Tormenta

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     -¡Craustian! - le dijo mientras caminaban de regreso al campamento, ya podia ver la cabaña que compartian como refugio y hogar. Lugar que habían construido en equipo y con mucho esfuerzo.
     -¿Si?- le respondió absorto en sus pensamientos.
     -Debo decirte confesarte algo... muy importante para mi, hizo una para nosotros. No encontraba las palabras- Yo he comprendido que... - detuvo la marcha y se apartó un poco de él bruscamente, el la miró sorprendido. De pronto ella se le abalanzó encima alzandose en las puntas de los pies para echarle sus brazos al cuello y dandole muchos besos en el rostro y en el cuello le dijo entre risas.
     -A caso no sabes que yo te amo...- ocultó su rostro en la base de su cuello y volvió a repetir- Te amo , tonto... el la abrazaba a la cintura y la estrechó a el con fuerza y sonriendo le dijo: - repíteme lo que dijiste por favor- con voz de ruego. Andreine echó su cabeza hacia atrás y el hizo lo mismo, reían a carcajadas, " que tontos habian sido..."
     -Te amo, te amo Craustian y no quiero irme de aqui, este es nuestro destino permanecer juntos a , juntos para siempre.
     Se fundieron un un beso suave y agradable... Luego el la miraba atónito y con los ojos brillosos por la lágrimas que se agolpaban en sus ojos le dijo:
     -Es increíble, jamás pensé...oh Dios gracias!- exclamó mirando hacia el cielo. Luego de esto la tomó en vilo y emprendió carrera hacia la playa donde juntos se dieron un chapuzón. Entre risas y carcajadas disfrutaron del sol y el agua tibia del mediodía.
     Pasaron una tarde de ensueño. Craustian cocinó para ella y diafrutaron la comida, mas tarde colgaron una de las hamacas, la más grande entre dos palmeras frente a la playa y allí uno abrazado al otro permanecieron así hasta que el sueño los venció y quedaron rendidos dormidos, mesidos por la brisa del mar, la noche estrellada con una luna brillante.
     Amaneció...un nuevo día...así amanecieron uno junto al otro sus cuerpos dandose calor y sus piernas entrelazadas. Craustian abrió sus ojos color azabache, pues le molestaba la luz del sol naciente, para encontrarse con unos ojos verdes acuamarina que lo observaban sonrientes y enamorados. Nubes grises se veían a lo lejos en el horizonte sería un día nublado.

     - ¡Hermosa! - la alagó y rozandole la mejilla con su mano continuó - Eres realmente hermosa

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     - ¡Hermosa! - la alagó y rozandole la mejilla con su mano continuó - Eres realmente hermosa.
     - Gracias por el cumplido.- le respondió contenta. El se incorporó y se bajo de la hamaca. Ella continuó- Me hace falta un corte de cabello.
     -No, tu cabello es lindo asi, risado, rebelde...
     - Y tú tendrás que ir con tu barbero, ya te pareces a Robinson Crusoe con tu barba y cabello al cuello.
     -Ja,ja,ja,ja,  Es cierto, me debo ver horrible....comenzó a recogérselo como en una cola de caballo.
     - No, este es el hombre de quién me enamoré. rudo, audaz, impredecible...orgulloso y un poco vengativo.
     -¿Vengativo yo? - protestó. - Vamos al manantial! - la invitó entusiasta.
     Caminaron de la mano hasta el hermoso oasis, de aguas cristalinas. Allí entran a sus aguas y nadaron con libertad. Craustian haciendole travesuras y reían al unísono.
Nadaron hasta la parte mas profunda mas cerca de la cascada y Craustian pudo divisar que tras la caída de agua en las rocas había una especie de gruta o abertura. Se veía muy oscuro y se acercó mas para poder explorarla, Andreine lo siguió maravillada pues en tanto tiempo que disfrutaban de ese lugar no lo habían descubierto. Craustian la ayudó a subir, pues la fuerza del agua imposibilitaba escalar la roca.

Entraron por el espacio estrecho para encontrar que era amplio y estaba seco, solo que en la penumbra no podían notar cuan espaciosa era

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Entraron por el espacio estrecho para encontrar que era amplio y estaba seco, solo que en la penumbra no podían notar cuan espaciosa era. Craustian le sonrió a Andreine y le dijo :
     - Es un buen lugar para ocultarse en caso de peligro. - la tomó de la mano y la guió hacia el hueco de la salida. Nadaron un rato mas ...hasta que el sol comenzó a ocultarse y las nubes oscuras cerraron el cielo y la brisa movía las ramas de los árboles.
     - Vamos a la cabaña, - la invita Craustian al notar el cambio del tiempo. - parece que va a llover fuerte. Ella lo siguió obediente hasta llegar al lugar del campamento.
     Estando allí, la lluvia comenzó y el viento arreció, el mar se veía bien picado y las olas comenzaban a encresparse. Andreine comenzó a inquietarse, Craustian en el unbral de la improvisada puerta de la cabaña observaba como se estaba deteriorando el clima de manera presipitada, eso lo hizo recordar la sorpresiva tormenta que los llevó al naufragio.
Andreine se acurrucó en el camastro de Craustian, ella lo observaba, su espalda ancha su cintura estrecha, sus brazos apoyados a ambos estremos del umbral.
      - Debemos asegurar lo poco que tenemos aquí, presiento que es una tormenta eléctrica, ya se ven los relámpagos en el horizonte aún no ha llegado a la isla la peor parte, ¡ayúdame!
     - Aunque no puedo recordar todos los detalles de nuestro naufragio, sé que fue una tormenta la que llevó al yate hacia las rocas ... me causa una sensación de desespero.- le confesó Andreine. - Esta cabaña a duras penas resiste un aguacero, debemos refugiarnos en un lugar mas seguro...- no había terrminado cuando Craustian la interrumpió.
     - ¡La caverna!, vamonos ahora recojamos lo que podamos cargar en las hamacas y amarremosla a los pilares de la cabaña y vamonos de aquí antes de que se nos haga tarde.
     Así hiceron, los pocos utencilios que habían construido los reunieron en el centro de la cabaña y los ataron con fuerza usando las hamacas de bejuco que tenían. Salieron a prisa en dirección al manantial , y cruzando a nado llegaron hasta las rocas que cobijaban la entrada de la caverna y con la ayuda de sus fuertes brazos Andreine pudo subir a su interior seguido de Craustian y estaban completamente empapados. Tomados de la mano se adentraron a su interior... afuerase podían escuchar la fuertes tronadas y el rugir del viento que se hacía cada vez mas fuerte. Encontraron un lugar plano dentro de la cueva, estaba seco pero frió, Craustian ayudó a Andreine a sentarse y se agachó a su lado, ella buscó el calor de su cuerpo acercándose más a él, así que el pasó un brazo por sus hombros y la abrazó.... pudo sentir el cuerpo de sus amada que se estremecía por el miedo y la ansiedad. Así permanecieron por horas escuchando atraves del sonido de la caída del agua, como la tormenta pasaba con el rugir de sus viento y la fuerte tronada y lluvia.
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     Aún llovía pero no con la misma intensidad y Craustian  se aventuró a salir a ver como estaba todo en el campamento, de camino tuvo que apartar ramas de arbustos que estaban a su paso. Al llegar hasta la cabaña, lamentó lo ocurrido pues el techo se había arruinado y necesitaría una gran reparación, allí  en el centro de la cabaña permanecia atadas la hamacas que reguardaban la mesa y los banquillos, el camastro empapado se había corrido de lugar.
     -"Nuevamente una tormenta era la causante de nuestra desdicha" -se dijo-" agradesco a Dios que encontramos la caverna que nos sirvio de refugio" , "Iré a buscar a Andreine para comenzar a la nueva faena"

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En esta ocación con la participación especial de mi amada Alexandria (@AlexandriaLopez4 )mi hija mayor que aportó en esta parte de la historia.
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Un naufragio; un nuevo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora