Capítulo 23

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POV's Alex:

No me quise acercar a el escándalo, y simplemente salí de la cafetería y me senté en el jardín del colegio a esperar a que llegara la última hora. Saqué mi reproductor y mis audífonos, y coloqué Wherever i go- One Republic, es una de mis canciones favoritas.

Se pasó el tiempo volando y no me di cuenta cuando se hizo la hora de entrar a la siguiente hora, Historia...Por favor, liquídenme.

Pensé en la posibilidad de escaparme, pero recordé que mi hermano estaba en mi casa, y decidí evitarme un regaño. 

Me levanté, y no me quedo de otra, sino ir a la puta clase,

Entré y estaba la profesora. Esta profesora es diferente, ella no es vieja, al contrario, es mayor que la mayoría de los estudiantes solo por unos pocos años. Pero, como era de esperarse, era toda una puta. En este colegio, hay variedad de profesores. Hay homosexuales, zorras, ancestros frustrados, profesores pedófilos, pero no hay ni uno solo , ¡NI UNO! simpático y amigable. !NI UNO¡

Pero uno se acostumbra. Hice mi habitual recorrido al salón de historia. Los pasillos, estaban solitarios, ya todo el mundo estaba en clase. Estaba a solo pasos del aula que me tocaba, cuando una mano, se posó en mi brazo.

-¿Dónde mierda estabas?.- Pregunta esa puta voz, que espero que algún día, no se vuelva a escuchar por estos lados. Era Jace.

-Disculpa, pero yo ya tengo un padre, el puesto, está ocupado.- Dijo soltándome de su agarre. El me vio enojado, pero con un toque de picardía en su expresión. Oh, oh..

-Te esperamos en el almuerzo, y nunca apareciste.- Dijo relajándose y recostándose de la pared.

-Estaba resolviendo asuntos, que hasta donde yo se, no son de tu incumbencia.- Dije ignorándolo y caminando para entrar a la clase. 

-Todo lo que tenga que ver contigo, es de mi incumbencia.- Dijo en voz neutral. 

-Disculpa, pero no se si sepas que las drogas, son malas. Te matan y enferman, así que te aconsejo, que las dejes.- Dije volteándome otra vez, para entrar de una puta vez a la clase. No se que le pasa a este chico, ha cambiado mucho, desde que lo conocí. Ahora, no actúa tan idiota y egocéntrico. Pero es extraño.

Entré al salón sin más. La profesora estaba explicando algo en el pizarrón, y ni se inmutó cuando entré. Me senté y en toda la clase, traté de concentrarme en lo que estaba diciendo, pero mi mente estaba en aquella frase que había estado resonando en mi cabeza los últimos cinco minutos. "Todo lo que tenga que ver contigo, es de mi incumbencia".

Llegó el momento de irme a casa, y seguía pensando en lo mismo. Cuando me percaté de que la clase había terminado, el salón estaba casi vacío. Me apresuré a recoger mis cosas y salir del salón. Los pasillos estaban llenos de gente tratando de hacerse paso y salir del colegio. 

Yo esperé a que todos salieran, y pasé por la puerta principal, cuando una mano me haló fuera de todo el grupo de gente.

-¿Donde jodidas madres estabas?.- Me dijo Laura. ¿Por qué a todo el puto mundo le interesa eso? No es como si me hubiese desaparecido de esta mierda, solo me dejaron de ver las últimas horas, no es para tanto.

-Estaba haciendo la tarea que tenía atrasada.- Dije para que dejaran la angustia.

-Oh, como sea. Pensaba en ir a tu casa, podemos hacer una pijamada, oh algo.- Dijo Laura.

-Claro, estaría bien a las seis, necesito limpiar antes.-Respondí.

-Nos vemos, entonces.- Dijo, para luego dejarme ir. Seguí mi camino hasta mi casa. Llegué, y encontré las luces y el televisor encendidos. Mi hermano estaba en casa, como esperaba.

Lo encontré tirado en el sofá, viendo Bob Esponja. Al verme, cambió el canal lo más rápido que pudo, pero se puso una película en la que aparecía una mujer sin cabeza. La escena siguiente, fue trágica. Se asustó y cayó al piso, arrastrando con el una bolsa de papas que tenía en el regaso.

-¡MIERDA!.- Corrí hacia el..- ¡LAS PAPAS!.- Recogí la bolsa, pasando por encima de mi hermano, que al parecer, estaba muerto.- Están bien.- Dije viendo que no se había caído su contenido al piso.

-¡TE VA A LLEVAR QUIEN TE TRAJO, HIJA DE SNOW!.-Dijo mi hermano con voz ahogada, levantándose del piso.

En eso, sonó el timbre. Caminé hasta la puerta y la abrí. Para llevarme una gran sorpresa.



Señorita SarcasmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora