Smoothie (ADAPTADA) Muke

Dos - Pug

En el trayecto a la tintorería conversaron de sus vidas y, obviamente, del accidente ocurrido hace un rato. El chico, Michael, no estaba para nada enojado con lo sucedido, hasta le causaba gracia que Luke le tuviera cierto miedo a los cachorros.

A pesar de las protestas de Michael, Luke insistió en comprarle una camiseta simple mientras esperaban a que la otra camiseta estuviera completamente limpia. Decidieron tomar un batido, esta vez teniendo cuidado de que ninguno se manchara.

-Disculpa por entrometerme pero... ¿hacia dónde ibas tan apurado? -preguntó él un poco temeroso.

-Uhm, bueno...a una cita -murmuró incómodo y bajó la mirada.

-¿Y la cancelaste sólo por acompañarme a la tintorería? -dijo frunciendo el ceño, claramente interesado en saber.

-No la cancelé, de hecho, ni siquiera le he enviado un mensaje. Y sí, como dijiste, la culpa me ganó -soltó una pequeña risita antes de que su rostro se volviera completamente serio.

-La dejaste plantada -afirmó formando una mueca en sus labios.

El rubio asintió dándole el último sorbo a su batido, aún seguía pensando en la cita a la cual no había podido asistir pero no planeaba mandarle un mensaje de disculpas a la chica, simplemente porque sabía que ella no le iba a tomar mayor importancia al asunto. Le había costado mucho que ella aceptara salir con él, justo un día en el que ella no tenía nada que hacer, eso sólo le demostraba lo poco interesada que estaba en él.

-Creo que mi camiseta está lista -mencionó el oji-verde observando el reloj que adornaba su muñeca.

Comenzaron a caminar hacia la tintorería, antes de llegar una chica corrió emocionada hacia Michael, quien la abrazó con el mismo entusiasmo. Luke se quedó como una estatua a un lado esperando a que ambos salieran de su burbuja, mientras golpeaba desesperadamente el pie contra el suelo la situación se repitió.

Un pequeño perro estaba atado a una cadena que sostenía la amiga de Michael, Luke intentó alejarse desapercibidamente hasta que el teñido lo notó y tomó su mano impidiendo que se fuera.

-No te hará nada -susurró regalándole una sonrisa a su amiga.

Se acercó a acariciar el cachorro y Luke lo miró como si estuviera loco. El animal cerró sus ojos disfrutando del calor que le transmitía Michael.

-¿Pueden cuidarlo unos minutos? necesito ir al baño -dijo señalando una de las tiendas que contaba con baños públicos.

Michael asintió y la chica comenzó a correr hacia la tienda, Luke suspiró mientras esperaba a que el chico soltara al cachorro que lo tenía tan nervioso.

-Acarícialo -animó él.

-Ni loco -respondió él negando con la cabeza.

-Vamos, es un pug -habló el oji-verde con una gran sonrisa que logró convencer al chico.

Flexionó sus rodillas para quedar a una altura considerable del animal y acercó cuidadosamente su mano al pelaje de este.

-Ni idea, yo no sé de perr.... ¡Auch! -gritó cuando los dientes del can mordisquearon su dedo.

El chico soltó una gran carcajada a medida que Luke se lamentaba observando su dedo con pequeñas gotas de sangre.

El ser atacado por dos perros en un día no era para nada agradable.