Capítulo VI

22 1 0
                                    

  Come someone make my heavy heart light
Come undone, bring me back to life
It all starts with a lullaby .

-Nightwish

La universidad es como una tormenta. Las tareas son cada vez más extravagantes, los maestros se vuelven más amargados con cada semana que pasa y los proyectos finales se acumulan amenazadoramente; me gusta. Dante tenía razón, estoy tan agotada que ya no pienso demasiado en el drama coreano que es nuestra vida. Además, en caso de que me quedara un segundo de ocio para la autocompasión, me he inscrito en todas las actividades y trabajos a medio tiempo posibles para cubrir cada hueco de mi horario.

Aunque claro, no importa qué tanto consiga atascarme de ocupaciones para huir del mundo, existen los días de descanso. Fines de semana en los que el ritmo baja notablemente y no puedo evitar pensar en la realidad, todas esas cosas que tanto deseo evitar. Quiero que Xavier esté aquí, enojándose por los ensayos que detesta redactar, corriendo para encontrarme en los pasillos entre clases, robándome pequeños besos cuando nadie se da cuenta. Es horrible anhelarlo tanto. Con cada día que pasa, el vacío se hace más evidente. Sí, en vacaciones me refugié en mi familia para ahogar aquello que mi incitara al recuerdo. Pero ahora, de nuevo en la soledad, necesito estar ocupada para dejar de pensar en su ausencia; en su voz, en sus labios...

Hoy es sábado, mis amigos salieron y yo estoy aquí tumbada en el sillón pensando en mi novio, ése que probablemente se encuentra perdido en otra dimensión, mientras busco alguna serie que ver en Netflix. Porque... sigue siendo mi novio, ¿no? ¿O es de Elena? ¿De las dos? ¡Carajo! No tengo la cabeza para enfrentar esto. Deseo que él regrese, lo extraño demasiado, pero a la vez tengo miedo de que llegue la hora del reencuentro. ¿Cómo será todo?

Hubo una época en la que yo era una chica bastante sociable, no me costaba hacer amigos y enseguida me adaptaba a cualquier circunstancia. Después, lo conocí. Cuando Xavier apareció en el cuadro, me dejé absorber de buena gana. Él era prácticamente un fantasma que sólo volvía a la vida en los momentos en que estábamos juntos y, casi sin darme cuenta, lo mismo ocurrió conmigo. Ahora no encuentro las ganas de salir, me siento sola y cuando al fin tomo la decisión de pasear o hacer algo por diversión, me sorprendo pensando en lo ridículo que es tratar de seguir caminado cuando él no está a mi lado.

Chris entra a la casa con prisas e interrumpe mi monólogo interno. Está tarareando una de esas canciones que sólo él conoce y que Elena detesta tanto. Por un momento contemplo la idea de hacerme la dormida para que él se vaya sin prestarme atención, pero me asquea la posibilidad de pasar otro fin de semana con mi vida en pausa, así que hago un esfuerzo para dejar de sentirme como una muñeca abandonada que acumula polvo en una esquina del clóset.

—¿Vas a salir?—le pregunto en voz tan baja que apenas me escucha y se detiene justo antes de abrir la puerta.

—Eso planeaba, sí. Creí que estabas dormida, ¿te encuentras bien?—responde con las cejas arqueadas en señal de preocupación.

—Sí, todo tranquilo. Es sólo que... hay un libro que necesito buscar, pero me sabe mal pasar el fin de semana sola—me hundo un poco más en el sillón antes de atreverme a continuar—. No sé cuáles sean tus planes pero, ¿te importa si te acompaño?—en cuanto termino, me avergüenzo de haber hablado. Parece que estoy rogando por atención. De repente quedarme en la casa a comer palomitas, ya no parece tan mala idea.

—Sólo iba a ir a jugar básquet con unos compañeros de clase, puedo cancelar sin problemas—la sonrisa que aparece en su rostro hace que olvide mi patético comportamiento. Se nota que Chris está haciendo un esfuerzo por no parecer entusiasmado, pero sus ojos lo delatan.

Muertos para el mundo - Atrapada en ti #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora