“And now I have you all to myself.” - “Y ahora te tengo toda para mi.”
_____’s Point of View:
“¿Estas segura de que tienes que ir a la universidad?” Justin refunfuñó mientras pasaba sus manos con fervor hacia arriba y hacia abajo por su cara, plegándolas detrás de su cabeza mientras me miraba hacia arriba.
Justin me había estado molestándome toda la mañana, tratando de convencerme para que no fuera a clase, no es que me importara. Encontraba lindo como de convencido estaba. El estaba actuando como su viejo yo, de nuevo, y no había manera en el infierno de que yo fuera a arruinar eso.
Le rodé mis ojos en broma, dándole una exasperada y confidencial mirada.
“Si, Justin. Tengo que ir a la universidad.”
“Pero es Viernes,” Él gimió, lanzando sus brazos al aire, dejando que su cabeza cayera contra la blandura de su almohada.
“¿Y?”
“Y, nosotros deberíamos estar teniendo diversión normal, preparándonos para el fin de semana o ese tipo de cosas. No ir a la universidad.” El se estremeció, había una mirada de desaprobación en su cara.
“Justin,” Reí, dándole una mirada extraña. “¿Que te pasa?”
“¿Que?” El se encogió de hombros, rascándose su pecho. “¿No puede un chico querer pasar el día con su chica?”
Apreté mis labios, pensando en ello. “Bueno, si, pero--”
“Entonces, deberíamos,” Poniéndose de pie, el hizo su camino hacia mi. “Dale un descanso a las clases por un día.” Envolviendo sus brazos a mi alrededor, el dio una esperanzada sonrisa.
Mordí el interior de mi mejilla, contemplando la idea. Mis padres me mataría si se enteraban de que me había esfumado. “¿Solo un día?” Aclaré, sin saber la situación.
“Solo un día,” El confirmó, “con la suma del fin de semana.”
Por otra parte, lo que ellos no saben, no les hará daño. “Vale,” Sonreí, un cálido sentimiento burbujeó en mi estómago. “Vamos a hacerlo.”
Poniéndome a distancia de sus brazos, el me analizó. “¿En serio?” Sus cejas se dispararon en sorpresa, evidentemente sin ser capaz de creer que hubiera estado de acuerdo.
Reí, asintiendo lentamente. “Si, quiero decir, es solo un día. ¿Cuanto daño puede hacer? Además, simplemente le pediré a Carly las notas cuando volvamos de ... donde sea.” Haciendo una pausa, descansé mis manos encima de las suyas, en mis caderas. “¿A donde vamos exactamente?”
El sonrió, “Eso, nena, es una sorpresa.” Deslizando sus manos de debajo de las mías, el se alejó, agarrando un par de sus jeans de su cómoda y poniéndoselos.