Historia 1

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—Ven aquí, toma mi mano— extendió su mano con seguridad, esperando la respuesta.

—Okay— susurró en el mismo instante en el que aceptaba la invitación.

—Sígueme— extendió una sonrisa y la guió hasta el centro del lugar. —Mírame a los ojos, por favor— pidió al detenerse.

—Solo será un baile, está canción y me dejarás en paz— desafiaba seria y algo agitada.

—No te haré daño, acércate— aproximó su cuerpo al de ella y la estrechó suavemente.

—Lo sé, ya no hay forma en la que puedas lastimarme— una sonrisa rota y casi sin gracia le partía la cara, su mano encajaba con la de él.

—Es verdad, pero tú aún sigues dañándome— susurró —Descansa en mi pecho, por favor— hizo un esfuerzo por hilar una frase.

—¿Por qué regresaste?— su rostro se acomodó en el cálido pecho.

—Necesitaba verte, ver con mis propios ojos como te he perdido, cierra los ojos cariño ¿Escuchas mi corazón?— musitó disfrutando de la música.

—Cada latido— respondió

—Todas las noches busque tu cuerpo en la cama, luego recordaba que ya no estabas— algo dentro de él se quebró.

—¿Haz venido hasta aquí a ser nostálgico? — algo molesta volvió a mirarlo a los ojos, sus cuerpos se movían al leve ritmo de la música.

—No, pero es necesario que hoy lo sepas, te extrañe — guardó silencio y su sonrisa vaciló.

—¿Por qué no lo recordaste el día en que estabas con mi mejor amiga? – recriminó sin pelos en la lengua pero sin perder la compostura.

—Fui un idiota, pero recuerdo claramente las últimas palabras que me dijiste — fue interrumpido por el recitar de las palabras que recordaba.

—Espero verte el día en el que no pueda sentir nada por ti, ni siquiera odio, no lo mereces— sus labios formaron una fina línea inexpresiva.

—Y este es ese día, me tome la molestia de venir hasta aquí ¿Puedes dar una vuelta? Quiero admirar completamente tu belleza está noche— pidió al alejarla.

Ella dio una vuelta dejando moverse de manera instantánea a las hermosas telas de color blanco que formaban su vestido.

—Te ves hermosa cariño, ven permíteme sentirte cerca una vez más, sentir tu respiración en mi cuello— la observaba algo arrepentido, rodeó su cintura y ella casi sin pensarlo se dejó envolver en sus brazos.

—No tienes derecho, no  — recalcó aún con la voz quebrantada y una sonrisa perfecta.— A venir aquí, como si fueras Bien recibido.

—Lo sé—sonrió también— ¿Estás feliz?—preguntó buscando respuestas en la mirada de ella.

— Claro, es mi boda — susurró ella casi sin fuerza para contener las lágrimas.

—No, por favor, está es tu noche no quiero arruinarla— acaricio de forma fugaz su mejilla y seco una vaga lagrima.

—Es increíble— dijo cerrando los ojos— Rompiste mi corazón — no termino la frase y guardó silencio.

—No digas nada, quisiera decirte muchas cosas, pero es tarde, solo escúchame— le dio una vuelta y ambos se detuvieron.

El novio se acercó lentamente con la cara llena de alegría, tomo a su ahora esposa por la cintura, algo exaltada se dio media vuelta para encontrarse con quién sería su compañero por toda la vida.

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