Octavo.

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Mi espalda dolía y mis ojos gritaban de cansancio. Creí que todo era un sueño, pero no, Luhan y yo peleamos, cometí el estúpido error de golpearle, no sé qué me pasó, simplemente me descontrolé.

De un brinco me levanté del sillón y me dirigí hacia la habitación. Le debo una disculpa, quizás dos.

La puerta estaba abierta  entré con cuidado. Las sábanas están en orden, como si nadie se hubiese acostado en ellas. No hay rastro de Luhan.

Revisé el baño y nuestro closet, pero sus cosas no están, Luhan se ha ido.

Me senté en la orilla de la cama y suspiré. Es lo que quería, ¿no? Nunca pude amarlo ni quererlo, habían veces en las que sentía que lo odiaba, quería tenerlo lejos, pero no sé porqué estoy llorando como un niño.

Lay, te necesito.

Love yourself, baby; HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora