Atada a ti (Ace x Lectora)

Capítulo 1

Nota: Tn => Tu nombre

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Me llamo Tn, tengo 18 años y me encuentro en el vestíbulo del mayor hotel de lujo de la ciudad. Llevo un gran ramo de flores porque asistiré al cumpleaños de Nami, una de mis mejores amigas.

Llevo puesto una blusa de manga corta blanca, una falda circular azul marino que me llega hasta por encima de las rodillas y unos tacones azules. También llevo mi largo cabello castaño oscuro suelto con ondas. Al menos creo que voy bien arreglada para un evento, sobre todo si es en este hotel tan caro.
Pude ver a mucha gente en el vestíbulo, sobre todo parejas. Ojalá tuviera a alguien con quien pasar en este hotel tan espectacular. Nami tiene mucha suerte.
Estaba intentando orientarme para llegar a la sala donde se hace la fiesta, cuando escuché a alguien llamarme.

___: Oiga, disculpe señorita.

Me giré y vi que se dirigían hacia mí dos hombres. Uno llevaba el pelo rubio con un peinado raro y el otro el pelo castaño recogido en un tupé y una ligera barba. Ambos eran altos y llevaban traje.

Marco: ¡Gracias que has llegado pronto! ¡Venga con nosotros, rápido!

Los dos hombres me agarraban de los brazos y me conducían hacia el ascensor. ¿Pero qué hacen? ¿¡Qué está pasando aquí!?

Subimos hacia uno de los pisos superiores y, cuando salimos del ascensor, me arrastraban hacia la habitación de enfrente.

Thatch: Debe estar preparada. El señor le está esperando.

Tn: ¡Oigan e-esperen! ¡Paren! ¡Se equivocan de persona!!

Marco: Ah no, créeme bonita. No nos equivocamos de persona - dijo con cierta mirada malévola.

No entiendo nada. ¿¿Qué narices pasa aquí?? ¿¿A dónde me llevan??

Cuando quise darme cuenta, entramos en la habitación... bueno más bien era una suite, ¡y de las caras!
Nos paramos y ambos posaban sus manos en mis hombros. Pude ver a un hombre alto, vestido con traje con las manos en los bolsillos, mirando por la gran ventana donde se contemplaban los edificios. Ahora mismo era de noche y la suite estaba ligeramente iluminada.

Thatch: Muy buenas tardes, señor Portgas.

Aquel hombre se dio la vuelta y nos observó. Tenía unos ojos negros que miraban con seriedad. Yo me estaba empezando a poner nerviosa.

Thatch: Mire señor Portgas, éste es un obsequio para usted. Para agradecerle sus impecables servicios a nuestra empresa, hemos pensado en obsequiarle con un regalo muy especial.

¿Cómo? Yo, ¿un regalo?

Marco: Es muy guapa, ¿no cree? Y - posó su barbilla en mi hombro, pudiendo escucharle - está 100% disponible.

¿¡Qué!? ¿¡Se han vuelto locos!? ¡¡Definitivamente esto es un error!!

El hombre arqueó una ceja y soltó una risa. Por un momento me encandilé por esa bonita risa.

Ace: ¡Caramba chicos! Ya sabía que me lo agradecerían de algún modo como siempre, pero esta vez no me lo esperaba.

Se acercó a nosotros. Posó su mirada en mí, me analizó de arriba abajo y... entrecerró los ojos con una sonrisa de lado.

Ace: Muy bien... acepto vuestro obsequio.

¿¿Qué?? ¡¡No puede ser!!

Tn: ¡E-esperen! N-no soy quien... os habéis confundido de... - intenté hablar pero resultó inútil.