Capítulo 8

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Reborn acomodo a Fong y a Skull en un espacio libre de escombros, aunque dijo el noveno que tenía prohibido utilizar armas, el mantenía su depósito, tomo un ejemplar de cada tipo de arma, miro un juguete de la pequeña Haya, era el muñeco de Skull, estaba sucio y sin una pierna, lo tomo y miro con enojo.

-No saben con quien se metieron...- De inmediato subió a su auto, llamo a su vecina y le dijo que entrara a su casa para que atendiera a Fong y Skull, colgó sin dar ninguna explicación y aceleró para llegar a donde estaba su hija.

Mientras tanto, Verde había sido curado parcialmente, detestaba que tardaran en hacerlo, se incorporó de inmediato buscando varias armas que él había estado desarrollando, estarían muertos en menos de media hora los que se atrevieron a tocar a esa bebe de ojos miel.

-Si Reborn no lo hace, yo sí...- Con un comunicador le habló a cierta persona que podía llegar antes que él o Reborn si es que estaba en camino, aunque no sin algo a cambio.

Reborn llego a una casa en ruinas en las afueras de la ciudad vecina, se estaciono un poco lejos y cambio su ropas para no ser reconocido, se vistió de una manera más casual, con pantalones negros y camisa roja con una chaqueta café, sabía que posiblemente no serviría por sus patillas, si fueron hasta su oficina por él, no dudaba que supieran alguna cosas útiles, en parte comenzaba a rogar mentalmente que los que cuidaran la puerta fueran unos estúpidos.

-Oh Disculpen a mi auto se le desinfló una llanta... ¿Pueden ayudarme?- Reborn les sonrió a las dos personas que lo miraron extrañados para mirarse entre ellos.

-Está bien... Iré por la bomba de aire, en esta zona no hay mucha señal...- Uno dijo falsamente amigable, Reborn sabía lo que significaba eso, de inmediato disparo en la cabeza de los dos, los cuerpos cayeron dejando un gran charco de sangre, Reborn de una patada abrió la puerta principal, en donde estaba totalmente vacío.

-¿Quién quiere jugar un momento conmigo?- De inmediato comenzó a disparar a las pinturas de donde comenzaron a salir varios cuerpos y sobrevivientes armados.

-Rodéenlo...- Reborn sonrió realmente fastidiado, en un abrir y cerrar de ojos, más de la mitad estaban muertos sin embargo los demás corrían a reagruparse. Mientras tanto en la parte trasera se escuchaban varias armas activadas y muchos gritos, mientras se detectaban rayos verdes.

-Vaya que problemas han dado un montón de ratas...- Miro que eran tan simples de matar, no valían la pena para su experimento. -Que desperdicio de tiempo, no son dignos de ser conejillos de indias...- Con un simple ataque los derroto a todos. -Eso quiere decir que mandaron a los más fuertes a atacarnos... Sera una suerte si no están aquí y salimos intactos.- Mientras tanto volando por la casa sin ser descubierta, trataba de encontrar a la pequeña y sacarla intacta, no sabían con precisión de quien se trataba por lo cual debían de ser cautelosos en cierta forma.

-¿Cómo es posible que no pueda encontrarla en una casa tan vieja?- En eso noto algo, no recorría la casa como tal, era una ilusión, sintió su pulso acelerado, algo la hacía sentir mal, era un dolor insoportable, vio a alguien pararse frente a ella, de ahí todo fue negro. Reborn recorrió la casa matando a cualquiera que se entrometiera en su camino, cuando apuntando se encontró con alguien conocido, se miraron mal los dos.

-Veo que no estás tan mal...- Dijo Reborn sonriendo con burla, Verde solo lo miro fastidiado.

-Cállate y Concéntrate en encontrar a tu hija...- Le dijo serio pero sonrió al notar que esa palabra le quitaba la sonrisa del rostro al hitman, "Debe de estar preocupado por ella" pensó el peli verde. Ninguno dijo más, se fueron por caminos diferentes matando a quien encontraran hasta que Reborn encontró a un niño.

Un Bebe Y... Un Hitman¿?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora