Volverte a ver • Sebastián Driussi •

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Cande POV:

Mi mamá y papá iban caminando por el pasillo del hotel y obviamente Pilar y yo vamos atrás de ellos.

Estamos por ir a San justo, a casa de los Driussi. Estoy con un toque de nervios porque claramente no los veo hace un par de años. Mamá me dijo que iba a ir Sebas también.

Papá llegó a la madrugada porque su vuelo se atrasó en Londres. Pero lo importante es que ya está acá en Argentina y nada más.

Stella y Mariah se fueron a ver a los primos de Mariah a Nordelta, los demás modelos tenían el día libre e irían a recorrer la ciudad. Aunque no sé cómo iban a hacer porque ayer después de la prueba de modelos habían muchísimas chicas afuera del centro de arte.

Papá alquiló un Mercedes Benz, que va a usar hasta que termine su estadía en la ciudad. Él y mamá piensan quedarse un mes solamente, en Londres y el resto de Europa hay demasiado trabajo, sin contar que también piensan abrir en Japón y Estados Unidos.

Ayer no vi a Ana, pero Pilar sí. Dijo que estaba mal vestida, que la calidad de su ropa era horrenda, obviamente me reí. Si mamá conociera a esa chica se desmaya en el momento.

-Así que ayer vino Sebita -dijo papá mientras subíamos al auto-

-Sii -dijo mamá emocionada- Está hermoso... ¿No Cande? -preguntó mirándome por el espejo retrovisor-

-sonreí de lado- Si, está lindo -suspiré- Aunque la novia sea horrible -Pilar y yo reímos-

-¿Alguien está celosa? -rió papá-

-¿Qué? -reí- ¿Yo? ¿de esa? -reí de nuevo- ¿Ustedes vieron a ese mamarracho?

-No, pero la vamos a conocer hoy -explicó Mamá-

Abrí grandemente los ojos y me giré para ver a Pilar, que estaba igual que yo más o menos.

Okey, vuelvo al barrio donde crecí, a la casa donde pase mi infancia, porque se trató de ir y venir desde mi casa a la casa de Sebas y de su casa a mi casa, así fue siempre. Pero iba a estar una intrusa... creo que mamá y papá no saben que va a casarse.

     ••••••• Narrador omnisciente •••••••

En San justo, en la casa de los Driussi, toda la familia iba y venía, incluso los amigos de la infancia de Sebas y Cande; Ramiro, Agustin, Kevin y Matías, quienes también estaban emocionados de ver a su amiga.

Gonzalo no se acuerda mucho de los Galliano, apenas tenía al rededor de cinco años cuando ellos se fueron a Londres. Pero está emocionado por volverlos a ver, Viviana siempre le habla de ellos, además tiene gran intriga de saber quién es la mujer que habla con su mamá todos los días.

-¿Ya fueron a buscar el asado? -le preguntó Hugo a Matías y a Ramiro-

-Ehh no -rió Matias-

-Haber si dejan de pelotudear y hacen lo que les dije hace una hora pibitos -dijo Vivi-

-Bueeeno, no se me enoje Viviana -rió Ramiro- Vamos Mati

Los dos salieron por la puerta de la casa, encontrándose a Ana...

-Ana -sonrió Falsamente Matias- No sabía que ibas a venir

-Yo tampoco -habló Ramiro-

-Es que Vivi me dijo que era importante que venga así que vine -explicó De Biasi-pero ni siquiera Sebas me explicó para qué ¿Ustedes saben?

-Es que una familia amiga de nosotros, bah del barrio volvieron por un corto tiempo y bueno, queríamos pasar tiempo con ellos -explicó Ramiro-

-¿Quienes? -preguntó Ana-

En ese momento el Mercedes Benz se estacionó enfrente de la casa de los Driussi... Mati y Ramiro miraron, provocando que Ana también mirara. El motor del auto se apagó y segundos después la gran Juliana Hermsen y el dueño del imperio de alta costura, Pablo Galliano bajaron del auto.

-¡Pero qué grandes que están! -exclamó Juliana acercándose a los dos chicos, ignorando a Ana-

Ambos chicos rieron y se acercaron a Juliana para darle un abrazo cada uno, Ana estaba en shock.

-Miren que lindos que están! No más que mi bebé Sebas, pero bueno, están lindos -rió Juliana-

-Ay ella siempre con su bebé Sebas -se burló Ramiro-

-Obvio, siempre va a ser mi yerno favorito -rió Juliana y los chicos rieron falsamente mirando de reojo a Ana, quien no entendía nada-

-Espero que sigan jugando al fútbol porque durante estos meses estuve practicando -rió Pablo para hacer lo mismo que hizo Juliana-

-Sos re madera Tio -rió Matias- Supéralo

No está demás aclarar, que estos chicos los quieren muchísimo a los Galliano, como si fueran de la misma familia.

-No... nunca -rió y miró hacia el auto- ¡Haber si bajan! ¡Ya están grandes para que les diga lo que tengo que hacer!

Gritó, obviamente que al instante ambas puertas traseras se abrieron, del lado izquierdo bajó Pilar y del lado derecho Candelaria, quien tuvo que dar la vuelta.

-Ay perdón -dijo Juliana mirando a Ana- Hola -sonrió-

-Hola -contestó Ana, quien miraba a Cande y Pilar, pero después devolvió la mirada a Hermsen- Un gusto -sonrió- Soy Ana de Biasi

Ana de Biasi... ese nombre le sonaba a Juliana.

-¡Pero miraaaa lo que son wachas! -exclamó Matias y agarró el brazo de Candelaria para después abrazarla-

-Pendejo idiota, te extrañé tanto -decía Cande mientras lo abrazaba-

-Boluda estás re vieja -jodio Ramiro a Pilar-

-Fua loco todos me hacen bullying -rió Pilar- ¿No me vas a decir que me extrañaste?

-No, porque no te extrañé, la extrañamos a Cande -rió- No, mentira pili yo te extrañeeee -abrió los brazos y le dio un abrazo-

-Vos... sos la novia de mi bebé Sebas ¿no? -preguntó Juliana-

Ana sonrió e iba a contestarle, pero un grito de emoción salió desde la casa. Viviana salió corriendo desde adentro, ya que se habían dado cuenta de quienes estaban en la vereda.

Todos se saludaban entre todos, menos Ana, que quedó a un lado de ellos, que entre toda la alegría estaba siendo ignorada, pero ella le prestaba muchísima atención a como Viviana abrazaba y elogiaba a Candelaria. Se sentía algo celosa y eso que todavía Sebastián no llegaba.