Capítulo 9

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Al día siguiente...

Narra Ace:

Me desperté con un terrible dolor de cabeza. Apenas podía levantarme ni abrir los ojos. Mi cuerpo se encontraba más pesado de lo normal. Aún así, logré incorporarme en la cama.

Dios, me encuentro fatal. Me duele mucho la cabeza. La habitación daba vueltas, aunque eso era sensación mía. Me froté los ojos y conseguí abrirlos. Aunque... aún tenía el cuerpo roto y cansado. Bostecé y me quedé sentado. Sólo escucho silencio.

Miré abajo y me sorprendí. Llevaba la misma ropa que ayer. La boca me sabía fatal... ¿Qué pasó anoche? Apenas puedo recordar nada. Miré al lado. El lado izquierdo de mi cama estaba vacío. De repente me acordé...

Tn...

Claro... ella no está aquí conmigo. No está durmiendo a mi lado, con su largo cabello desparramado en la almohada, la sábana cubriendo y detallando su bella silueta y con su hermoso rostro sereno... durmiendo como un ángel. No... definitivamente no está, se ha ido... por mi culpa.

El pecho me dolió en ese instante. Cerré los ojos y arrugué la sábana, frustrado. Todavía recuerdo aquella fatídica carta de despedida de la chica de la que estoy enamorado, aquella carta que me dejó fulminado y hundido. Abrí los ojos y miré de nuevo el lado vacío de mi cama.

Mi cara reflejó puro dolor. Dios... la echo terriblemente de menos.

Miré al otro lado y cogí mi móvil que se encontraba en la mesita de noche. Eché un vistazo. Menos mal que hoy es fin de semana, porque no tengo ni puñeteras ganas de ir a trabajar. Me levanté con dificultad de la cama y me dirigí al baño. Quería darme una ducha caliente para despejarme. Me quité la ropa y entré en la ducha.

Poco a poco, el agua caliente hacía efecto en mí y revitalizaba mi cabeza y mi cuerpo. Mientras mantenía los ojos cerrados y dejaba que el agua recorriera mi pelo, mi rostro y todo mi cuerpo, en un momento abrí los ojos y me encontré... a ella. Se encontraba desnuda en la pared, con el largo cabello mojado cubriendo sus senos. El agua mojaba su cabello y todo su cuerpo, y en su rostro se veía con las mejillas sonrojadas, los ojos brillando... y con una luminosa sonrisa. Dios, estaba muy hermosa.

Sin pensarlo dos veces, la apresé con mis brazos a ambos lados de su cabeza. Cerré mis ojos y me incliné hacia ella, dispuesto a besarla. Cuando ya casi rozo mis labios con los suyos, en un segundo abrí los ojos y descubrí que... ya no estaba. ¿Acaso... era fruto de mi imaginación? Me enfadé y di un puñetazo en la pared, frustrado. Me quedé ahí, dejando que caiga más el agua a mi pelo y mi cuerpo. La verdad... no soporto su ausencia.

Veinte minutos después, salí de la ducha con una toalla alrededor de mi cintura y, con una más pequeña, me la enrollé en la nuca. Me senté en la cama y me sequé con la toalla pequeña mi pelo. De repente, me entró ganas de tumbarme. Y eso hice. Me tumbé en la cama, con los ojos fijos en el techo. Me pasé una mano por el pelo y me cambié de posición, tumbándome de lado. Me quedé mirando el lado vacío de mi cama. De repente pensé... nunca volveré a contemplar su hermoso rostro dormido, no volveré a acariciar su precioso cabello, no volveré a abrazarla fuertemente mientras ella dormía ni besarla en la cabeza, en la frente y en los labios... en sus hermosos labios, como tantas veces lo hacía después de hacerla el amor.

Por instinto, pasé una mano a lo largo de aquel espacio vacío... donde se suponía que debía estar ella. Fruncí el ceño y agarré la sábana. Puede que el cuerpo se sienta relajado después de la ducha... pero el corazón todavía me dolía. De verdad que estoy muy enamorado de ella. Yo... quiero estar con ella... quiero que ella esté conmigo. Tn... mi hermosa y dulce Tn.

Atada a ti (Ace x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora