

Alec asintió, le dio un beso a su hermana y salió disparado hacia la puerta del instituto, Magnus estaría esperándolo en su apartamento, para luego salir hacia el restaurante.


Cuando Magnus estaba decidido a salir e ir a buscar a Alec creyendo que no vendría, tocaron el timbre de su apartamento.

-Ya era hora, pensé que...- se olvidó lo que estaba diciendo al ver a su novio. Para él, Alec siempre había sido hermoso, aunque nadie parecía notarlo, pero hoy realmente sobresalía "Gracias, Isabelle" se dijo Magnus en su mente, sabía que esto había sido cosa de ella, se lo agradecería mas tarde.

-Alexander... estas...

-¿No te gusta? Yo iba a venir antes pero Izzy dijo...y después me obligo a cambiarme... pero después ya era tarde... y...- Alec hablaba demasiado rápido, mayormente por los nervios. Magnus solo lo beso.

-Alec, estas precioso... eres precioso- y volvió a besarlo, Alec solo se sonrojo.

-Vamos- dijo Magnus, agarrando a su novio de la mano y saliendo hacia el lugar.

La caminata fue tranquila, ambos disfrutaban el silencio y la compañía del otro, aunque Alec no podía dejar de lado algunas miradas con las personas que se cruzaban. Tal vez sea solo su imaginación, pero realmente sentía como todos en la calle estaban hablando de ellos. En un momento intentó soltar su mano, pero en respuesta Magnus solamente lo apretó más fuerte, acercándolo a él, cualquiera pensará que esto lo calmaría, pero sin embargo sus nervios aumentaron, junto con el ritmo de su corazón; pero esta vez no por su entorno, sino por él gesto de Magnus. Le tomo su tiempo, pero en ese momento por fin lo acepto: Lo amaba, como nunca pensó que podía llegar a amar a nadie.


Luego de sentarse en una mesa, los atendió una chica, bastante alta, parecía propia de una película, que miraba sin ningún descaro a Alec, este no lo notó, o por lo menos no entendió en ese momento el porqué de la actitud de la chica, a diferencia de Magnus, que la miraba como si quisiera sacarle los ojos.

Pidieron su cena, y con cada minuto que pasaba Alec estaba más incómodo, sobre todo después de que aquella chica le guiñara el ojo y se fuera, así también creció el enojo de Magnus, aunque decidió ignorarla para poder disfrutar su noche, y eso intentaba, hasta que la chica trajo junto con sus platos, un papel que tenía anotado un número telefónico, obviamente el suyo, y lo dejo junto a Alec tocando su cabeza. Ahora si Magnus no pudo contenerse, dejando dinero sobre la mesa, jaló a su novio fuera del lugar, cosa que no le llevó mucho esfuerzo, ya que Alec hubiese salido del allí de todas formas. Estaba muy avergonzado, y el silencio de Magnus no ayudaba, estaba seguro que su enojo era con él.

-Perdona, yo... no sabía... No quería que te molestes conmigo, perdóname Magnus- decía Alec con la cabeza gacha, mientras caminaban hacía el apartamento. Magnus frenó y lo miró. A pesar de que Alec no hubiera casi hablado en toda la noche, sabía que no había estado cómodo, es más, cualquiera pensaría que estuvo actuando extraño desde un poco después que salieron de su apartamento.

-¿Perdonarte Alec? Fui yo quien no debió obligarte a venir aquí, lo que quería era que vieras lo hermoso que puede llegar a ser el mundo, que disfrutaras de las cosas más simples, porque te lo mereces, lo merecemos, después de todo. Pero al contrario, te hice vivir una de las noches más incomodas de la vida. Tú eres el que debe perdonarme.

Alec solamente le regaló una pequeña sonrisa y un suave beso en los labios, para después tomarlo de la mano y seguir caminando en silencio. El enojo que Magnus traía consigo fue suplantado por confusión, pero siguió su camino de la mano de Alec.


-Te amo, Magnus- Estaban exactamente en la puerta de entrada al apartamento cuando Alec soltó esas palabras con simpleza, habían estado en su cabeza toda la noche, ya era hora de decirlas, y sacar los nervios de adentro suyo de una vez por todas. El brujo volteó sorprendido a mirarlo, Alec no solía expresarse tan claramente, y menos sobre sus sentimientos.

-¿Qué dijiste?- Seguro había escuchado mal.

-Dije que te amo, Magnus- Había escuchado perfectamente bien. Siempre había pensado que iba a llevar tiempo antes de escuchar eso de Alec, ese nefilim no dejaría de sorprenderlo.

-Yo también te amo, Alexander- y después de eso lo besó, primero con ternura y suavidad pero que se volvía más intenso cada segundo. Sin separarse de Alec abrió la puerta, para volver a cerrarla estando ya dentro, con Alec apoyado contra esta. Y así era, solo ellos y su amor, Magnus tomaba suavemente a Alec de su cintura por debajo de su camisa, tocando su vientre, mientras él se abrazaba de su cuello, acariciando su cabello cada tanto. Lentamente Magnus separo a Alec de la puerta y sin soltarse lo llevo hacía el sillón, donde se sentó e hizo una seña para que Alec se sentara también a su lado, cosa que hizo y apoyó su cabeza sobre su hombro, quedando abrazados.

Pasaron el rato, hablando, riendo. Alec se asombraba de cada una de las cosas que Magnus contaba, mientras que a éste solo le gustaba verlo sonreír, porque cada vez que él sonreía su cara se iluminaba, parecía realmente un ángel, sencillamente hermoso. Se enamoraban cada minuto que pasaba; Y la noche, se vuelve corta para quienes aman.

"Eres Un Idiota"| MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora