CAPITULO 32- CHANTAJE.

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NARRA DANIEL

Era ella, Mar, después de tanto tiempo sin verla algo en mi se removió, un sentimiento de odio invadió mi cuerpo, ella me arruinó la vida, aún recuerdo, era un crío, un niño enamorado, que moría por sus huesos, todos los del internado iban tras ella y yo la conseguí, para que me dejara hecho polvo, ella consiguió su objetivo y yo no volví a ser el mismo, ella me utilizó, lo nuestro iba en secreto hasta que ella fue difundiendo conversaciones nuestras, donde yo le expresaba mi cariño, la llamaba con el mote que le solía llamar, a partir de ahí mi fama de chico duro murió, y fue el desencadenante de todo lo que nos pasó después, en parte tuvo la culpa, se aprovecho de mí, y de lo locamente enamorado que estaba de ella, no me avergonzaba de ella, simplemente no quería que nadie supiese una de mis debilidades, no quería inmiscuirla en mis peleas, yo miré por ella, lo hice por su bien y así me lo pagó.

- ¿Dani? ¿mi Dani? – ella se acercó a mi apartando el carro, sin duda esto era un reencuentro inesperado, rápidamente se acercó suavemente a mí, después de descubrir lo que hizo solo nos vimos dos veces, no tuvo la limpieza de mirarme a la cara y decirme todo lo que hizo, y ahora, ahora que todo me iba bien- yo, lo siento Dani, te he buscado y jamás te he encontrado-

- No soy tu Dani –respondí firmemente- tu Dani, murió cuando hiciste lo que hiciste, no me tendrías tanto amor, cuando fuiste capaz de hacerlo – me aparté de ella, rápidamente, veía sus intenciones, quería besarme, agarré el carro de mis hijos fuertemente, necesitaba gritarle todo lo que sentía, todo lo que no le había dicho en todos estos años, necesitaba verla sufrir tanto como ella lo hizo conmigo, los sentimientos de odio brotaban y recorrían mi cuerpo-

- Me porté mal, lo reconozco – volvió a acercarse a mí lentamente para tocar mi cara, Martin, en ese momento empezó a balbucear cosas, no podía hablar, pero tenía claro que no le gustaba, yo simplemente me dediqué a quitarle bruscamente su mano de mi cara- pero quiero que me perdones, Daniel, no he encontrado a nadie como tú, eres único, te quiero, sigo enamorada de ti... te necesito, mi Daniel, vuelve conmigo, estábamos enamorados, nos queríamos, he soñado tanto con este reencuentro, mi Daniel, te quiero, nunca dejé de pensar en ti – solo hablaba, creo que todavía no se había dado cuenta que en el carro habían dos niños, mis hijos-

- ¿enamorada de mí? Mar, permite que lo dude – me hablaba como si aún estuviésemos en el pasado y yo era ese niño que iba detrás de ella como un corderito, como su marioneta, que era como me trataba- estás loca, no soy tu Daniel, eres pasado, eres lo peor que me pudo ocurrir en mi vida, y ahora si me permites, mis hijos y yo nos vamos – intenté agarrar el carro pero ella me cerró el camino para que no pudiese andar-

- ¿tus hijos? – Mar, miró el carrito y volvió a fijar la mirada en mí- ¿tienes novia? ¿tienes a otra en tu vida que no soy yo Daniel? – preguntó titubeante y yo solo me dediqué a asentir con mi cabeza-

- Sí, alguien que me quiere por como soy, alguien que me ama de verdad, alguien que no me ha traicionado, alguien que no le importa, lo que sea, que me quiere, y a la que amo sobre todas las cosas – puse una sonrisa al hablar de Lucía, mis ojos se iluminaron y Mar no daba crédito- Mar, quien acabó con nuestra relación, fuiste tú, no sé qué historia viviste, o crees que tuvimos, pero la que fue hablando de nuestras intimidades fuiste tú, la que rebelaste mis mensajes de amor fuiste tú y a saber que inventaste para que hacerme lo que me hiciste, ¿Qué pensabas que después de eso íbamos a seguir? Por ti todos me insultaron, me tuve que ir del internado como me fui, me arruinaste la vida y no volverás a entrar en mi vida jamás – estaba descompuesta, creo que pensaba que al verla volvería con ella-

RUN. NO MIRES ATRÁS. (gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora