Capítulo 13._ Mentiras

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El día comenzó tranquilo como de costumbre, pero desde que me cambie de aula me eh alejado más de todos y en especial de Nathaniël y mi hermano.

Pero poco a poco me acerco a Murphy cuando estoy con el es como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo, cuando llego la hora del descanso Nathaniël vino a mi aula.

— Hola... ¿como estas? —. Preguntó algo nervioso.

— Estoy bien, sino fuera por ti y Murphy tal vez no estaría aquí —. Respondí sonriendo.

Nathaniël me abrazó escondiendo mi rostro en su pecho, sus latidos eran tan tranquilizadores y nuevamente persivia ese aroma.

— Aún no me haz dado tu respuesta —. Dijo Nathaniël acercándose a mi a oído.

La cara me ardía y me sentía como una completa tonta, se me había olvidado por completo que el se me había confesado.

Pero la gran pregunta es que yo siento por el, la cabeza me da vueltas no se que hacer o que decir cuando estoy con el.

— S-solo... espera un... poco más —. Dije nerviosa y aún con la cara que me ardía.
— Disculpen —. Dijo Murphy interumpiendo el momento.

Me alivio en cierta parte pero también me enojo.

— Porqué siempre tienes que venir en un mal momento —. Dijo Nathaniël enojado.
— Si claro, pero no es el lugar ni el momento de hacerlo el timbre ya sonó —. Dijo Murphy señalando con el pulgar por arriba de su hombro.

Era cierto ya no había nadie en el patio y el aún me estaba abrazando entre sus brazos.

— Vamos que la clase de química comienza y tu debes ayudarme —. Dijo Murphy sacando me de los brazos de Nathaniël.

Ya dentro del salón me empecé a pelear con Murphy.

— Porqué siempre eres así, pareces Adrian —. Dije muy enojada.

— No me compares con ese debilucho, además prometiste ayudarme —. Dijo sentándose en su lugar y recostando su codo por la mesa y su rostro sobre ella.

— No... no niego eso, pero por lo menos hubieras esperado más —. Masculle sentándome a lado suyo.

Las clases terminaron más rápido de lo habitual, al salir del colegio Adrian estaba en el parque hablando por teléfono lo que me pareció raro ya que siempre viene su gorila junto a el para llevarlo a su casa.

Como un ninja me acerque a escuchar de que y con quien hablaba.

— Ya lo se... —. — Lo supe al mismo tiempo que ella, te habíamos esucuha do hablar con una persona hace días y nos enteramos por accidente —. Dijo muy serio.

(- Parece que habla con papá, pero porque esta tan serio tal parece que se esta enojado y mucho-) pensaba mientras escuchaba la conversación.

— Tienes que venir rápido a la casa, te explicaré bien lo que escuchaste —. Grito por el celular el Señor Agrestes.

Tanto yo como Adrian nos asustamos, pero lo que no me quedaba claro era porque estaba tan enojado así de la nada.

— Se que estas allí Aidée sal —. Dijo Adrian mirando en donde estaba escondida.

(- Mierda! Como lo supo -) pensé y salí de donde estaba.

— Acompañame que tu también tienes que ver con esto —. Dijo Adrian agarrando me de la muñeca y llevándome con el hasta su casa.

Una vez que entramos me llevo al comedor y allí esperaba papá como siempre con su rostro carente de expresión y aun más serio que de costumbre.

— Sienten se, tengo que decirles algo importante —. Dijo funciendo el seño.

Ambos nos sentamos mi hermano en la punta y yo en el medio de ambos.

— Ambos son hermanos, pero no de sangre,  Aidée eres hija de la hermana de mi esposa —. Dijo mirándome serio.

No dije nada sentía que algo más fuerte estaba por venir.

— ¿¡Eso no cambia que es de la familia!? —. Grito Adrian golpeando fuertemente al mesa con ambas mano muy enojado.

— ¿¡Eso lo se bien más que nadie Adrian!? —. Grito muy fuerte el Sr. Agrestes.

Tanto yo como Adrian nos sorprendimos era la primera vez que el grita y de esa manera.

— Aidée no es hija única, ella tiene un hermano mayor y no eres tu Adrian —. Dijo muy desconcertado. — Tu madre tenia una hermana gemela y eran exactamente iguales tanto que nadie las podía diferenciar, Aidée y tu comparten el mismo cumpleaños ya que en la misma fecha nacieron —. Dijo el Sr. Agrestes algo triste.

— ¿Pero porque no nos dijiste antes esto? —. Preguntó Adrian apretando el puño.

— Porqué quería tiempo para poder explicarles esto —. Respondió sacando una caja que estaba debajo de la mesa.

Quede paralizada al ver eso caja, es aquella que tenia en mi habitación de Japón y que decidí dejarlo para olvidar todo y comenzar de cero.

Pero nunca la abrí es un código de 6 números, había muchas fechas importantes aunque no había intentado con mi cumpleaños.

— El día más importante de todo padre es ese día cuando nace por cual llamarlo papá —. Decía el Sr. Agrestes abriendo la caja.

Saco varias fotos, cartas, pequeños regalos y un pequeño joyero.

Me entrego todo y al mirar detenidamente las fotos empecé a llorar veía por primera vez a mis verdaderos padres.

— Aidée... yo solo dice lo que me pidió Elisabeth y Damien... —. Dijo el Sr. Agrestes con una voz solloza.

Cuando sali corriendo no me di cuenta que deje una foto vieja mía de cuando yo era bebé

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Cuando sali corriendo no me di cuenta que deje una foto vieja mía de cuando yo era bebé.

— Aidée... —. Dijo Adrian agarrando la foto con lastima e irá.

Llegue a mi casa y tire la caja en la cama, golpeaba con demasiada ira y remordimiento las cosas, quería que todos dejarán de mentir me.

Llorando aún más reviso la caja y encuentro un amuleto shinto escribo en el "la verdad".

Me lo pongo en la muñeca izquierda y cada vez más me arrepiento de haber venido a París, escuchó un aleteo dentro de mi cuarto.

— Yo soy Papillon, te doy el poder de hacer que los demás no mientan nunca más... a cambio me traerias algo a cambio... —.

— Cuenta conmigo, maestro... nadie podrá mentir a Dèsmaquare —.

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Hasta la próxima.

   París Mystére (Fan-Fic MLB) [Adrinette, Felidgette Y Nathaniël X ?? ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora