Settanta otto

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-Julio, necesito hablar contigo-te dije 

-¿Que pasa, Kenziebeth?-me llamaste por mi nombre, no muchos lo hacen y me sorprendí que tú lo hicieras. 

-No me llames así-ordené desafiándote con la mirada.

Me miraste igual y reímos al mismo tiempo. 

Así te llamas, Kenzie Beth-separaste mi nombre. 

-Prefiero "Kenzie", en serio necesito hablarte. 

-Cuéntame-te sentaste y yo hice lo mismo. 

-Es sobre eso, ya sabes... 

En tu mirada se notaba que te habías percatado del tema. Desviaste tu mirada al suelo y cambió la expresión de tu cara. 

-Solucionado-pronunciaste y fingiste felicidad

Pero ya no soy ingenua, ya no... no como antes, no como en quinto de primaria en el que yo no me daba cuenta de lo que estaba sucediendo contigo. 

Ya no te creo, Julio Dawson. 



Cartas al pelinegro [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora