14.

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¿Cuánto tiempo ha pasado?

Realmente no lo sabe.

Sehun siente que han pasado días y semanas, siente que ha pasado mucho tiempo allí aun cuando solo han sido unas cuantas horas en realidad.
Se ha acurrucado en un rincón de la fría habitación con todos los sentidos alerta.
Cree escuchar cosas y percibir movimiento en el pasillo, aún cuando todo permanece de forma silenciosa.

Ha dado un repaso con la mirada a toda la habitación, desde la cama al otro lado del cuarto hasta el armario situado a su derecha. No hay mucho con lo cual distraerse.

Es todo básico.

En ese momento se maldice por haber sido tan idiota en dejar su celular dentro de la bolsa de viaje, que se había quedado en el coche de LuHan.

Está asustado, aterrado, y si la mejilla ya le dolía ahora le arde debido a tantas veces que se ha mordido para intentar calmar su ansiedad.
Respira una y otra vez con la intención de controlar su mente y no empezar a divagar más de lo debido.
Quiere ser razonable y estable, actuar con seriedad y salir de la gran casa, sin embargo es algo casi imposible ya que en su mente, solo había lugar para pensar en que haría LuHan con él allí.

Desde un principio sabía que LuHan era demasiado raro a su alrededor, pero después de que le soltara un golpe sin pensárselo, comenzó a creer que era peligroso.
Se siente idiota por haber comenzado a sentir algo por ese psicópata, por alguien tan inestable emocionalmente.

Y debió haberlo visto venir desde que notó su actitud, tuvo que haberlo previsto.

Tal vez si lo hubiera hecho, no se encontraría en esa situación.

Pero no había forma de cambiar lo que pasó y ahora tenía que afrontar las consecuencias de sus decisiones, y también sus sentimientos.

Porque aún cuando LuHan actuaba como alguien tan propenso a la histeria, Sehun no podía deshacerse del amor que había desarrollado por el mayor. Aún cuando lo había herido, Sehun quería huir porque muy en el fondo, como en su sueño, sabía que perdonaría cada cosa que le hiciera.

Se había sumido tanto en sus pensamientos, que no había notado como la puerta se había abierto y LuHan se había adentrado en la habitación hasta segundos después.

Alzando la cabeza, el de cabello grisáceo hace contacto visual con el castaño, cuya mirada no demostraba nada más que precaución y temor, ninguno de los dos habla por cortos instantes.

Acercándose unos pasos, LuHan mira con más intensidad al chico sentado en el suelo.

— ¿Sehun?

No responde, manteniendo la mirada fija en cada moviendo que hace el mayor.

— Voy a dejarte salir de la habitación si me prometes que no intentarás irte. — propone, esperanzado. — Promételo.

Sehun se levanta del suelo, sacudiéndose el pantalón y adoptado una mirada inexpresiva. No sabe de dónde sale tanta tranquilidad y seguridad y el menor quiere atribuir ese comportamiento al miedo que siente por dentro.

— Dime algo, por favor. — ruega.

Sehun camina con lentitud hasta estar a una distancia considerable de él, ni tan cerca ni tan lejos, solo distante.

— ¿Qué quieres que diga? — susurra.

— Dime que no te irás, y te dejaré salir.

— No puedo hacer eso. — responde, mirándolo a los ojos. — A la primera oportunidad que tenga, me alejare lo más que pueda de ti, psicópata.

— ¿Q-Qué? — balbucea, poniéndose pálido. — No me digas eso, Sehunnie...

- Déjame ir. — pide, con la voz volviéndose temblorosa y los ojos cristalinos. — Por favor, deja que me vaya.

— No. — niega varias veces, desesperado.

— Por favor. — ruega una vez más. — ¿No entiendes que estoy aterrado de estar aquí? ¿Que quiero estar lo más alejado de ti?

— No me digas eso, Sehunnie...— susurra, mirándolo con frenesí. — tú no...

El de cabello grisáceo desiste de volver a insistir cuando LuHan cae al suelo, de rodillas y aferrándose a las piernas del menor.

— ¡No me dejes! ¡No tú! — balbucea. — ¡Lo siento, Lo siento! No quería herirte, nunca he querido herirte. ¡Por favor!

Sehun se queda pasmado, mirando al destrozado chico aferrándose a él. Y necesita soltarse y correr, pero en lugar de seguir a su lado razonable, cede ante esa pequeña parte de su corazón que le dice lo quieres.
Inclinándose, toma las manos de LuHan y hace que lo suelte, levantando al castaño.

— ¿Sehunnie? — pregunta, luciendo tan tierno que el menor se pregunta cómo es que esa persona podía convertirse en un monstruo.

— No me iré.

La mirada del castaño se ilumina, y Sehun nota como sus comisuras de los labios forman una pequeña sonrisa.

— ¿Te quedarás conmigo? ¿Aquí?

— Me quedaré aquí.

— ¿Me tienes miedo? — pregunta, está vez mirándolo con ojos curiosos. — ¿Crees que voy a hacerte daño? — su voz es gangosa.

El menor se contiene de decirle que está aterrado y que no sabe por qué demonios sigue en esa casa, con él. Se contiene de volverle a decir que es un psicópata, de gritarle en la cara y largarse de allí.

Porque odia ver a LuHan a punto de llorar.

Después de todo, el menor comienza a dudar de su propia estabilidad mental.

Tal vez sea masoquista, o está tan loco como LuHan.

— No te temo.

El castaño cierra los ojos y cuando los vuelve a abrir, Sehun se sorprende del gran cambio en su actitud. Inmediatamente luce más relajado, como si esas simples palabras fueran lo que necesitaba para vivir.
Entonces, el mayor aprieta el agarre en la mano de Sehun.

— ¿Te gusta?

— ¿El qué?

— Tú habitación.

— ¿Perdón? — parpadea con confusión.

— Está es tu habitación. — sonríe de manera risueña. — no sabía cómo te gustaba, así que la deje así para que la decoraras tu mismo, podríamos ir a comprar las colchas, la pintura...— se detiene abruptamente. — ¿Abriste el armario?

— Ehm...no.

— Me tomé la libertad de ir comprándote ropa. — ríe. — la verdad, cada vez que pasaba por el centro comercial veía algo que me gustaba para ti, y lo compraba.

El menor pasa saliva, conteniendo la desesperación comenzando a burbujear en él.

— ¿Por qué haces todo esto?

— Dijiste que te quedarías aquí.

— Sí, hace cinco minutos. — sonríe sarcástico. — Pero ya tenías todo listo.

— Bueno, te ibas a quedar de todas maneras.

Es entonces, que el de cabello grisáceo notó lo que pasaba.

Le había tendido una trampa y el había entrado completamente a la cueva del lobo.

LuHan sonrió de lado.

Sehun soltó su mano y dio un paso hacia atrás.

— ¿Sucede algo, Sehunnie?

Lo supo entonces.
LuHan había planeado todo meticulosamente.
Todo había sido una actuación, y él se había creído el cuento.

Inmediatamente, el rostro de LuHan se volvió engreído.

~•~

Sehun es demasiado inocente y LuHan demasiado manipulador(?)
Sehun está taaaaan confundido que ni sabe lo que quiere(?)

»Obsessive boy - hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora