-Debería ir a ver qué le ocurre.- Se levantó empapado, se sacudió un poco y miró a Willy.- Tú también podrías venir...- Dijo con un poco de duda.
Willy no quería, obviamente, pero tras segundos pensándoselo, pensó que sería lo mejor para Vegetta, asintió y se dirigió a la habitación de Mare.
Desde la puerta, cerrada, se podía oír cómo lloraba la chica, a Vegetta se le encogió el corazón, Willy ya lo tenía encogido.
-¿Se puede?- Vegetta tocó a la puerta tímidamente.
-¡Sí, pasa grandullón!- Cuando entraron Mare aún se limpiaba las lágrimas de los pómulos, obviamente no quería que supiesen que había llorado.
-¿Estás bien, Mare?- La chica asintió con una falsa sonrisa en la cara. Vegetta fue a mirar a Willy, en busca de ayuda, pero él no estaba, había desaparecido. Se encogió de hombros y siguió caminando hacia la habitación.
-No te preocupes grandullón, estoy perfectamente, pero quería hablarte de una cosa,- hizo una pequeña pausa sentándose en la cama y haciéndole un gesto a Vegetta para que la imitase,- es sobre Guille.
-¿Qué te ocurre con él?- Mare casi nunca hablaba de Willy y cuándo lo hacía solía ser alguna pregunta sin importancia.
-Nada, es solo...- dudó unos segundos, midiendo sus palabras,- me cae muy bien.- Dijo finalmente. Vegetta sonrió de medio lado mientras fruncía el ceño.
-¿Te gusta Willy?- Mare abrió mucho los ojos y soltó una carcajada.
-¡Ni muchos menos, grandullón! Simplemente eso, me cae bien, parece simpático, igual que tú...- No era de eso de lo que Mare quería hablar, estaba improvisando, no se atrevía a hablar de lo de que realmente quería, lo había intentado muchas veces pero no había podido.
-Tú también me caes muy bien, Mare.- Dijo con una sonrisa cariñosa de medio lado.
-Sí...,- agachó la cabeza, ¿¡por qué se sentía tan incómoda hablando con él!? ¡Nunca le había pasado eso! En el fondo incluso le dolía, ya no tenían la misma confianza, él no la conocía, y no le extrañaba, la cicatriz le deformaba la cara completamente.- Muchas gracias, grandullón.- No se atrevía a mirarle, tenía miedo, le quería demasiado como para dejarle ir tan pronto.- Te extraño.- Dijo ella, solo moviendo los labios.
-¿Gracias por qué, Mare?
La noche era fría y eso se notaba mucho en la casa, puesto que la calefacción estaba rota, habían llamado muchas veces para que la arreglasen pero no aún no venían.
Vegetta se había levantado para ir al baño. Temblaba de los pies a la cabeza, se cogía los codos e incluso llevaba puesta la capucha de la sudadera con la que tenía que dormir.
Serían las cuatro de la madrugada y Vegetta esperaba encontrarse la casa en calma, pero no fue así, unos sollozos se escuchan, provenientes de alguna habitación.
-Lo siento, Guille, está loco, yo... yo no puedo hacer nada por él.- Llegó a escuchar a Daniela.
Willy no respondió, solo sollozó.- Le he analizado, actúa como... como un demente, Guille, mi trabajo ha terminado, no puedo hacer nada por él. Lo siento.- Posó su mano en el hombro de Willy y le hizo mirarle a la cara.
Lo que dijo Daniela Vegetta no consiguió oírlo pero por la expresión de Willy no había sido nada halagador.- ¡No voy a hacer eso! Gracias por tu ayuda, Daniela, mañana mismo podrás irte.- Dijo con tono enfadado y cortante.
Daniela fue a salir de la habitación, Vegetta no quería que supiesen que había estado escuchando, así que, torpemente, dio tres grandes zancadas hasta llegar al baño, dónde silenciosamente se encerró.
Oyó los pasos de la chica hasta su habitación, después se encerró con un suave portazo y se hizo la calma.
Vegetta salió del baño, dirección su habitación. La puerta del cuarto de Willy estaba cerrada, al igual que la de Mare y Daniela.
La suya, en cambio, estaba abierta. El brillo de la luna reflejaba un charco de luz en el suelo, pero esta vez había una silueta recortada en la ventana, Willy.
-¿Willy? ¿Estás bien?- Vegetta decidió fingir que no sabía nada, si Willy quería contárselo o no era decisión suya.
-Sí, solo... no tengo sueño.- No tuvo que decir nada más, Vegetta cerró la puerta y se sentó en la cama.
-¿Qué quieres hacer?- Dijo con una sonrisa inocente en la cara.
-¿Hablamos?- Preguntó Vegetta.
-Hablamos.- Era reconfortante tener a alguien como Vegetta, dispuesto a no dormir por ti, pasar la noche en vela cuando ni siquiera le dices el por qué, pensó Willy.
-¿Qué tal tu día, chiqui?- Preguntó Vegetta con una enorme sonrisa.
-Bastante bien, ¿el tuyo?- Se oyó cómo alguien cerraba la puerta de su habitación y se metió en la contigua al cuarto de Vegetta, dónde grababa.
-Espera un momento, chiqui, voy a ver qué ha sido eso.- Willy tenía el ceño fruncido. Cuando Vegetta se levantó besó a Willy en la frente y salió de la habitación.
Se oían ruidos en esa sala, muy leves, porque estaba insonorizada, tras segundos pensando Vegetta reconoció de qué se trataba, música.
¿Música? ¿A esa hora? Abrió la puerta levemente y la música inundó el pasillo por unos segundos, estaba altísima, y Vegetta aprovechó para colarse haciendo el menor ruido posible.
Mare estaba en medio de la habitación, bailando, al ritmo de Don't Let Me Down.
Bailaba muy bien, pensó Vegetta, pero eso no le llamó la atención, fue la familiaridad en sus pasos. Vegetta decidió salir de la habitación.
-¿Y qué tal con Soraya?- Preguntó Vegetta, sentado en su cama con Willy apoyado en la parte opuesta del cabecero, dónde él estaba apoyado.
-Bien, mañana hemos quedado para ir al cine, ¿quieres venir?
Vegetta levantó la cabeza y soltó una carcajada,- ¿y estar allí de sujeta velas? Una mierda, chiqui.
-¡Qué no! Venga anda vente.- Willy cogió un pie de Vegetta y lo levantó, jugando con él.
-No.- Dijo sonriendo y quitó el pie del agarre de Willy, este puso una cara muy graciosa, al menos para Vegetta, levantó una ceja, se le achinaron más los ojos y sonreía de medio lado. Vegetta aprovechó para meterse con él.- ¿Te has dormido, Willy?
-¿Qué dices?- Ahora tenía el ceño fruncido.
-Ah, es que cómo tienes los ojos cerrados pues pensé que te habías dormido.- El tono burlón de Vegetta "enfadó" a Willy.
-No, vale, pues me voy. ¡Si total estoy dormido!- Dijo riendo y levantando las manos mientras se dirigía a la puerta.
-¡No! ¡Te quedas!- Vegetta se levantó de un salto e intentó parar a Willy, este tiró de él, pero Vegetta era más fuerte y consiguió tirarlo a la cama, se puso encima de él, sujetándole con las rodillas las caderas y golpeándole con una almohada en la cara.
-¿¡Qué haces!? ¡Para! ¡Suéltame!- Dijo riéndose Willy.
-No te vas a ir a ninguna parte, chiqui, te vas a quedar conmigo.- Willy consiguió quitarle la almohada.
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Amor Forzado- WIGETTA
FanfictionWilly escuchó cómo a Vegetta le castañearon los dientes y sintió pena por él. Antes de salir de casa le había dicho que cogiese unos guantes o una bufanda, pero él no había hecho ni el más mínimo caso, había salido con el abrigo y un jersey. Com...