Esa frase permanece rodeando la mente de Elián Bloodrank sin darle tregua ni descanso, no recuerda quien se la había dicho o en donde la había escuchado, pero de lo que está completamente seguro es de qué jamás la iba a olvidar. Cada vez que la recuerda, empieza un frenesí de temor en su interior, su piel se eriza tan abruptamente que siente como cada bello de sus brazos se tensan como pequeñas agujas provocando un ligero dolor, siente como su sangre recorre cada parte de su cuerpo, mientras un gélido sudor empieza a brotar de sus poros, su mente entra en un estado de shock, perdiendo automáticamente la noción del tiempo y de su vida.
Elián cayó estrepitosamente sobre sus rodillas, causando un escandaloso ruido que hizo eco en toda la habitación, mirando hacia el suelo sus visión comenzó a nublarse, cada segundo miraba más oscuro y le era más difícil estar consiente, por instinto estiró su brazo derecho para agarrarse de la estantería, puso toda su fuerza en el último aliento que le quedaba para poder sentarse, apoyo su delgada y débil espalda en la estantería, dejando caer su brazo que flaqueaba sin fuerza para poder sostenerse. Recostó su cabeza sobre una caja de cartón húmeda, que se había mojado cuando la bajaba del camión para ingresarla a la bodega mientras llovía.
Un poco antes de perder completamente el conocimiento pudo escuchar una voz muy grave y seca que no sabía de dónde provenía.
! No te sientas solo, siempre estaré contigo !
-¡ Hey ¡ qué te pasa- gritó con voz angustiada y temerosa, mientras corría atravesando el largo pasillo que era iluminado por unas pequeñas bombillas que alumbraran escasamente el lugar, dando un aspecto un tanto descolorido y demacrado, como si estuviera en una casa antigua alumbrada por velas, de esas en donde cada paso es escuchado por toda la casa.
Aun consiente solamente le pudo responder con su debilitada voz.
–Nada, déjame solo un momento.
Uriel al observar la precaria condición en la que se encuentra Elián le dijo al oído:
-No puedo dejarte solo.
Su voz se escuchaba triste, temblorosa y preocupada, no tenía la más mínima idea de lo que le estaba pasando a su mejor amigo, sin nada que él pueda hacer, se levanta y corre al viejo escrito que está en la esquina de la bodega, al no ver a simple viste el celular sus nervios empiezan a fallarle, movía las hojas de control del inventario de un lado hacia el otro, mientras mira debajo del monitor de la computadora, mueve los cables tan bruscamente que la pantalla se apagó, se enfureció tanto que sus rostro se tornó rojizo, con voz baja solamente para él murmuro:
-Mierda. Lo dijo tan suave que Elián no lo escucho, estando en la bodega a esa hora se logra escuchar hasta la respiración de los demás de resuena por toda la bodega.Con ambas manos empezó a palpar detrás del monitor, cuando sintió que el cable de corriente se había desconectado se agacho rápidamente para encontrarlo, aunque parecía simple era una tarea un tanto fácil, en ese lugar, en esa pequeña esquina, detrás de todas las cajas de cartón apiladas una encima de otra, donde no llega la más mínima luz de las bombillas que alumbran apenas como una vela, encontrar el cable negro en la oscuridad se hacía complicado.
Tirado completamente en el suelo, estira el brazo, aunque no podía ver nada, empieza a tocar los cables él ya sabía cómo se sentía, pasaba todo el día en frente de esa computadora y no era la primera vez que el cable se desconectaba.
Cuando al fin lo sintió, con una pequeña alegría en su interior, pero aun nervioso, conecta en el monitor, la pantalla tarda un par de segundos que para Uriel parecían minutos, cuando al fin enciende, la empieza a mover cuidadosamente para que el cable no se vuelva a desconectar.
Alumbra el escritorio con la esperanza de encontrarlo rápido pero solamente miraba papeles, unos ya no eran necesarios y otros aún era importantes, pero eso no le importo y de la frustración los tiro al piso, despacio se empezó a sentar en la silla pensando en donde lo había dejado, cuando pone su mano en frente del escritorio logra tocar la gaveta, la comienza abrir despacio, era un viejo escritorio y la gaveta ya estaba oxidada, aunque la abría despacio comienza a hacer un fuerte chirrido que se logra escuchar sin el mayor esfuerzo por todos lados, saco la gaveta y la coloco encima del escritorio, como si se tratara de un milagro, le cuesta creerlo, el celular, lo que tanto había estado buscando está ahí, en frente de sus ojos, presiono un botón para desbloquear el celular y poder ver la hora, ya casi era media noche y no podían irse por la intensa lluvia.
Después de ver rápidamente la hora Uriel toma con la mano derecha el celular e intenta marcar el número del hospital para que solicitar una ambulancia que fuera por Elián.
Pero no podía hacerlo su mano temblaba sin que pudiera controlarla, pudo ser por temor a que empeorara la situación o los nervios le estaban traicionando, sosteniendo el teléfono con ambas manos logra introducir el número, puso el celular en su oído derecho, pero no obtuvo respuesta alguna.
La línea del celular estaba completamente sin servicio, era como si el lugar en donde se encontraban hubiese sido tragado por la tierra.
-Como no se me ocurrió antes. Pensaba Uriel mientras estira su brazo para agarrar el teléfono que usualmente se utilizaba para comunicarse el jefe de la bodega.
Enojado consigo mismo marca de nuevo rápidamente el número de emergencia del hospital pero de la misma manera no tuvo respuesta alguna.
La línea telefónica estaba muerta.
-¿Que está pasando en este lugar? todo se está yendo a la mierda.
Cuando uno necesita de algo no lo encuentras, cuando necesitas de alguien no está.
Grita con todas sus fuerzas desgarrando su garganta.
Uriel tosió un par de veces para recuperar el habla, pues su grito había sido tan escandaloso que pensó que se había escuchado en toda la zona.
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Mundos Paralelos
Mystery / ThrillerImagina que puedes vivir, dos diferentes vidas al mismo tiempo. Mientras sueñas puedes cumplir tus deseos de manera inconsciente, poder hacer lo que siempre has querido, ir a dónde has deseado. Si tan solo pudieras controlar tus sueños podrías c...