Capítulo 23

856 38 48
                                    


—No esperaba que vinieras Max

—Hola Dafne –la saluda con un abrazo antes de besar su mejilla, ¿Por qué le da besos? O mejor aún ¿Por qué me importa? –

—America, querida, que gusto volver a verte –dice al percatarse de mi presencia pero no se atreve a mirarme a los ojos desde lo que paso con las cartas-

—Un gusto verte de nuevo Dafne

—Veo que con tus amigos todo bien ¿cierto?

—¿Por qué? ¿Acaso te sientes culpable?

—¿De qué tendría que sentirse culpable?

—De nada –dice ella rápidamente, intentando y fallando en no parecer nerviosa ni mucho menos culpable, yo en cambio comienzo a reír-

—Oh Dafne, ¿Por qué seguir mintiendo? ¿Por qué no le dices que ocultaste las cartas?

—¿Qué cartas? –inquiere Maxon-

—Yo no hice nada...esto, todo es culpa de Nicoletta

—Dafne ¿De qué hablas? –se le veia confundido-

—Las cartas que ustedes le enviaban a America o ella a ustedes, las escondimos todas

—¿Porque?

—No lo se ...debería irme ...

—Por favor contesta que yo tengo la misma pregunta –digo seria-

—Los quería separados

—¿A quiénes?

—A ustedes dos

—¿Porque? –susurro-

—Porque ella no tuvo su final de cuento y no quería que tu ni nadie más lo tuviera

—¿Qué final de cuento? –espeta Maxon molesto- voy a casarme con una mujer que no amo y ella...

—A mí no me metas en tu queja –lo interrumpo- estoy muy bien con Stefen

—¿Lo amas?

—Yo.... Adiós –Dafne sale prácticamente corriendo y yo me quedo sin nadie en quien desviar la atención-

—También debería irme

—Tu no vas a ningún lado hasta que me respondas –sujeta mi mano, no es una amenaza casi podría sentirlo como una caricia-

—Déjame en paz Maxon

—Te lo pido, respóndeme

—¿Qué quieres que diga? ¿Por qué no respondí las cartas? Porque jamás las recibí así como ustedes no recibieron las mías, ¿si volvería el tiempo atrás? No, no lo haría

—Antes decías amarme, pensábamos en un futuro juntos

—Lo lamento querido, pero ya no soy la mujer que recuerdas –le digo con una sonrisa falsa que aunque se ve real, yo sé que no es así-

—Ya veo –susurro triste- America, ¿me responderías algo más?

—No pierdo nada

—¿Lo amas?

Estoy a punto de contestar cuando escucho el boom del cañón seguido de los gritos desesperados de la gente.

—¡Corran!

—¡Busquen refugio!

—¡Vamos! –Maxon me toma de la mano y echamos a correr por el pasillo para llegar a un lugar seguro-

—No, espera, debo ir por Stefen –me suelto de su agarre y fui a la oficina del presidente Meyer, cuando entre caí al suelo a causa de un golpe en mi espalda-

—¡America! Lo lamento tanto, pensé que eras un rebelde y ...

—¿Aspen? ¿Cómo... Que haces aquí? –me levante y lo abrace con fuerza- te he extrañado tanto

—Y yo a ti Mer, ¿Qué haces corriendo por el lugar? Deberías estar refugiada en algún lugar seguro, y hablando de seguridad ¿Has visto a Maxon?

—Buscaba a Stefen y si, estaba por el pasillo hace un segundo

—Tu prometido fue al gran salón

—¡¿Que?! La mayoría de los rebeldes esta ahí –salgo sin importarme sus gritos, necesito llegar antes de que ellos lo encuentren-

Corro hacia el gran salón, al abrir la puerta lo escuché, ¡boom!, y ahí estaba, tirado en el piso con una bala incrustada en su pecho, ya comenzaba a formarse un charco de sangre, mi mente no podía pensar en nada más, no me atrevía a acerca para comprobar el resultado, muy en el fondo de mi ser ya conocía la respuesta, lo mataron. 

Y si algo fuera diferente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora