Capítulo IX

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Como si todo hubiese sido una pesadilla, ya había pasado una semana después de aquel accidente, Christian, Uriel, Elián, Alan y Alein aún estaban en el hospital. Nil el doctor encargado, les hizo el comentario en la tarde de que mañana posiblemente les daría de alta.

Liam al escuchar la noticia se alegró y rápidamente fue con su hija y Alan, para contarles, por otro lado se Clere y Dulce al enterarse hicieron los respectivos preparativos para poder trasladar a los tres a su casa y hacer un espacio para recibir a Uriel y Elian.
La mama de Uriel salió del país por cuestiones de trabajo y regresaría aproximadamente dentro de dos meses y Elian desde muy joven ha vivido solo por lo tanto no tiene quien este al pendiente el tiempo que sea necesario para su recuperación.

Dulces se fue esa misma tarde para la casa, paso a un centro médico para comprar los artículos que serían necesario para el cuidado, según les había indicado el doctor.

-Si solo con cuidar de mi padre será difícil no me quiero imaginar cómo será cuando ya estén los tres en la casa. Murmuraba mientras caminaba.

Un objeto que estaba colocado en una vitrina llamo su atención y se acercó a observarlo.

-Parece una máscara antigás, porque la tendrán en este lugar, esto me recuerda a las películas de terror en donde sale Jasón, las máscaras no son igual pero me dan escalofríos solamente de verlas.

Ahogada en sus pensamientos, su celular empieza a sonar, lo cual le provoco un ligero susto dando un pequeño salto.

-Hola.
-Halo, hija ve al supermercado y pasa comprando comida, en la casa no tenemos lo suficiente por favor.
-¿Por qué? ¡AH! Está bien.
-Gracias, te dejo que tengo que llenar unos formularios.

Fue directamente a comprar lo necesario para la semana, no quiso distraerse en otras cosas que solo le quitarían el poco tiempo que tenía de llegar a la casa y arreglar el desorden que tenían y preparar la habitación en donde se quedarían.

El sol empezaba a ocultado en el horizonte, el cielo se tiño de su particular color anaranjado rojizo, en cuestión de segundos la estrellas hicieron su aparición y el cielo se convierto completamente azul dando el inicio de la noche, las lámparas de los postes empezaban a encenderse, solamente podía apreciar lo que estaba sucediendo dentro del supermercado, una cola extensa delante de ella la atrapaba en el lugar y para colmo solamente habían dos cajas trabajando.

-¿Por qué de tantos días hoy se les tenía que ocurrir a las demás cajas arruinarse? Con la poca paciencia que tenía espero hasta que le toco su turno.

Solamente pensaba en pagar y salir corriendo.

Saco las cosas de la carretilla y las puso por la banda, esta comenzó a moverse y el cajero empezó a realizar el aburrido procedimiento, el cual se repetía una y otra vez sin fin.

Algo de su rostro le llamo la atención a Dulce se le quedo viendo fijamente y observo como sus ojos se empezaban a tener de color negro, borrando el blanco de sus ojos, su cara comenzaba a deformarse, ya no era la persona a la cual había observado el tiempo que tenia de estar esperando, lentamente comenzaba a girar su cabeza para observarla. Su mirada se sincronizo con la de él, no podía apartarla.

¡Aléjate de ellos!

Dulce se mantenía inmersa en la presión que este estaba ejerciendo sobre ella, dio un pequeño paso hacia atrás topando con otra persona.

-Se encuentra bien señorita.
Con el rostro confundido y con la mirada perdida responde.
-Lo siento, estoy bien. Sus manos temblaban de la impresión, le costó trabajo sacar el dinero para pagar.

-le puedo ayudar en algo más. Mientras la seguía observando fijamente.
-No, gracias.

Salió corriendo, llego al su coche y descanso su cabeza sobre él, que me está pasando, repetía en su mente.

Abrió la puerta y puso las bolsas en el suelo, se sentó tomando con ambas manos temblorosas el timón.

-Vamos Dulce cálmate no te estas volviendo loca, es el cansancio que te hace ver y escuchar ese tipo de cosas no le pongas importancia.

Después de unos minutos se calmó, tomo profundo respiro y abrió la cajuela, levanto las bolsas y las empezó a guardar, se dirigió de nuevo al asiento del piloto y encendió el carro.
Dirigió su mirada hacia el camino y comenzó a andar, aun podía ver a las personas que se encontraban adentro del supermercado, vio como todo se mantenía con normalidad, giro hacia la izquierda, directamente a la salida, pasando en frente de la entrada, sus nervios se habían calmado, dirigió su ojos de nuevo al interior y pudo ver como todas las personas la estaban observando, todas tenían esos ojos llenos de oscuridad profunda, la cual deformaba en su rostro. Acelero rápidamente casi provocando un accidente al salir del parqueo.

-El cansancio me tiene de esta manera, tengo que ir a descansar mañana me hare cargo de arreglar la casa. Lágrimas de temor comenzaron a emerger de sus ojos.
-Acaso me estoy volviendo loca. Gritó mientras manejaba.

Llego a la casa, guardo la comida en la nevera y fue directo a su cuarto, se acostó, se sintió reconfortada en su cama, no quiso pensar en el asunto, si darse cuenta se fundió con sus sueños, olvidándose de todo.

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