Aventura en el mar

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Sobre las sillas reclinables llacía acostada aquella hermosa muchacha, tenía un diminuto bikini de color llamativo, Julian la observaba desde unos de los cristales de la cabina...
     - ¡Vamos! despierta de ese sueño y termina de hacer tu tarea.- lo reprendió una autoritaria voz a sus espaldas,haciéndolo sobresaltar.
     - ¡Sí, capitán! solo quedan las amarras para salpar- le dijo dándose vuelta en los talones.
     -Muy bien, salparemos en diez minutos, ahora descanse. - le dijo sentándose en su puesto en la cabina.
      Vestía uniforme blanco a petición de su jefe que quería que impresionaran a su prometida. El se miro y se dijo:
     -¡Bah! esta fachada , que mas hay que hacer para complacer a una mujer?. - rápidamente prendió los motores para calentarlos y el radar de ultra sonido.
     - ¿Cariño estás cómoda? - le dijo Marcos melosamente a su prometida.
     -Sí cielito , gracias. - le respondió a la vez que se bajaba sus anteojos de sol provocativamente.
     El le ofreció una bebida y se tendió a su lado a  tomar un baño de sol, la piel blanca de el contrastaba con la de ella tostada por el sol.
     Julián, el marinero cabo pasaba el lugar y no pudo ocultar la admiración por tan atractivo cuerpo. Marcos pareció moverse y Se apresuró a seguir las ordenes dadas por el capitán, luego de uno segundos el yate llamado " El tempestuoso" navegaba hacia alta mar, rumbo a las islas del caribe.
     Andreine, la chica de Marcos fue homenajeada en una fiesta privada en el yate propiedad de su prometido pues se casarían en un par de meses...
   Pasadas unas horas y ya en alta mar el yate se mecía según el vaivén de las olas del mar azul oscuro. La brisa era fresca y el sol candente. Pronto en horas de la tarde caería el sol sobre el horizonte. En la cabina, el capitán ejercía su trabajo con maestría. Muy serio y entretenido en sus pensamientos fruncía el ceño haciendolo ver mas interesantes.
      Julián el marinero cabo al mando de su capitán, se movía de aquí para allá; ya cayendo la tarde estuvo en la cabina al control del yate ya que el capitán estaba preparando la cena para todos. Julián silbaba en su faena cuando sintió que alguien llamaba a la puerta.    
     -¡Sí! entre señor- le dijo al reconocerlo tras el cristal.
     -Julián ¿donde está Craustian?
     -Oh, señor el está preparando la cena.
     -¿ Si? pues mi prometida y yo iremos a arreglaremos, estaremos en el comedor dentro de una hora.
     - Listo Señor! respondió Julián
     - Espero que la cena esté exquisita.
     - Sin duda señor, el capitán es muy diestro en la cocina.
Marcos asintió y con una sonrisa se marchó.
     -Andreine, cariño. Ve a arreglarte. Cenaremos en una hora. - Le dijo ayudándola a levantarse de la silla reclinable que había ocupaba tomando sol y escuchando musica junto a su prometido.
      - Muy bien, estaré muy hermosa para ti - le dijo y luego de darle un beso en la nariz, se marchó a su camarote luciendo su torneado cuerpo al caminar con aquel diminuto bikini.
      Andreine en su lujoso camarote, se dió un duchazo tibio. Se perfumó con su fragancia de buquet, frente al espejo se cepilló su cedoso cabello castaño que. al darle la luz del sol le salían pequeños destellos dorados. Observó su rostro, sus ojos verde acuamarina enmarcados por sus abundantes pestañas. Su boca de delicadas curvas y de un tono rosado. Su cuello largo y delicado, sus senos abundantes y erguidos, su cintura pequeña y graciosa, su vientre plano y firme, de caderas anchas y torneadas piernas.
     Sintió un leve toque en la puerta y se apresuró a vestirse, con su traje blanco sin mangas de amplia falda y estrecho talle, sandalias de cuero y prendas de madera que le hacían juego. Su cabello se lo recogió en la nuca en una trenza que le caía sobre su hombro. Retocó su rostro con un leve maquillaje y luego salió del camarote.
     Marcos la esperaba en el pequeño bar recibiéndola con una exclamación de admiración y una copa en las manos que le ofrecía con una sonrisa, luego de unos minutos se sentaron a la mesa que ya estaba servida. Cenaron casi en silencio disfrutando de la carne asada, la ensalada y el vino. Terminada la cena, se fueron a la borda donde disfrutaron de la brisa salada de la noche y los melodiosos rugidos del mar.
     -Oh Marcos, que hermosa noche!- ella le dijo como en un susurro.
     - Si, pero no mas hermosa que como luces ésta noche mi amor- le respondió mientras la rodeaba por la cintura.
     El yate se mecía con las olas y Andreíne se sintió un poco mareada.
     -Marcos soy tan feliz...- le dijo dando un profundo suspiro.
     -Yo también, te prometo a que seremos muy felices.
     Riendo le dijo- wow, me siento agotada. El le plantó un beso  sobre su cabello. - Claro, vamos mañana será otro nuevo día este ha estado excelente, no cres?
    - Si, dijo a la vez que se alejaron de la borda hacia adentro tomados de las manos.
 

Un naufragio; un nuevo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora