Please! Be my boyfriend []

T W E N T Y O N E

...

No se cómo explicar toda esta locura. Es simplemente...simplemente ¡¡MALDITA SEA, ESTO ES ILEGAL!!

Ya no quiero hacer esto. ¡A la mierda el gato!, mejor le doy una cajita feliz y todos contentos.

–Alf-red, es mejor que entres antes de te vea un vecino–oh, santo cielo, y ahí está Iván, se tomó esto demasiado en serio ¡el maniático vino con un arma!

–O-okay. Ya voy, no me apresures–al final, terminé ingresando a lo que —según Frogy— es la casa de Athur.

El lugar es justo lo contrario a lo que yo me esperaba. No lo puedo creer, estoy comenzando a dudar de lo que me dijo el cara de sapo.

–¿Y el gato?–me preguntó Iván desde lo que parecía ser la cocina ¿en que momento llegó allá?

–Aquí–le indiqué levantando una caja de color verde ¿por qué verde? Por que me hace pensar en Arthur.

El gato comenzó a maullar.

–¡Shh! cállate, gato sádico... –di unos golpecitos a la caja.

–¿Quieres que te ayude a callarlo?–de repente, ya estaba detrás de mi, con un frasco pequeño de...

–¿¡Por que trajiste cloroformo!? No vamos a secuestrar a alguien, solo es un gato. ¡un gato!

–Es por precaución, dah–sonrió, ah, no tiene sentido hacerle entender.

–Oh, ¿ya has vuelto a casa Arthur?

Una tercera voz, para nada conocida sonó desde arriba de las escaleras, la voz de un hombre. ¡El idiota de Frogy me dijo que vivía solo!

No respondimos, ¡obviamente no íbamos a responder!

Guardamos el máximo silencio que pudimos pero, el gato. Tenía que ser el jodido gato.

–¿Que es eso Arthur? Por que no respondes maldición

Y comenzó a bajar por las escaleras. Busqué alterado la salida pero la puerta estaba cerrada y lejos, seguí buscado y como acción rápida, me oculté detrás del sofá.

Un momento. ¿¡Donde se metió Iván!? No...Please god, que no mate a nadie por favor.

–Grandísimo idiota, más te vale contestar o le diré a Dylan que tú tienes sus revistas PlayBoy y además romperé tus calzoncillos de unicornio y-

Los pasos cesaron y escuché un golpe seco. Oh, god. No quiero asomarme, ¡no quiero! Espera, ¿calzoncillos de unicornio?

–Ya puedes salir, Alf-red–la voz de mi amigo fue como una bala al pecho. Siento que veré algo feo. Sera mejor escapar cuanto antes.

Salí de mi escondite y lo primero que vi fue la sonrisa inocente de Iván con el frasco de cloroformo en una mano y en la otra un pañuelo negro. Menos mal no sacó su arma. A sus pies estaba tirado el cuerpo de alguien, pelirrojo, delgado, con un pijama de alguna banda psicodélica. Está boca abajo así que no le puedo ver el rostro.

Al menos ya no hay testigos...Wah! Eso sonó muy Ivanezco.

–Eh, ¿Qué esta pasando?

¡Genial! Otra persona viene hacia acá de nuevo. ¿Que ya nadie puede invadir propiedad ajena con tranquilidad?

Volví a esconderme y fue lo mismo de antes. Iván, cloroformo, cuerpo inconsciente, suelo. ¡Pero esta vez se trataba de un niño! El pobre cuerpo del joven e inocente entrometido cayó sobre el pelirrojo, como si jugaran al sándwich humano.