"Somewhere Only We Know"

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Ninguno de los dos sabía exactamente qué estaba pasando entre ellos, pero últimamente no hacían más que pelear, a veces ni siquiera sabían por qué estaban discutiendo. Siempre supieron sobrellevar todas las situaciones que se les proponían, juntos, porque la comunicación entre ellos no les había vuelto a causar problemas hasta ahora. Ellos entendían perfectamente al otro, tan solo con una mirada. Para Magnus, Alec se había convertido en un libro abierto, y viceversa, con el tiempo Alec fue escuchando cada historia que Magnus le contaba, escribía o hasta mostraba sobre su vida, pudiendo llegar a realmente conocerlo, o por lo menos cada vez más. Pero en estas últimas semanas algo faltaba, su convivencia se volvía cada vez mas tensa, había noches en las que Alec nunca llegaba a su apartamento como de costumbre, dando escusas y quedándose a dormir en su antigua habitación en el instituto.

Cuando intentaban hablar sobre sus sentimientos, algo terminaba mal, y como las veces anteriores iban subiendo el volumen de su voz hasta llegar a los gritos. Y así Alec se iba al dormitorio, cerraba fuertemente la puerta, y a veces se sentía algo romper contra el piso, mientras Magnus iba a su lugar de lectura a enfocarse en cualquier cosa que encontrara a su alcance, muchas veces quedándose dormido allí. A la mañana siguiente, Alec se despertaba temprano, y preparaba café para ambos, a pesar del enojo de la noche anterior. Iba donde Magnus, dejaba la taza sobre la mesa. Si hacía frío, agarraba una manta y la ponía sobre él. Y luego se iba al instituto donde lo esperaban sus hermanos para entrenar, si no debían ir a ninguna misión. Cuando se hacia la tarde y Alec no había regresado, Magnus llamaba, pidiendo que regrese a casa, y así lo hacía, hasta que unos días después volvían a pelear, y se quedaba algunas noches en el instituto. Jace y Isabelle estaban preocupados por su hermano, y también por Magnus; ellos parecían no poder estar alejados del otro por mucho tiempo pero últimamente pasaban días separados, hacía tiempo que no veían a Magnus caminando por los pasillos del instituto, aunque lo que mas los intrigaba era que Alec ya no hablaba de Magnus como solía hacerlo antes, quizás si lo nombrara una que otra vez, pero no se sentía igual. Siempre que Alec hablaba de su novio, sus ojos se iluminaban, tomando un brillo de pura felicidad, como si se tratara de algo completamente único y especial, eso era lo que sentía con Magnus, y ahora, simplemente ya no brillaban, la emoción en su voz se había transformado en indiferencia, y de a poco volvía a cerrarse en sí mismo, como aquel chico que fue, antes de conocerlo.



-¡Me voy de aquí!- gritó Alec.

-¡Pues vete de una vez, Alexander!

Alec lo miró, dolido, sus ojos habían tomado un color obscuro, no podía creer que en verdad estuviera pasando.

-No tienes nada que hacer aquí, cazador de sombras. El amor que alguna vez existió, al parecer se ha ido, así que eres libre de irte. ¡Ya lárgate!- le respondió Magnus

Alec solamente se fue al cuarto para agarrar algunas cosas, quería llorar, pero a su vez estaba demasiado molesto para hacerlo delante de Magnus, la inseguridad que había tenido algún día había vuelto: La idea, hace unos días impensable, que Magnus llegara a lastimarlo, no solo había vuelto, sino que estaba pasando frente a sus ojos. Todo su mundo se estaba viniendo abajo, pero su orgullo hizo que saliera del lugar, sin siquiera mirar atrás.

En el momento que se oyó el fuerte golpe de la puerta principal, Magnus se desmoronó. Cayó al suelo, volvió a recordar lo que se sentía llorar: A lo largo de su inmortal vida tuvo que aprender a sobrevivir, por más irónico que eso suene. Había aprendido a sacar los sentimientos de si mismo y guardarlos bajo llave. Alec fue quien encontró esa llave para liberarlos. Pero ahora que ya no estaba, sentía como todo el peso de su vida caía nuevamente sobre él.

"Eres Un Idiota"| MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora