Capítulo IV

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Deje ir un bostezo para mientras que seguía observando el monitor de la computadora para volver a releer lo que había escrito hace unos segundos, mi día comenzaba a ser aburrido con solo estar encerrada en las cuatro paredes de mi oficina, desde la mañana el señor De Rosa me había dado la orden de que los últimos dos días que tenía de trabajo en mi semana tenía que pasarlos en mi escritorio, pasando la información que él me entregaba por la mañana por medio de una grabadora de las viejas donde aun llevaba el casset dentro, luego de eso redactarlo bien y enviarselo a Linus. Las razones por las que debía quedarme para mi jefe era sencillas pero para mí solo era una constante eternidad que solo quería salir ya y poder ir a casa a ver una película o entretenerme haciendo mi cena pero eso es imposible porque apenas son las 9:25 am y ya comienzo a pensar lo mucho que extraño mi cama y el perfecto conjunto de almohadas y sabanas suaves y cálidas que hacen que sienta que estoy en las nubes pero con un toque en la puerta salgo de mi mundo cuando rápido contesto y veo como Linus aparece a plena mañana dandome las siguientes indicaciones que siempre suele darme para que no vaya a cometer un error o algo relacionado porque hasta ahora, los últimos dos días no se ha quejado de mi trabajo o de algún reporte que este mal escrito o tildado en alguna parte pero cuando sin interés volteo mi rostro hacía él, solo noto como su ceño esta fruncido al ver todas las cosas qje he comenzado a poner en mi oficina, una pequeña risa se sale de mis labios al ver como se le queda viendo a una pluma que tiene encima un borrador de unicornio, él lo evalua detenidamente como si quisiese encontrar una pista sobre dicho objeto pero lo único que viene a mi mente que en ese instante es que parece un niño observando melosamente un objeto que le llama la atención pero que no encuentra una explicación sobre el porque el ser humano tiene la ridicules de tener algo así en vez de algo serio; pero aun así aunque cualquiera dijese que tengo el semblante de una niña pequeña por tener o guardar objetos que no son apropiados para que un adulto los tenga aún así soy feliz con mi faceta que a veces mis amigos dicen que me veo adorable pero para mi desgracia Linus no debe de pensar lo mismo, porque lo único que obtendría de su boca sería como...Siendo una adulta no puedes tomar más tu vida en serio sino que aun piensas conservar o tener objetos donde algunos de ellos solo son para los niños...simplemente creo que es mejor permanecer callada y no comentar nada sobre mi vergonzoso borrador en forma de unicornio antes que sea absurdo que mi abuelo me vaya a callar. Así que como note que él no empezó a decir nada sino que solo se quedo observando mi oficina como si fuera una galeria de arte sería mejor que yo comenzara a hablar antes de que él sacara sus propias conclusiones y comenzase a críticar lo que no es de él. Aun así, a pesar que no lo conozca se que Linus es capaz de hablar mal hasta de la manera en como me expreso, lo peor de ello es que siempre me saca de las casillas y en vez de poder hablar siempre termina quitandome la palabra haciendo que me moleste y tenga ganas de protestar pero es algo que no hago porque no quiero que alguien se le vaya a ocurrir escuchar detrás de mi puerta mis discuciones con las de él y empezar a decir que parecemos una pareja a pleno divorcio.

-¿Necesita algo, señor Benedetti?-Le pregunte.

-Venía a decirle que no estare por la tarde así que los reportes los necesitare para antes de las 5:00 para que cuando vuelva los comiencé a editar. -Dejo donde estaba situado la pluma con el borrador de unicornio.

-¿Saldrá?-Me gire para ver la pantalla de la computadora.

-Debo de hacer algunas cosas afuera. -Dijo en tono bajo.

-¿Se lo debo de dejar a alguien o se lo dejo en su oficina?-Escuche como abrió la puerta antes de salir.

-Es preferible que lo deje en mi oficina. Aun no conoce a todo el mundo y se que se le hace más fácil lo segundo. -Encogió los hombros.

-Si. -Asentí.

Ni siquiera se despidió cuando salió de la oficina y de nuevo tuve que continuar con mi trabajo. Ni siquiera se como explicar como es que mi mirada se dirigió a la ventana para mientras que espere a que él saliera del edificio y pudiera verlo, esa extraña sensación de nuevo aparecio en mi cuando pude ver como el caminaba hacía la acera de la calle con un pequeño maletín que iba colgado de su hombro derecho y a la vez una cámara estaba situada justamente en su pecho,  lo peor no pudo pasar cuando antes de alejarse más de la zona donde se encontraba el edificio donde ambos trabajabamos, él dirigió su mirada verde hacía mi ventana donde esta vez tuve que quitarme rápido para ponerme cerca de la puerta donde esperaba que él no me haya visto. Me golpeé un momento la cabeza con mi mano cuando me di cuenta que me estaba comportando como una idiota al querer ocultarme de una persona que ni le llego a gustar un poco, es demás me parecia a una adolescente siguiendo los pasos de su enamorado como si fuera una psicopata, eso hizo que aclarara más mi mente y me dijera a mí misma que debía de mantener mi cabeza fría y los pies puestos en la tierra antes que chocara contra un muro y me diera cuenta de la realidad. De todos modos, el odio mutuo que nos tenemos Linus y yo no quiera decir que pueda volverse lo contrario y termine como un cuento de felices para siempre, además debo de recordar que él tiene novia y a pesar que no la conozco debo de ser sincera y pensar que no me debo de convertir en una zorra y querer quitarle a esa pobre chica su novio que hace solo unos días de conocerlo ya comenzó a llamarme la atención peor que un bonito brazalete de oro, a demás capaz que la novia de Linus debe de ser perfecta, es decir, quizás es de esas modelos de revistas o pasarelas que tienen un cuerpo muy curvado y de grandes pechos o de enorme trasero, solo enserio espero que sea también de aquellas que tiene un buen corazón y no de las arrogantes que le sacan hasta la última moneda a su novio, no es que yo sepa si Linus es millonario o no pero por lo poco que lo conozco tiene una pinta de lucir bien su ropa y de mantener todas las cosas en orden, como posiblemente también tenga su vida de esa manera. Aunque lo que más me puede preocupar de ello es que pueda tener un aspecto controlador y que a la vez pueda tener un pensamiento que uno de mujer sea sumisa. Aunque por mi parte así lo siento después de todo merece tener un apodo de Señor Controlador por querer que todo lo que yo haga sea a la perfección y sea manejado como él quiera.

Mi Dulce TormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora