Décimo.

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Lay ha hecho ejercicio toda la mañana. Si ya sabe que es guapo no entiendo por qué continúa. Intento estudiar pero se niega a bajarle a su música, pero no me molesta. Luhan era más tranquilo, más aburrido tal vez.

-Hun, bebé.

Lay se sentó sobre mi regazo y comenzó a besar mi nariz.

-Dime, amor.

-¿No tienes ganas de hacerme el amor?

El olor a sudor se coló por mi nariz y fue asqueroso, claro que quiero hacerle el amor, pero ese olor no me levanta nada, todo lo contrario.

Luhan siempre olía bien, una combinación entre vainilla y rosas. Aunque estuviera enfermo o todo sudado, siempre olía tan bien.

-Sí, pero será necesario que te bañes.

-Uy, delicado.

-Es higiene.

-Yo no te conocía así, tú eras el primero que se negaba a bañarse. Recuerdo que tu récord era de dos semanas.

Luhan me ha convertido en esta mierda.

Ya ha pasado un mes desde que se ha ido y no puedo dejar de pensar en qué será de él.

Love yourself, baby; HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora