Sebas POV:
–Sebas
Dijo mamá, creo que es lo único que puede decir. Suspiré y me senté en frente de ella, seguro lo supo desde la última vez que vino Pablo y no me quiso decir, pero no la culpo.
–¿Vos ya lo sabías? –pregunté–
–Te juro por vos y por tus hermanos que ni Pablo ni Juliana no me dijeron nada
Me quedé callado, no le creo. O sea se habla todos los días con Juliana, son íntimas amigas. ¿Como mierda no le va a decir que sus hijas venían al país?
–¿Posta me decis?
–¿Vos te pensas que voy a mentirte? –preguntó–
–Le había prometido que cuando ella vuelva íbamos a estar juntos de nuevo –dije llevándome la mano derecha a la frente y mirando mi mano izquierda, mi dedo anular especialmente– Pensé muy bien la decisión de pedirle la mano a Ana, estuve meses pensándolo, convenciéndome de que Cande podía volver, pero este último mes me convencí de que no iba a ser así y bueno, le propuse a Ana casarse conmigo y ahora... –suspiré– Ya está, me voy a casar con Ana y Candelaria volvió
–¡Ay hijo! no me gusta que estés así
–Estoy bien Ma –sonreí de lado– las posibilidades de que vuelva a verla son una en cien y además de seguro tiene mil pibes atrás de ella
Mamá no dijo nada, sólo sonrió y acaricio mi mano derecha con la suya, le sonreí. Estoy muy seguro de qué hay pocas probabilidades de que ella y yo nos reencontremos.
No voy a negar que ver sus fotos me aceleró el corazón y el enterarme de que volvió... fue como estar en un partido corriendo atrás de la pelota, pero la sensación es un poquito mejor.
•
Candelaria's POV:
Deje en el piso la última valija que me faltaba subir. Obviamente el lugar va a necesitar pintura nueva, que seguro voy a ir a comprar más tarde. O quizás contrate un diseñador de interiores.
Cuando apenas entras al departamento vez una sala bastante amplia, la cual tiene un ventanal no muy grande, pero éste te lleva al balcón, desde ahí podes ver todo Ramos prácticamente, estamos hablando de un décimo primer piso. En la sala, del lado izquierdo hay una barra que la divide de la cocina y del lado derecho dos puertas, una la del baño y otra la de mi pieza. En el lugar donde voy a dormir le falta la cama y un ropero, donde mi ropa no va a entrar y no creo que haya un lugar para mis zapatos, pero no me preocupa porque mucho tiempo acá no voy a estar.
Necesito primeramente saber que auto voy a tener, después de eso ir a comprar TODO lo que hace falta en este lugar. Sueño no tengo y creo que solo me haría falta un baño para poder salir a recorrer.
~
Cerré el portón del estacionamiento y puse la llave en mi campera. Me puse los auriculares, le di play a la lista en Spotify y empezó a sonar One dance, de drake, me puse la capucha y empecé a caminar en dirección a la avenida principal. Sobre ella encontré un gimnasio, muchas tiendas de ropa barata, seguro son traídas de... ¿Como era? Ah si, Avellaneda u Once o tal vez la famosísima Salada. Habré encontrado pocos locales de marca. También encontré un Starbucks y numerosos cafés.
Todavía no me animaba a cruzar la vía, así que seguramente lo haré cuando venga con alguno de los chicos. Habré caminado cinco, seis cuadras y ya me agarró hambre, pero solo estoy necesitando café, aunque ya casi es mediodía. Starbucks no me parece buena opción, porque el café de ahí es un completo asco.
Mi celular vibró, le puse pausa a My heart Is open, de Maroon 5. Era un WhatsApp de Pilar, "Volve que vamos a ir a comprar muebles". Genial, el café va a tener que esperar.
Me di la vuelta y empecé a caminar hacia la calle del edificio. Algunas personas me miraban como si supieran quién soy, pero yo no soy de fijarme mucho en eso. En Londres era bastante normal.
Al cruzar la última calle que me faltaba para llegar al edificio escuché silbidos, algo totalmente repugnante al ver que venían de parte de hombres que trabajan en la construcción de un edificio cerca del mío. Ni me tome el tiempo de seguir mirando, es más, empecé a caminar más rápido.
Saqué la llave de mi bolsillo y abrí el portón, cerré y este automáticamente trabó la cerradura. Caminé hasta la puerta de vidrio y con otra llave, abrí esta puerta. La cerré después de haber entrado, caminé hasta el ascensor y al entrar marque el piso número once. No había una típica música irritante de ascensor, eso era bueno. Cuando llegué a mi destino y baje de la caja metálica, en el piso número once, a punto de entrar a su departamento, Hannah.
–Hey –dijo al verme– ¿Donde estabas? Estábamos esperando por ti
Su español, es distinto, demasiado al español Argentino.
–Solo fui a caminar un rato –respondí– ¿A dónde vamos?
–pensó– ¿Palermo puede ser? Pero no Italia –rió–
–Sí, Palermo y no es Italia –reí– ¿Quién nos va a venir a buscar?
–Su madre mandó a llamar a la organizadora del desfile y ella misma en persona llegará en unos minutos
–Entonces, me voy a cambiar de ropa –respondí– llámame cuando nos vayamos
–De acuerdo –sonrió–
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Volverte a ver • Sebastián Driussi •
Hayran Kurgu↠↠ Se alejaron tanto que ni siquiera podían verse. Pero se olvidaron de algo importante; Por mucho que se alejen, el mundo es redondo y va a llegar un punto en el que van a volver a encontrarse y esa vez va a ser para siempre. ↞↞