Supervivencia

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     Andreine muy segura de su desición se alejó del improvisado campamento buscando algo en que matar el tiempo caminó con cuidado pues estaba descalza y los pies se le lastimaban. Eso le dió una idea.
     -" Tengo que hacerme  unas sandalias y un sombrero" -pensó.
     Siguió caminando en busca. de algunas enredaderas o cuerdas  que le servirían de mucho. Comenzó a sentirse agotada estaba llegando al otro estremo de la isla, queriendo decir que no tenía una gran expansión de terreno.
     Se entretuvo mirando una orquídea que colgaba graciosamente  cuando sintió un movimiento muy cerca de sus pies, al mirar y ver que era una serpiente tropical  corrió despavorida falseando en unos de sus pies se lastimó un tobillo, el agudo dolor hizo que perdiera el equilibrio y cayó abruptamente rasparse ambas rodillas.
     Craustian había regresado al campamento donde había construído una refugio con ramas de palmeras y al no encontrarla allí salió en su busca.
     -" Esta chica me està resultando un verdadero dolor de cabeza." - pensó enojado
     Andreine adolorida intentó ponerse de pie sin  poder lograrlo.
     -"Por Dios....Ay, esto duele..." -se dijo quejandose.
     Craustian ya llevaba varias horas de ardua búsqueda. Andreine sintió un sonido extraño y se asustó ¿Qué sería ahora, King kong para destrozarla, era lo que faltaba. se dijo desesperada.
     -¿Quién está ahí? -preguntó sin resivir respuesta. A los pocos minutos de entre los arbustos salió una figura conocida. Ella lo vió primero.
    - ¡ Oh, era usted! - le dijo con una sonrisa de alivio.
     El aún no la había visto y cuando la divisó tirada en el piso, frunció el ceño y le dijo:
     -Que hace usted tirada ahí- muy serio.
     -Yo, Oh! tomando un poco de sol- le contestó sarcástica.
     -Pues si, no estamos de vacaciones, por si se le olvida hay muchas cosas por hacer.
     - Me lastimé el tobillo y mis rodillas- balbuceó en un susurro.
     El se le acercó y le inspeccionó el tobillo que ella le señalaba.
     - No morirá, solo se inflamará un poco, puede caminar?
     - No creo, lo intenté y dolió mucho.
     - Mujeres tontas... ¿Que necesidad tenias de salir del campamento? - le reprochó
     - Simplemente no me hiba a aburrir como una ostra.
     -Vamos...-la tomó en sus brazos alzándola en vilo.
     Así elevada a su pecho, la cargo hasta el campamento, en el tramo de casi 20 minutos Andreine, solo pudo observarlo mas de cerca, recorrió con su mirada por su rostro.... su barba ya comenzaba a cubrir su barbilla y mejillas, sus ojos fijos en el camino. Su boca de sensuales curvas en un mohín. Su piel ya tostada por el sol, brillaba por el sudor.
Su éxtasis se interrumpió, pues al llegar de inmediato la bajó al suelo. Lo observó como buscaba entre las cosas que ya había juntado unas baras de madera y cordones de enredaderas para entablillarle el tobillo, razgó un pedazo de la tela de su pantalón y le cubrió la piel para protegerla antes de ponerle el improvisado  estabilizador. Ella lo observaba soportando la molestia, dandose cuenta de lo diestro de sus movimientos.
     -Veremos como le hirá  de ahora en adelante... - le decía mientras le amarraba las cuerdas.
     -Yo solo exploraba un poco.- trató de excusarse. -Pero el encontrarme con una serpiente en mi camino  me hizo perder la razón, les temo fóbicamente corrí como loca y perdí el equilibrio. -terminó contandole lo sucedido, mientras el la miraba esta vez con ojos llenos de risa.
     - No hay razones válidas - le dijo en tono seco.
     - Ayyyy, me lastima! - protestó - Usted por lo visto no entiende mi posición en esta tan penosa situación.
     -Usted cree...? Tiene suerte de estar aquí y de que haya sido yo quien la acompaña, de haber sido su prometido todavía estaría cruzado de brazos y esperando que alguien le busque de comer y también le cocine...en ese caso... tú. - le espetó en tono burlón.
     - ¡Caramba! - respondió abriendo sus ojos acuamarina y extendiendo los brazos
por lo visto usted es un TARZAN! wow...que afortunada soy!- terminó en un tono burlón imitandolo a él.
     - Jummm, no lo soy. - respondió levantandose y cruzando los brazos sobre su formido pecho desnudo.- Pero sé que hacer en estos casos.
     - ¡Uffff, ya me tiene harta! No deja de reprocharme.- lo criticó.
     -No sería así,  si no te metieras en problemas, pero no te preocupes (se sacudió las manos )por lo que a mi me toca, estaré lo mas alejado posible. - le dijo caminando hacia donde había colocado algunas de sus herramientas - ¡USTED TAMBIEN ME TIENE HARTO! -le gritó a distancia.
     Andreine ofendida lloró de coraje..Se dijo así misma:
     -Esto no se quedará asi....le daré el escarmiento necesario, se arrepentirá....y quien se ha creído que es, para hablarme de esa forma. - Terminó limpiandose una lágrima que bajaba por su mejilla. Al ver que el continuó la marcha, con cuidado se levantó y sosteniendose de un solo pie dió saltitos hasta llegar a la improvisada tienda de ramas de palmeras, que el le había construído. Pasados unos minutos  se recostó y en silencio observaba la copa de los árboles. Craustian laboraba en silencio; estaba recogiendo y aseando el lugar que había escogido para hacer un refugio mas seguro. Debian protegerse de curiosos animales y las calamidades del tiempo. Colocó estacas ye improvisó una cerca, el sol lo castigaba. Andreine lo miraba con el rabillo del ojo el afanado la ignoraba. Hacia la orilla de la playa de blancas arenas colocó rocas en forma de un arco, como una trampa para atrapar los peces cuando la marea subiera.
Fue cayendo la tarde, ya serían como las cinco de la tarde cuando Craustian sigilosamente se perdió por entre los arbustos. Andreine notó que ya no estaba así que se levantó con cuidado, su tobillo ya no le molestaba pero su estómago estaba protestando pues no había ingerido alimento. Craustian se dirigió hacia la playa y se sumergió en sus aguas cristalinas. Andreine lo observó a distancia como con fuertes brazadas se alejaba de la orilla y desapareció de su vista...a rato lo vió emerger y nadar de nuevo hacia la orilla. Traía un pez ensartado en una bara improvisando una lanza. El pez era de un tamaño lo sufiente para alimentarlos a ambos. Ella sintió un alivio, pues apesar de sus diferencias el continuaba preocupandose por lo necesario para subsistir en aquella isla deshabitada. Lo vió llegar y preparar el enorme pez, para luego encender una hoguera con con rocas y madera como lo habia echo la tarde del día anterior. Ya sería dos días en la tierra de quien sabe, sin recordar con claridad los hechos que ocurrieron para tan lamentable destino.

                                                           ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

     Pronto va callendo la noche el sol se va por completo solo los alumbraba la fogata.
Luego de un buen rato la comida estuvo lista . Andreine moría de hambre, tenía mucho apetito. Pero como él aún seguía indiferente  ante su presencia, quizo despreciarlo. Cuando él  se le acercó con una buena ración de comida, lo rechazó. El sin inmutarse no le insistió. Luego que el terminó se recostó a descansar cerca de la fogata y como estaba agotado no tardó en quedarse dormido. En cambio Andreine no podía consiliar el sueño, solo escuchaba los sonidos de la tranquila noche, aún recordaba la serpiente y temía un nuevo encuentro. Craustian dormía profundamente y sin preocupaciones, mañana sería otro largo día de trabajo. Así  que como pudo se incorporó y extendió su mano para alcanzar el improvisado plato de comida sobre una hoja ancha, engulló rápidamente  el contenido saciando su estómago.
     No supo cuánto tiempo pasó, pero Andreine logró consiliar el sueño, pasaron unas horas cuando se vió envuelta en una grotesca escena de una pesadilla, en donde recorsaba pequeños trozos de el naufragio. Ya era de madrugada y Craustian escuchó como un lamento y abrió los ojos rapidamente, era Andreine que  daba vueltas  en su improvisado lecho en su pequeña tienda. El no estaba muy lejos así que le acercó, la observaba cuando esta se incorporó como un resolte gritando con desesperación.
     Craustian la tomó por ambos hombros para  hacerla reaccionar
     -¡Señorita, señorita!  ¡abra los ojos!  Soy yo, todo está bien - le dijo un poco sobresaltado.
     Andreine abrió sus hermosos ojos  verde acuamarina para ver que Craustian la observaba con el ceño fruncido y ojos de preocupación.
     - Todo esta bien- le repitió en un susurro y pasó un brazo por los hombros acurrucándola hacia su bien formado pecho, le dijo: - fue una pesadilla, ya pasó.
comenzó a calmarla como a una niña pasandole la mano por entre los cabellos,  Andreine se quedó tranquila, luego de un rato ambas se quedaron dormidos.
     La calidez de una suave respiración despertó a Andreine y temerosa abrió sus ojos lentamente para encontrarse con unos ojos oscuros como el azabache que la miraban mientras dormía. Ya los primeros rayos de luz solar se colaban por entre las ramas de los árboles que los resguardaban. Andreine le sonríe tímidamente e intenta retirarse de aquella mirada que cautibaba pero él no la dejó....si no que lentamente le rozó la mejilla sonrosada diciendole:
     - No tengas miedo, que yo estaré contigo - y por fin le sonrió mostrándole su perfecta dentadura....

continuará
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Un naufragio; un nuevo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora