Capítulo III

71 4 0
                                    

A penas he descansado con el día pesado que tuve ayer, tuve que llamarle a mi mamá para contarle los dos días maravillosos que he tenido en el trabajo, por lo menos ella no había notado el sarcasmo cuando le comente sobre el mejor compañero de trabajo que tengo; ella esta feliz y orgullosa de lo que estoy haciendo que se ha dado cuenta del esfuerzo que estoy poniendo al día con lo que hago, hasta puedo decir que comprar ahora el periódico para ver las noticias que he relatado con mis propias palabras. Mi mamá no es de las personas que compra seguido el periódico, bueno antes de que ella se divorciara de mi papá, por obligación debía de pasar a comprarlo en una tienda de panes o quesos de la zona donde viviamos antes, pero cuando mis padres se separarón, primero mi mamá agradeció de no seguir comprando el periódico que muchas veces tenía que embolsar, empacar y vender cuando ya no era ocupado y más cuando para ella solo era un estorbo en la casa, mi papá a pesar que vive en una casa de campo y a la vez solo acompañado de su canino Baltazar, un hermoso labrador café que le regalaron hace un par de años en un sorteo de la fabricación de los mejores embutidos de la granja, ha sido el mejor compañero de mi papá desde que se fue a vivir lejos de la ciudad; aun así él sigue leyendo el periódico en todo momento sin importar cuanto dinero lleve en su bolsillo de su pantalón de algodón. Recuerdo como en la tardes, él a veces se sentaba en la mecedora que se encontraba fuera de la casa donde exactamente a las 4:00 de la tarde mi mamá le llevaba el café, endulzado con 3 cucharas de ázucar y 2 de cremora para mientras que él se mecia, tomaba el café y leía detenidamente el periódico; por veces observaba cada gesto que él hacía cuando se encontraba una noticia o cuando el balbuceaba al encontrar una crítica en una noticia deportiva o por último cuando se quedaba dormido al querer terminar los crucigramas. Crecí con cada detalle que mi papá le daba a cada hoja del periódico, a pesar que mi mamá fuera lo contrario y terminase odiandolo solo por tener algunas cosas de más en vez de dar la noticia verdadera; me siento bien con todo ello que aun sigo sin creer que trabaje en una editorial donde se publican los periódicos, aunque algunos lo puedan ver como un trabajo aburrido para mí ha sido un trabajo digno donde cada día aprendo más de él.

Observe como ya eran las 11:30 am; seguía pensando en que agregar a algunas noticias que el señor De Rosa me entrego en la mañana, ya que ahora mi parte era colaborar sobre la relatación de un historial de noticias que sucedieron en la noche pasada. A pesar que me gustaba más cuando yo buscaba e investigaba sobre las noticias relevantes del día, no me quejo de lo nuevo que me puedan brindar en cualquier momento. De todos modos sigo el consejo que me dio la secretaria de mi jefe, donde aun no sé su nombre pero algún momento lo sabré...《Tus objetivos están al alcance de tus ojos y de tu corazón, no de tu mente y de tu satisfacción》. Mordí el borrador de mi lápiz para mientras que seguía leyendo la noticia que me habían entregado, eran 5 las que me habían propiciado a mis manos para que las entregara lo más luego posible ya que son de las primeras páginas, lo bueno de ello es que ya casi terminaba solo me faltaban dos, la que estoy haciendo y la que esta escrita en la computadora.

Cuando se hizo la hora del almuerzo, entro Jennifer, ella también es periódista pero esta vez ella se encargo de las noticias de la farandula así que tanto ella como yo nos hemos ayudado un poco con este trabajo para que podamos salir luego y entregarsela a Linus. Hablando del chico que me pasa molestando los restos de mis días desde que pise el edificio, hoy no se ha acercado a la planta de arriba para pedir el resultado de las elaboraciones de los demás relatos de mis compañeros, es extraño porque el día anterior se la paso de un lado hacía el otro, encargandose de llevar las noticias a su oficina para comenzarlas a editar pero hoy ni siquiera se ha aproximado a la ventanilla de la asistente del jefe para pedirle el recibo de las entregas de periódico que se hicieron en algunos lugares donde él se encarga de supervisar también la venta. A pesar que el rey de Roma tampoco me ha llegado a visitar me he dado cuenta que solo conmigo es pesimista y mal encarado; ya que Jennifer solo me ha hablado de las mil y unas maravillas de él como si fuera un superheroé o el mejor líder que cualquier persona ha seguido desde su revelación. Aun así no me creo esa mentira de que él sea bueno con todo el mundo menos conmigo o que se crea el pan de Dios cuando solo es un vino ácido de las peores uvas cosechadas en un viñedo de Italia. Cuando tocaron mi puerta y respondí para que pasaran, Jennifer entro con su cartera en la mano para salir a almorzar a pesar que solo nos hemos dirigido unas pocas palabras hasta este día, nos llevamos bien así que ella me invito a comer a un pequeño restaurante que no esta muy lejos del trabajo así que para mientras que tomaba mis cosas y luego saliamos de mi oficina, me di cuenta de que tení un presentimiento, un incómodo presentimiento que hacía que mi piel se erizara. Al salir del edificio, Jennifer paró en seco para luego sonreírme de oreja a oreja para después quitarse sus lentes negros de sol para decir unas cortas palabras.

Mi Dulce TormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora