Sorpresa 3

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Sip, tenía una tercera sorpresa ewe es algo corto pero igual quería contarles donde estuvo Dipper durante esos 7 años y como fue su reencuentro con Bill, Ford y Stan~ enjoy!
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¿Dónde estaba? No lo sabía.
¿Cuánto tiempo había pasado? Tampoco lo sabía.
Sólo recordaba que estaba con Bill y Mabel, Mabel cargaba a Melissa y Bill a Tyrone. Entonces un chico apareció, dijo algo y apuntó a Dipper y... Nada más, todo lo siguiente estaba en blanco.
Luego de eso sólo sabía que había despertado en mitad de la nada -en el sentido literal de la palabra, no había nada-.
Todo a donde mirase era un gran pozo negro. Ni si quiera estaba seguro de si había suelo bajo sus pies o de como podía verse a si mismo con tanta claridad si no había fuente alguna de luz.
Todo era confuso, ahí no había día ni noche, no necesitaba dormir ni tampoco comer. No necesitaba nada... Nada, excepto una salida.
Habían pasado días. Meses quizás y el seguía atrapado ahí. Como ya era costumbre suya, comenzó a hablar con aquella inmensa nada.
—Creo que no saldré nunca de aquí... No podré volver a ver a Mabel... A Bill... Me perderé las vidas de Tyrone y Melissa...—Dipper suspiró, de tanto haber pensado en eso y tanto llorar por ellos ya no tenía más por hacer.
Se sentó de nuevo en mitad de aquella "nada" y soltó de nueva cuenta un suspiro.
Entonces escuchó algo; el primer ruido ahí que no era producido por él.
Fue un sonido algo extraño, y luego algo cayendo al "piso" que había en esa extraña dimensión.
Dipper se quedó quieto. No sabía de dónde es que había salido ese ruido, ni sabía que lo había producido.
—Ugh... ¡Casi lo tenía! Pero no, tenía que abrir un segundo portal para distraerme... ¿La dimensión de la nada? Que original...
Dipper se quedó definitivamente tieso cuando reconoció la voz. Se levantó y se dio la vuelta algo temeroso por lo que vería.
Pero sí, ahí, de espaldas a él y aún sin reparar en su presencia estaba Bill, sacudiendo su ropa mientras lanzaba gruñidos e insultos por lo bajo.
—Bill...—murmuró suavemente. Ahora fue el aludido el que se quedó de piedra. Igual que Dipper, se dio la vuelta, temeroso.
Sus miradas se encontraron y Bill abrió la boca, aunque al no poder decir nada la volvió a cerrar después.
—Por favor que esta no sea la dimensión de las alucinaciones...—fue lo primero que logró articular Bill. Dipper soltó una risita.
—No lo es que yo sepa.
—Dipper...—murmuró Bill. Se acercó a paso lento y no muy seguro, con los ojos cristalizados. Se detuvo a pocos pasos del castaño y estiró su mano temeroso de que al tocar al castaño este se desvaneciera.
Tocó la mejilla de Dipper y su labio tembló al confirmar que era real. Era real. Dipper seguía vivo.
Sorpresivamente para el castaño, el rubio se lanzó a abrazarlo desesperadamente y se agachó un poco hasta que su cabeza quedo escondida en el pecho de Dipper.
Dipper parpadeó confundido y luego logró sentir como la parte de su camiseta donde estaba apoyado el rostro de Bill comenzaba a sentirse mojada.
Ante esto, los ojos de Dipper igualmente se cristalizaron. El rubio hipaba, intentando contener un poco el llanto.
—Creí... Creí que de verdad te había... Te había perdido...—susurró apenas Bill entre lágrimas, aún con su cara en el pecho de Dipper.
—¿Recuerdas nuestra promesa? Juntos hasta el fin de todo.—Dipper comenzó a acariciar el cabello de Bill, mientras que lágrimas ya recorrían igualmente sus mejillas.
Se necesitaban. No podían existir el uno sin el otro y ese desesperado abrazo y esas lágrimas lo confirmaban. El amor era la perdición de un demonio, pero si era hacia Dipper a Bill realmente le gustaba esa perdición.
Finalmente se separaron, aún con algunas lágrimas bajando por sus mejillas.
—Me gusta más cuando sonríes—dijo Bill mientras limpiaba una de las lágrimas de Dipper.
—Lo mismo digo...—ambos sonrieron y, finalmente y como tanto ansiaban, se besaron.
Un beso cargado de amor, de dolor, de felicidad y de necesidad. Se separaron luego de un rato y terminando ambos de limpiar sus lágrimas.
Bill chasqueó los dedos y apareció entonces un portal, al otro lado de este se veía claramente la cabaña del misterio. Tomando la mano del otro ambos atravesaron el portal y Dipper salió disparado a la puerta en cuanto estuvieron del otro lado.
Un gruñido se escuchó seguido de un "¿quién demonios es?" Dipper iba a contestar cuando Bill tapó su boca, y este supo, por lo bien que lo conocía y su mirada y sonrisa maliciosa que algo traía entre manos.
—Se nota que estás alegre, Stanley. Abre la puerta, traigo noticias.
—Por fin te dignas a mostrar la cola, demonio de pacotilla—murmuró Stan desde el otro lado mientras abría la puerta.—¿Qué?—preguntó con la mirada baja.
—Lo verías por ti mismo si te dignases a levantar la vista.
Stan a regañadientes subió la mirada, encontrándose de frente con la sonriente cara de su sobrino.
Stan parpadeó varias veces y luego dejó caer la taza de café que tenía en su mano.
—¿Dipper?
—Me alegra verte también, tío Stan.
El chico no pudo decir nada más porque su tío se le tiró encima dándole un sofocante abrazo.
Luego de unos minutos ambos entraron en la vieja cabaña y Stan gritó:
—¡Sube aquí ahora nerd, hay novedades!
Nada se escuchó en respuesta.
—¡Sixer, sube! ¡Tengo a alguien aquí que quiere verte!
Nada de nuevo. Stan y Bill miraron a Dipper, el cual entendió.
—¡Vamos tío Ford, no estaré esperándote toda la vida!—esta vez se escuchó un gran alboroto. Vidrios rompiéndose y pasos apresurados. En unos segundos más la máquina expendedora se abrió como si fuese una puerta y un desaliñado y ojeroso Ford salió de ahí como alma que lleva el diablo.
—¿¡Dipper!?—el mencionado asintió. Ford salió disparado de nuevo, sólo que ahora a abrazar a Dipper.
De nuevo, durante varios minutos todo fue risas, preguntas y abrazos has que Dipper preguntó donde estaban Mabel, Tyrone y Melissa.
Stan y Ford intercambiaron miradas.
—Muchacho... ¿Sabes cuanto tiempo ha pasado?
—Hum... Unos cuantos meses, ¿por?
—Dipper...—dijo ahora Ford—han pasado exactamente 7 años...
—Entonces... ¿Tyrone y Melissa ya...?
—Si chico, ellos ya crecieron.
La mirada de Dipper se tornó llorosa y apagada, al final si había salido de ese lugar pero también se había perdido ya años de sus vidas.
Bill les dio a ambos una mirada de reproche y luego abrazó a Dipper y besó suavemente su cabeza (los mayores sólo lo miraron, aún les parecía extraño ver a ese demonio ex-enemigo de Ford tan cariñoso con alguien... Más cuando ese alguien era Dipper).
—Tranquilo, Stan le avisará a Mabel que venga y luego ambos los conoceremos.
—¿Tú tampoco haz estado con ellos?
—No, llevo 7 años siguiéndole la pista al desgraciado que te mandó a la dimensión de la nada. Aún podemos recuperar el tiempo perdido, tranquilo.
Dipper asintió y dio una sonrisa leve.
—Sí... Tienes razón, aún puedo recuperar el tiempo perdido con ellos.
—Con ellos y conmigo.—Dipper soltó una risita y besó la mejilla de Bill.
—Sí... Seremos una familia unida y feliz...
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Espero que les haya gustado, me esfuerzo escribiendolo (sin contar que si mi madre llega y ve que aún no me baño ni hago tarea seguro me castigan...) pero bueno, en serio muchas gracias por seguir esta historia </3
PD. No se peleen por poner preguntas a los personajes en la parte anterior -justo en su kora de poioh-

¿¡Nuestros padres!? [BillDip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora