Maraton: Capitulo 4

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- ¿Como fue que te cambiaste de salón? - apreté los libros contra mi pecho mientras caminábamos por el pasillo.

- Porque vamos al mismo nivel, solo que tu eres A y yo era C - levantó los hombros - pero después de lo que pasó no quiero que estés sola - hizo una mueca.

- de verdad muchas gracias niall - suspiré - venir al colegio es una tortura para mi - mordí mis labios.

- me imagino - me tomó del brazo - ¿quieres que te acerque a casa? - lo miré con una sonrisa.

- Me encantaría - el me sonrió y caminamos hacia el estacionamiento.

- ¿Los de tu salón eran así de groseros?.

- No - dijo el sin perder la mirada del camino - pero tampoco harían algo para defenderte - levantó los hombros.

- Valla - suspiré

- Sucede que justin y todo su grupo tienen dominados al colegio - lo miré atenta - la única forma de que dejen de molestarte es que justin diga basta, de lo contrario olvídate.

- ugh - hice una mueca - ¿Por que el? - me crucé de brazos.

- Porque es el capitán del equipo de futbol, el popular de todos y su novia keyla - lo interrumpí.

- la porrista - rodé los ojos, el asintió.

- es decir que esto nunca terminará - cerré los ojos.

- Terminará cuando justin encuentre otra persona a quien molestar. Pero si te sirve de consuelo, al menos ya tienes un amigo para defenderte - el sonrió mostrando sus perfectos dientes.

Mi sonrisa en cambio fue a penas.

- No quiero que salgas dañado por mi culpa - miré hacia la ventana.

- No te preocupes, estará todo bién.

Niall estacionó afuera de mi casa. Me despedí de el, pero su voz me detuvo.

- ¿Si? - me volteé con una sonrisa.

- ¿Puedo entrar al baño? - dijo el algo ruborizado.

- Claro - Sonreí.

Abrí la puerta de casa y niall me siguió por detrás. Un rico aroma inundó mis fosas nasales. Frunci el ceño.

- ¿Mamá? - dije algo insegura.

- Aquí estoy cielo - salió ella desde la cocina con su delantal. - Hola hija - vió a niall - ¿y este chico tan apuesto?  - me vió con picardía mi madre.

- El es - iba a continuar pero niall se adelantó.

- Niall horan señora - tomó la mano de mi madre - su amigo y compañero de clases - sonrió este.

- Mucho gusto - tendió la mano de niall - yo soy Mónica johnson su mamá ¿Te quedas a almorzar?

- No - dijo algo nervioso - yo solo quería entrar al baño - miré seria a mi madre.

- Segundo piso, tercera puerta - señaló mi madre hacía las escaleras

- Con permiso - dijo el y caminó hacia arriba.

- Asi que niall ¿eh? - me vió con picardía otra vez.

- No mamá, es solo mi amigo ¿si? - negué con la cabeza.

- Me gustaría tener tu edad y aprovechar con un joven como el - me tocó el cabello. Miré a mi madre como si hubiera perdido la cabeza.

- ¿Qué haces tán temprano? - sabía que ella salía más tarde.

- Pattie nos dió el día libre ya que iban a fumigar las oficinas. Aproveché y me vine para hacerte un rico plato de spaguettis con salsa - sonrió.

- Que bien mamá, pero casi no tengo hambre - confesé. Después de todas las burlas que había recibido, de a poco iba perdiendo el apetito. Todas las palabras ofensivas que me decían Justin y sus amigos se hacían presentes en mí a la hora de comer.

- Que raro - hizo una mueca - es tu plato favorito.

- Gracias anne por dejarme entrar a tu baño - caminó niall hacia mi - un gusto conocerla señora Mónica.

- Dime Mónica. No soy tan vieja.

- Esta bien, Mónica - sonrió niall y luego me vió - nos vemos mañana anne - me guiñó el ojo y salió de casa.

Mi mamá volvió a verme con picardía.

- ¿Qué?

justin

- Pásame la pelota - gritó zayn mientras corría hacia mi izquierda.

Hace 3 horas estábamos entrenando para el maldito partido del otro més. Mi humor ya no era nada bueno.

- Concéntrate justin - gritó el entrenador.

Le di el pase a uno de mis compañeros, corrí para luego recibir la pelota y meter el gol finalmente.

  El silbato del profesor sonó y mi cuerpo cayó rendido al cesped.

- Pudiste haberlo hecho mejor Bieber - habló con dureza el entrenador.

- ¿Quien crees que soy?  ¿Messi? - dije irónico a la vez que rodaba los ojos.

- No, pero ese gol pudo haberlo hecho cualquiera de estos perdedores - señaló a los suplentes que estaban en la butaca. - Eres el capitán, necesito que lo hagas mejor.

Con los chicos caminamos hacia las duchas. Mi cuerpo ya no daba más. Solo quería que el maldito partido pasará y poder relajarme.

  Salí del baño y unos brazos se treparon encima mío haciendo que perdiera el control, por suerte no caí.

- Hola amor - la voz de keyla hizo que mis oidos se quejaran.

- Hola nena.

- ¿Que hacemos ahora?  - ella aún seguía con su equipo de porristas.

- Nada, estoy cansado - ella rodó los ojos y su cara cambió a una sería.

- Nunca quieres hacer nada conmigo, si no es por tu madre es por esta mierda de equipo. Me tienes cansada - chilló dando un golpe con su pie en el suelo.

- Si te tengo cansada puedes irte a la mierda y dejarme en paz de una maldita vez - caminé dejándola atrás.

- Bien, pero luego no quieras venir a quejarte de que otros chicos me dan placer - gritó ella.

- Como quieras - levanté los hombros y seguí caminando.

Subí a mi auto y cerré los ojos. No veía las horas de llegar a casa y dormir una buena siesta.

Al llegar, como lo tenía planeado, lo primero que hice fue ir hacia mi habitación y caer sobre mi cama. Estaba a punto de dormir cuando alguién toco la puerta.

- Pase - dije con voz ronca.

- Justin - era mi madre - ¿no piensas comer bebé?

- No - la miré - estoy demasiado cansado que solo quiero dormir - ella se sentó a mi lado y acarició mi cabello.

- ¿Tuviste un largo día? - su voz era lo más relajante que había escuchado en todo el día.

- Si, entre otras cosas. El entrenador nos esta esforzando mucho para el partido del otro mes.

- Ten paciencia hijo - me dió un beso en la frente - pronto pasará todo - asentí - duerme hijo.

Ella caminó hacia la puerta y apagó la luz. Mis ojos lentamente comenzaron a cerrarse y caí en un profundo sueño.

//Bullying// (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora